Amores que matan | Serie: Sqm 3

6. Latido extraño

» Prefiero el término amor, lo he estado buscando hace mucho «

Siento el frío de la mañana y la delgada sabana de seda que me cubre la mitad del cuerpo no me calienta ni el culo, algunos mechones de mi cabello me caen por la frente, debería recortarlo un poco, había crecido más fe lo habitual y la luz del día empieza a colarse por el ventanal porque mierdas no cerré las cortinas ayer.

Me enrollo más en las sábanas y me paso una almohada para taparme la cara y desplazarme por toda la cama, en mi mente caen los recuerdos de anoche y me sobresalto como quien hubiera cometido una estupidez.

Pero cuando me reincorporo me doy cuenta que la cama está completamente vacía, que la ropa en el suelo es solo la mía y no hay rastros de Nova por ninguna parte, salvo una nota adhesiva pegada en la lámpara de mi lado.

"Good Morning, tuve que irme temprano. Te veré luego, ten un buen día".

Sin duda esa nota era lo mejor de mi día, la guardo dentro de una libreta en el cajón de la mesa de noche. Podría ser la primera de muchas o la única de todas. Me levanto y voy a darme una ducha, visitaría a Ran antes de ir a la oficina. Quería ver si estaba menos sensible que ayer. Salgo del baño con las gotas resbalándome por el cuerpo y voy al clóset en busca de mi traje de hoy, tiendo la cama y voy por mi auto al estacionamiento.

Cuando estoy entrando por la reja de su flamante casa en el bosque observó que el también está aparcando frente a la casa, eso me parecía raro. Era temprano para que ya hubiera salido o siquiera levantado. Me estacionó junto a él.

Cuando baja observó a Becca también salir del auto y Ran abre la puerta trasera para bajar a los niños que están dormidos. Que envidia de familia. Bajo de mi auto para unirme a ellos. Aunque me dirijo primero a mi cuñada.

—Pensé que estaban en casa de tus padres Becca. ¿Por qué de vuelta tan temprano?

—Buenos días Reimon. —saluda ella tan amable siempre.

—Buenos días. —me acercó para saludarla con un beso en la mejilla.

—Y si, estaba en casa de mis padres, pero aquí el señor dependiente, apareció sin invitación. —miro a Ran esperando una explicación.

—¡Que! Extrañaba a mi familia así que fui por ellos al terminar en la empresa ayer.

—Eres asfixiante. ¿Lo sabes? —le digo y todos vamos adentro de la casa.

Becca nos abre la puerta para que Ran con los niños dormidos pase y le hago una seña para que ella entre y yo cierro cuando ella pasa. La ayudo con las cosas de los niños y las dejamos por un paso en la sala.

—Reimon espérame en el despacho, recostare a los niños y hablaremos.

Dice Ran y sube las escaleras con uno en cada hombro y lo hace ver fácil, me río internamente al recordar que mamá tenía la misma batalla con nosotros de pequeños.

—¿Te quedas a desayunar Reimon? Haré wafles, tus favoritos.

—Ah Becca en serio eres la mejor. ¿Puedo decirte algo?

—Claro.

—Me recuerdas a mamá, talvez por eso Ran no quiere perderte. Lo haces sentir amado.

Ella sonríe, pero no da tiempo a una respuesta porque Ran viene bajando las escaleras y ella se va a la cocina mientras Ran me lleva a su despacho. Cierra la puerta y tomamos asiento.

—¿Sucede algo? —pregunta Ran mientras se acomoda la ramera blanca— me atrevo a decir que tienes un "brillo “especial. ¿A quién mataste que te hace feliz?

—No mate a nadie, es otra cosa —Ran me enarca una ceja—Hice algo con Nova.... —su gesto se tuerce entendiendo menos que antes— Algo físico.

Lo único que puedo hacer es mover mis manos de forma complicada porque a mí no se me daba bien el decir esa palabra -sexo- me daba vergüenza. Pero Ran me conoce lo suficiente como para entender.

—Oh ¿Te la follaste? —porque debía ser tan grosero al decirlo así. Prefería el término: hacer el amor.

—Algo así.

—¡Oh qué alegría! Mi hermano ya no es virgen. —canturrea como si esto fuera una celebración.

—Oye, nunca lo he sido imbécil.

—¿A no? Dime con quién estuviste y porque no me lo contaste, yo te conté cuando lo hice.

—Me lo dijiste porque querías hacerlo, yo no te obligue. Y bueno lo hice con una chica en el instituto, no recuerdo su nombre —me pongo a pensar en el nombre hasta que caigo en la situación— oh espera, que coños te importa con quién lo hice.

—Oye yo solo pregunté y tú respondiste. —el silencio nos atrapa por un minuto— ¿Te gustó?

—Si. Pero ¿qué pasará ahora?

—¿Tu qué quieres que pase?

—No lose. Talvez quiero algo o tal vez no, todo esto es nuevo, pero me gusta. —tres toques en la puerta nos interrumpen.

—El desayuno está listo. Vengan antes de que se enfríe.

Los tres salimos del despacho y caminamos al comedor, había wafles, huevos con tocino, jugo y café. Nos sentamos los tres en una buena conversación donde todos tenían algo que aportar, aunque a Ran se le fue la lengua con lo de Nova, sirvió para que Becca me diera consejos.




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