Capitulo 23

Tanto León como Olivia vieron perderse por la puerta la figura de Yeimy. Se escuchó un suspiro procedente de Olivia antes de que León la viera darse la vuelta para ir hacia un camastro para recostarse  

—Ven recuéstate, así es mi hermana —señaló el camastro — anda no conseguirás ninguna información de ella así  

—¿A que te refieres? —preguntó mientras se sentaba en un camastro al lado de ella  

—A que no lograras sacarle información alguna —cerró los ojos recostando su cabeza —, al menos que ella te lo cuente 

—¿También eres adoptada?  

—Si, fui adoptada dos años después de Alejandra  

—¿Y Olivia es tu verdadero nombre, o también te lo cambiaste como Tamara?  

—Si, ese es mi verdadero nombre —soltó un suspiro — a diferencia de Tamara yo si decidí dejar mi verdadero nombre  

—Cuéntame Olivia, ¿Cómo era el marido de tu hermana? Era rico  

—Si, Ethan era muy rico, todo esto le pertenecía  

—¿Cuánto duraron de casados?  

—La verdad no se con exactitud cuantos años tenían de casados. Pero si llevan un tiempo, ella estuvo hay hasta su último día de vida —se incorporó para quedar sentada —, pero eso sí se veía que si se querían. Se trataban con tanta ternura y amor  

—Pero ellos podrían fingir  

Ella sólo negó mientras se ponía enfrente de él  

—No lo creo, cuando uno finge cariño se nota a simple vista además dejarían de fingir cuando nadie los ve y aquí todos en la hacienda veían el amor que se tenían   

—Así que si lo amo —susurró para él mismo —, ¿Y cuando murió, que paso con la herencia?  

—Paso a manos de Tamara, pero el testamento fue cambiado a última hora  

—¿Cómo?  

—Si, por que había una cláusula que había puesto el padre de Ethan —miró hacia la piscina —, se le daría el 100% de la herencia si tenían un hijo  

—¿Un hijo? —la vio asentir —, ¿Tuvieron un hijo? Ella me dijo que no tuvieron hijos  

—No, no tuvieron —lo señalo —, pero si hay registro de que ella estaba embarazada y lo perdió  

—Lo perdió, ¿Cómo?  

Ella iba a hablar cuando una imponente voz se alzó  

—¡Te dije que no te metiera en mi vida! —apareció Alejandra —, y tu Olivia no estés contando sobre mi vida  

—Relájate hermanita —se levanto con una sonrisa —, no he dicho nada malo y mucho menos algo que nadie sabe  

Alejandra solo la observo con los brazos cruzados y ella le sonrió antes de mirara a León  

—Bueno hombre sexy, nos vemos luego  

Tanto León como Alejandra la vieron marcharse contorneando su cadera, como toda una diosa. Olivia sabía el poder tenía su cuerpo, el de atraer todas las miradas a su figura y aún que más de una mataría por tener su cuerpo para ella era una carga la cual le pesaba demasiado 

—¿De quien era el bebé? —preguntó León una vez que estuvieron solos —. Es… ¿Era de mi primo?  

Ella sólo sonrió antes de acercarse a él a solo unos centímetros de su cuerpo  

—Eso… a ti no te importa  
Se dio la vuelta queriendo irse pero su voz la detuvo  

—Me importa, por que si era de mi primo el tiene el derecho de saberlo  

—Pues no, no era de tu primo —no volteó a verlo —, era de mi esposo 

—¿Cómo… lo perdiste?  

—Una caída  

Alejandra agradecía estar dándole la espalda, por que el solo recuerdo de como su bebé fue arrebatado le dolía en el alma y no podía evitar derramar unas lágrimas. Y no quería que él viera aquella vulnerabilidad 

—Lo siento mucho, debió ser difícil para ti. Debiste de estar muy destrozada  

—No te imaginas cuanto  

Aquellas palabras estaban llenas de dolor y rencor pero eso él no se lo imaginaba. Sin más se fue de hay para ir hacia su habitación. Al entrar se encontró con una persona sentada en la mitad de la cama  

—¿Y bien funciono? —preguntó aquella voz  

—Si, funciono —se sentó a un lado de esa persona —, ahora solo falta ver lo que hará  

—Te dije hermanita, que mi plan funcionaría 

—Por poco le dices la verdad —la golpeo con un cojín  

—Claro que no —tomó su mano —, sabes que yo nunca te traicionaría  

Con una sonrisa Alejandra atrajo a Olivia hasta sus brazos estrechándola con mucho camino  

—Gracias por tu ayuda —beso su cabeza —, ahora sabemos si lleva bien cargada la sangre de los Alcázar y Valle  

Para Alejandra no era fácil confiar u menos si se trataba alguien de esa familia. Pero necesitaba un aliado y con esto, León le diría si era una persona confiable o un miembro más de esa podrida familia