Amores secretos - Draco Malfoy

Capítulo 23 - MI HOGAR

 

DRACO

 

Voy vagando por los pasillos del castillo, sin rumbo fijo. Me gusta pasear solo y dejar volar mis pensamientos, así puedo pensar las cosas y buscar soluciones a mis problemas. De repente tengo una sensación rara, como si mi cerebro pesará otra cosa, pero mi cuerpo fuese a su bola. Cambio de dirección y subo hasta la cuarta planta. Cuando giro por un pasillo me choco contra alguien. La chica que tengo frente a mí trastabilla, por lo que la agarro de la cintura para que no se caiga al suelo. La chica en cuestión levanta la cabeza y me encuentro con la cara de Pansy.

  • Gracias Draquito – me dice con una sonrisa pegándose a mi cuerpo.
  • No hay de qué – respondo también con una sonrisa que no he querido mostrar. ¿Qué me está pasando?
  • ¿Qué haces aquí solo? – me mira con picardía y posa una de sus manos por mi pecho, agarrando mi corbata y pegándome a ella.
  • Dar una vuelta – mis manos se posan en su cintura sin ser consciente.
  • ¿Y no te gustaría tener un poco de compañía? – se insinúa y roza su nariz por mi cuello, como si ese gesto fuera sensual y me causara algún efecto.
  • Yo… Creo… - la voz se me entrecorta cuando sus labios se posan en mi cuello y no soy capaz de pensar en nada más.

Lo siguiente que recuerdo es estar en una clase vacía, sujetando a Pansy por la cintura y elevándola para que se siente encima de una mesa. Las manos de ella se cuelan bajo mi camisa y comienzan a recorrer mi espalda con sus manos. Mis labios presionan los suyos y la beso con fuerza, con ansias. También paseo mi lengua por sus labios, recorriéndolos a mi antojo y le muerdo el labio.

No soy capaz de reaccionar, de parar por más que quiero, mi cuerpo no reacciona. Soy totalmente consciente de todo lo que está pasando, pero mi cuerpo ya no es mío. Mis manos comienzan a desatarle la camisa y beso cada parte de su piel descubierta. Desabrocho su sujetador y subo su falda a la altura de sus caderas, para meterme entre sus piernas. Pansy aprovecha para quitarme también la camisa, sin dejar de besarme todo lo que sus labios encuentran a cada paso. Después me abre el botón del pantalón y lo baja junto a mi bóxer.

Intento parar, lo hago con todas mis fuerzas, pero no puedo, mi cuerpo sigue sin responder a mis órdenes. Observo a Pansy que me mira roja por el esfuerzo y por el calor que tiene. La sonrisa de su cara me indica que lo está disfrutando, pero creo que está impaciente, está esperando que pase algo y no sé que es. No me gusta no tener el control, no conocer todo lo que está pasando a mí alrededor.

Cuando quiero darme cuenta estoy meciéndome de adelante a atrás, enterrándome en ella. Sus gemidos inunda la estancia y yo solo puedo seguir con los movimientos, mientras una de mis manos se cierne sobre su cintura y la otra se agarra en la mesa con fuerza.

De repente un ruido de cajas caídas me saca de mi ensoñación. Muevo la cabeza como si saliera de un sueño. Miro a Pansy, que está frente a mí semidesnuda, con una sonrisa malvada en la cara, luego bajo la mirada y me encuentro con que estoy follando con Pansy. ¿Qué cojones estoy haciendo? ¿Cómo he llegado hasta aquí?

Miro hacia atrás y me encuentro con la mirada angustiada de Brooke, lo que provoca que la mire aterrorizado. ¿Por qué de entre todas las personas, tenía que ser ella quien me pillase en esta situación? Salgo rápidamente de Pansy y me subo corriendo los pantalones. Doy un paso hacia Brooke que acaba de darse la vuelta, pero el brazo de Pansy me retiene. Cuando vuelvo mi vista a Brooke, ella ya no está.

