Capitulo 37

Una vez que Alexis se fue, sintió como si un gran peso se le quitara de encima. Su nueva vida sería otra, comenzaría lejos de todo lo que para ella fue un infierno. Había vivido durante tantos años dejando un lado su sufrimiento para cumplir los deseos de su madre que ahora que por fin se rebelaba se sentía como si volviera a nacer. Por eso cuando su celular sonó y vio el nombre de su madre en el no dudo en contestar 

—¿Dónde estás?

Pregunto una ve contesto, para Yeimy no era nada raro que su madre no le mostrara afecto alguno, se había acostumbrado a ello, pero eso no evitaba que le doliera su frialdad

—Hola madre, a mí también me da gusto escucharla

Respondió con sarcasmo mientras la escuchaba quejarse

—No estoy para tus estupideces niña, dime donde estas

—Estoy en Puerto Rico. En un hospital para ser más exacta

—¿En un hospital? ¿Por qué? Por fin decidiste internarte

La escucho soltar una risa ante aquel comentario

—No madre, estoy por que sufrí un aborto

—¿Qué? Eso quiere decir…

—Así es madre, estaba embarazada y lo perdí. ¿Quieres saber por qué? Fue por las consecuencias del aborto que me hiciste

—¡Todo es culpa de ese bastardo!...

—¡No, madre esto es tu culpa! Si me hubieras dejado estar con él

—Él no te quería, no volvió por ti. Él te olvido. Él tenía a alguien más en su corazón. No era para ti su amor

—No madre, él me amaba, pero por tu culpa lo he perdido

—Yeimy, ahora estas con Alexis, podrás ser feliz con él

—No madre, no es así. Porque él y yo terminamos nuestro compromiso

Con esas palabras colgó la llamada y sin decir nada más dejo salir una lagrima solitaria. Mientras alguien de tras de la puerta la miraba. Un hombre alto de complexión media

—¿Doctor? —le hablo una enfermera

—Si dime —la miro —, aquí están los resultados de los análisis que le mando hacer a la señora Montoya

—Gracias

Le dio una última mirada a Yeimy ante de darse la vuelta he ir a su consultorio.

Madrid

 Raúl miraba fascinado como Alejandra sonreía mientras apartaba de su rostro sus mechones de cabello que se le habían adherido al rostro cuando de repente se soltó la lluvia y tuvieron que correr a cubrirse.

—¿Qué raro no? —pregunto Alejandra —, se supone que no llovería el día de hoy

—Las cosas a veces no son como nos las dicen —sonrío cuando ella lo hizo también —, muchas veces la gente puede equivocarse

Acerco su mano hasta su rostro para quitar los mechones de su cabello que se le habían adherido en su piel. Alejandra se quedó viendo sus ojos y el paso su mano por su mejilla hasta descender hasta sus labios provocando que ella bajara su vita hasta los de él

—Una vez mi abuela me dijo algo que en su momento no entendía —la miro directamente a los ojos sin apartar sus dedos de aquellos labios y mientras sonreía dijo aquellas palabras: —El amor, es algo tan conocido y al mismo tiempo desconocido. Cada persona tiene un concepto diferente de lo que es el amor. Y eso causa tanto miedo, asociamos el amor con el dolor cuando debería ser lo contrario. Pero por tanto tiempo se nos vende una idea errónea del amor

—¿Entonces que es el amor? —le pregunto en un susurro

Él negó con una sonrisa

—Si alguien tuviera esa respuesta créeme mucha gente se lo agradecería. Pero si se, que el amor no es egoísta que no encierra que se trata de ser uno mismo aun estando en parejas —sonrío —, que sin importar cuantos defectos tenga la persona podrá mejorar no por la persona si no por uno mismo, pero también para estar bien con la persona. Convertir sus metas en las tuyas sin olvidar las tuyas. Ser dos en uno

—Raúl…

—Déjame demostrarte lo que es capaz de hacer el amor en tu vida

Ella se alejó de su contacto dándole la espalda

—Yo… yo no creo

—Dame la oportunidad —se coloco nuevamente frente de ella —, si después de un tiempo vez el amor que te ofrezco no es para ti, sin duda te dejare libre

—Yo tengo una promesa que cumplir —le dijo sin mirar —, no puedo olvidarla

—Y no es lo que te estoy pidiendo, yo te ayudare a cumplir esa promesa si tú estás de acuerdo