Capítulo 4

Emma

—Muy bien...Entonces, la señorita ha estudiado en los mejores hospitales —Lucy sonrió mientras esperábamos que nuestra orden llegara, la cual consistía en dos hamburguesas dobles junto con una porción de papas fritas y una gaseosa extra grande.

Necesitaba comer mucho, no tuve tiempo para comer en el día y estaba muy hambrienta.

—Pues sí, bueno, me esforcé mucho para ganar una beca en esos lugares. Sobre todo, en Australia, allí las cosas fueron un poco más difíciles. —Jugué con mis dedos.

—Vaya, vaya, debo admitir que me impresionas —rió—. Yo cursé mis estudios en China, Japón y empecé a trabajar aquí hace poco.

—Bueno, tú me impresionas incluso más. Es decir, además de tener que esforzarte por ser una excelente alumna, tuviste que aprender varios idiomas.

—Mi madre es china así que sé hablar chino desde que era una niña—suspiró—. Y nací en Japón.

—¿Entonces cómo terminaste aprendiendo a hablar inglés?

—Cariño ¿No es escuchado que el inglés es el idioma del mundo? Me refiero a que es el idioma que va a abrirte muchas puertas así que mi mamá hizo que lo aprendiera desde los doce y aquí me tienes.

—Siendo una buena cirujana vascular ¿O me equivoco?

—Para nada, escogí ser cirujana vascular después de pensarlo por mucho tiempo. Tú ¿Cómo es que terminaste escogiendo ortopedia? Es una especialidad que requiere de mucha fuerza, y no todos la elijen para ser honestos.

—Digamos que amé la ortopedia desde que tenía diez. Me encantaba que los médicos tuviesen la capacidad de arreglar un hueso en un par de minutos o menos, y simplemente supe que quería hacerlo también.

—Bien, es un argumento válido —me aplaudió—. Entonces Emma.... ¿Qué quieres saber sobre el hospital?

—¡Chismes o rumores! —Le respondí al instante y Lucy no era capaz de dejar de reír— No me mires así, sabes bien que los chismes siempre son interesantes cuando no tienes nada que hacer.

—Puede que te interese que en el hospital muchos de los doctores tienen sexo entre sí —confesó como si fuese algo nuevo, y que jamás hubiese pasado antes.

—Lucy, no es como si aquello fuese algo que ninguno de nosotros sabe a la perfección. La mayoría se ha acostado con algún compañero.

—Sí, sin embargo, no todos lo hemos hecho —aclaró—. Te diré algo, pero, no se lo digas a nadie ¿De acuerdo? No se lo digas a nadie en absoluto, por favor.

—Tranquila Lucy, sé cómo guardar un secreto.

—En fin...Digamos que soy lo que se considera una mujer virgen —se encogió de hombros—. Tengo treinta y tres años y soy una mujer virgen ¿Eso no es gracioso?

—Qué va, para mí ha sido una decisión sumamente inteligente. Ojalá yo hubiese hecho eso, aunque no es como si me arrepintiera.

—¿Con quién lo hiciste por primera vez? —Nuestras ordenes llegaron en ese momento, y luego de agradecerle al mesero, bebió un poco de la gaseosa.

—Lo hice con el gran amor de mi vida, por más cursi que suene es de tal manera.

—Él no fue el gran amor de tu vida ¿Sino por qué no estaría a tu lado o acaso si lo está?

—Él no tuvo la oportunidad de permanecer eternamente a mi lado. Falleció en un accidente automovilístico hace un tiempo. —Eché mi cabeza hacia atrás para evitar que las lágrimas salieran sin control.— Y aunque ya han pasado cuatro años, no sé si sea capaz de superarlo pronto.

—Lo siento mucho Emma, no lo sabía...—asentí en respuesta, Lucy no necesitaba preocuparse por ello—. ¿Quieres hablar de eso? He escuchado que hablar con otra persona sobre las cosas que nos lastiman, hace que duela un poquito menos ¿Quieres intentarlo?

—¿Por qué no? Pero antes, será mejor que me traigan una cerveza.

—Primero, ¿Cuándo es tu próximo turno? No querrás emborracharte y luego tener que faltar al trabajo, apenas siendo tu segundo turno.

—No quiero perderme mi siguiente turno, claro que no, pues necesito reírme de la cara de Esme.

—¿De la cara de asno de Esme? —Lucy no era capaz de dejar de reír ni por un segundo—. Yo tampoco pienso perder una oportunidad para molestarla.

—¿Desde hace cuánto es que conoces a la doctora Esme Dixon?

—Llegué al hospital hace un poco más de cinco años con el objetivo de realizar mi especialización en cirugía vascular. Y en ese entonces, ella ya llevaba más de dos años en el hospital y en ese tiempo, mantuvo una relación con Liam.

—¿Esme y Liam eran pareja? —Me llevé una gran decepción al enterarme que el apuesto cirujano, tal vez no era alguien tan agradable después de todo. Pues si estuvo con alguien como ella, eso habla bastante mal sobre su persona—. ¿Y Liam? ¿Es una buena persona o es idéntico a ella?

—No, Liam es genial. Y aunque no somos los mejores amigos, siempre que hablamos se convierte en una conversación sumamente amena. Y aunque, nosotros trabajamos juntos prácticamente todos los días debido a que es cirujano cardíaco.

—¡Buenas noches chicas! —Julia apareció con una sonrisa enorme frente a nosotras. Empiezo a pensar que esa chica jamás está triste, o por lo menos no se lo demuestra a los demás.

—Julia ¿Qué haces aquí? —Lucy le dio un abrazo—Emma, Julia es la persona más cercana que tengo en el hospital.

—Qué gusto, Julia —le sonreí y ella imitó mi acción.

—También es un gusto, Emma. ¿Qué tal tu primer día con nosotros? ¿Alguna cirugía interesante?

—Nada más que fracturas...

—¡Ella ya odia a Esme! —La pelirroja me delató con alegría—. Te lo dije, Julia. Te dije que ella iba a odiarla apenas la conociera.

—Todas las personas conscientes la detestan. Pero ¿A ti qué te hizo, Emma?

—No es como si me hubiera hecho la gran cosa...—me avergoncé. Hablar mal de otro a mis espaldas posiblemente no era mi fuerte.

—Le preguntó si había tenido un día cansado, con sarcasmo por supuesto, cuando sabía que todo el día se la paso tratando fracturas.

—Ah, sí será estúpida. Ni siquiera sé cómo tiene agallas para preguntar con ironía algo como eso, sabiendo que se la paso horas realizando una de las cirugías cerebrales más comunes.