¡Joder, Joder, joder! Esto no me puede estar pasando a mí.

  • No sé porqué te pones así, Draquito – me dice la voz chillona de Pansy, mientras me agarra de la cintura – Venga vamos a seguir, no me dejes así – me hace un puchero y consigue sacarme de mis casillas.
  • ¡Quita! – le digo alejando sus manos de mi cuerpo – Ahora no quiero – busco mi camisa por el suelo.
  • ¿Pero qué te pasa? Lo estábamos pasando muy bien juntos, que la idiota de Parker haya entrado no quiere decir que nosotros dejemos de divertimos – me dice enfadada – Además, ¿qué te pasa con esa cría? – me pregunta, pero yo la ignoro haciendo oídos sordos. Ahora tengo muchas cosas más importantes en las que pensar, que tener que aguantar sus berrinches y celos de niña malcriada – Tenía que ver esto para que se alejara de ti por completo, que sepa que tú eres mío y que se olvide de ti. Que vea que eres inalcanzable para alguien como ella – me pongo la camisa y me la voy abrochando mientras la escucho – Lo que pasa es que es una zorra, os quiere a todos. No le basta solo con tener a West, sino que te quiere a ti también y yo no puedo permitírselo. Tú eres mío – al oír el nombre del impresentable me quedo quieto en el sitio.
  • ¿West? – la miro con el semblante serio mientras ella se pone su ropa.
  • Sí, ahora mismo debe estar consolando a la estúpida sangre sucia – todas mis alarmas se disparan en cuanto pronuncia esa frase.

¡Espera, espera! No he estado muy consciente durante todo este tiempo, hacía cosas que no quería y por más que mandaba a mi cuerpo parar, no he podido. Es como si alguien dirigiera cada una de mis acciones. Que Brooke nos viera me parece a mí no ha sido ninguna casualidad y no sé porque me da que ella tiene toda la culpa.

Llegar a esa conclusión hace que la rabia me inunde por completo. Aprieto las manos formando puños y siento mis huesos crujir.

  • No habrás sido capaz, ¿verdad? – le digo furioso acercándome a ella - ¿Verdad, Pansy? – insisto y ella me mira aterrorizada. Bien, que me tenga miedo.
  • El… ¿El qué? – la cojo de la parte superior de su camisa y la miro furiosa.
  • ¡Has usado la maldición Imperius conmigo! – grito conteniendo toda mi ira para no hacer algo que después me haga meterme en un lío.
  • Yo… Yo… Es que era necesario. Ella tenía que ver con sus ojos que eres mío y…
  • ¡Ahhh! – grito exasperando interrumpiendo su explicación - ¡Ni se te ocurra volver hacer eso conmigo! ¿Me has oído? – grito en toda su cara – Porque si lo haces  no voy a tener ningún reparo es castigarte, y me va a importar una mierda que seas mujer.
  • No… no lo haré más – me dice temblorosa – Pero, contéstame a algo – alzo las cejas irritado. ¿Ahora se cree que tiene todo el derecho del mundo a exigirme algo? ¿Ella? ¡De qué va! - ¿Por qué te importa tanto esa mosquita muerta? – me pregunta – Ahora tiene que estar bien entretenida con Álex, olvidate de ella. Teniéndome a mí no la necesitas – lo suelta sin más, pero sabe que en el fondo me da donde más duele, porque ella se ha convertido en mi debilidad.
  • ¿Qué quieres decir, Pansy? ¿Qué esto lo has ideado con el imbécil ese? – intento respirar con normalidad, pero me lo está poniendo muy difícil, no quiero tener aquí un arrebato y que ella reciba toda mi ira, sería demasiado fácil para ella y para la humanidad. Intento centrarme en lo importante y obviar todas las estupideces que ha dicho.
  • Que Álex piensa pasárselo muy bien con ella ahora mismo – sonríe triunfante con que esa idea se haga realidad.



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En el texto hay: amor, harrypotter, dracomalfoy

Editado: 24.08.2022

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