Anayra.

☾ Capítulo 2 ☽


 


Anayra.

Sonrío levemente cuando veo a Maixon y a Mika sentados en el pequeño sofá de la habitación mientras charlan acerca de algo. Maixon es el primero en verme y sonríe levemente, llego a su lado y decido sentarme en el sofá de enfrente y esperar a que me digan lo que está ocurriendo.

Observo la habitación por unos instantes, ya que es de Maixon, no hay muchas cosas como en la habitación de Mikazuki, en esta solo están estantes llenos de libros y tres sofás en el medio junto a una mesa pequeña y enfrente está un escritorio lleno de papeles.

— Escuché que Destino no nos quiere cerca, él sabe que nosotros todavía no confiamos en él plenamente — habla Maixon mientras agarra otro pedazo de dona que estaba en la mesita.

— Nunca me ha dado buena espina Destino, he escuchado rumores acerca de su pasado y me hace dudar mucho más en si creer siquiera en una palabra de lo que puede decir — escucho suspirar a Mika.

Ambos voltean a verme y yo solo sonrío antes de agarrar una dona y comerla de una — Hoy hablé con Destino — suelto así sin más.

Detallo que por los ojos de Mikazuki pasa la sopresa pero rápidamente vuelve a su típica mirada indiferente — Suelta la sopa de una, Anayra — habla la peli blanca.

Me encogí de hombros — Me dijo el nombre del supuesto "Rey" — hago comillas con mis dedos y veo como Maixon se ríe en voz baja —, ¿dije algo divertido Maixon?

Este niega de inmediato — No, solo me reía de otra cosa — carraspeó antes de agarrar otra dona y comer en silencio.

— Como digas, perro.

— Anayra, deja de fastidiar a Maixon y habla — sale a defender la chica.

Levanto las manos en modo de paz antes de seguir hablando — Destino me dijo que el chico se llama Killian y tiene a un perro faldero llamando Azrael, es todo lo que me dijo ese bastardo — suspiré antes de tomar otra dona.

— Iré a verla — suelta de repente Maixon y ambas lo miramos confundido —. Algo no me está dando buena espina, no quiero que ella esté pasando por algo malo, así que me retiro — agarra otra dona y el chico sale por la puerta con total calma.

Veo por el rabillo del ojo a otro querido invitado y solo ignoro a la sombra que está en una esquina comiendo una dona también. Regreso la vista hacia Mika y encaro una ceja.

— No preguntes, solo tenía hambre y le di comida — dice sin más Mikazuki antes de ponerse de pie y agarrar las hojas que estaban esparcidas en la mesa.

—¿Te vas? — pregunto curiosa.

No quiero que me deje aquí sola.

Veo como ella asiente — Sí, tengo cosas que hacer — suelta si más.

Veo como mueve su mano en forma circular y de como sale desde sus guantes negros una flama azul antes de aparecer enfrente de nosotras un portal hacia la mansión de su familia, Mikazuki me ve de reojo antes de llamar a su sombra e irse en silencio.

Decido irme de la casa de Maixon y voy directo a mi casa a poder despejar mi mente y poder leer mi libro en paz. Necesito saber que está pasando en aquel lugar, dónde Mika, ni nadie sabe exactamente que cosas tan raras puede llegar a ocurrir.

Logro llegar a mi apreciado hogar y lo primero que logro escuchar es una risa femenina, me tenso al instante porque ella ya está aquí.

Joder, debo pensar en que excusa le digo.

Me acerco en total silencio a el patio que está al final del pasillo y abro la puerta para verla sentada allí junto a otro chico, el cual para de hablar para mirarme de reojo.

—¿Ei? — digo sin poder creer que el chico esté aquí con vida.

Yo lo maté.

Habla la estúpida voz dentro de mi llena de rabia, siento la ira crecer en mi y debo de controlarme, no puedo dejar que esa voz me controle. No quiero matar a Ei, no de nuevo, a pesar de que no fui yo exactamente, eso me sigue torturando todos los días.

La culpa me está matando.

—¿Ei como estás con vida? — pregunto y él solo guarda silencio, solo se dedica a verme —¿Ei? Responde, por favor...¿estás molesto conmigo? Perdóname, no fui yo.

Veo como Ei se ríe de forma irónica — ¿No fuiste tú? Que mierdas, Anayra, deja de decir tonterías, fuiste tú quien lo hizo, y no me vengas con que fue tu otra personalidad o cualquier otra mierda. Puedo ver y sentir que lo disfrutaste y que no me quieres aquí — dice con rabia el chico.

Guardo silencio mientras dejo que el siga diciendo cosas como esas, ya me acostumbré a qué nadie crea de que tengo otra mierda dentro de mi cabeza que me obliga a hacer cosas que no quiero.

No importa, es lo mismo de siempre.

Veo como Ei se pone de pie antes de pasar por mi lado y murmurar con desprecio:

—Me siento tan asqueado al saber que tú y yo compartimos sangre, odio que la gente me mire y sepa que soy hermano de una estúpida que necesita ser encerrada en los Pozos Infernales, o mejor dicho, a el Infernus Oblivionis y pudrirse alguien como tú — termina de decir antes de entrar a la casa.

Suspiro tratando de calmarme y no provocar algo de lo cual me puedo arrepentir después, decido ignorar la voz que quiere matar a Ei y decido ver a la chica que sigue sentada en el piso del tatami.

No es ella.

—Es realmente bonita tu minka, a comparación de la dueña — suelta con burla la chica de cabellos rojizos.

—Cyra, la del "Trono Solar", — sus ojos rojos me observan con total tranquilidad antes de sonreír levemente — ¿Qué hace alguien tan importante por aquí? ¿dónde anda tu novia de hielo? — pregunto con sarcasmo.

No quiero verle la cara a Eira, esa niña es un dolor en el culo de lo fastidiosa que es.

Me pregunto siempre el como ella pudo haber creado a tal ser tan fastidioso cómo lo es Eira, me provoca una violencia tratar con alguien tan energético.

Alguien más energético que yo.

Joder, tengo envidia de una mocosa, voy de mal en peor. Si Mikazuki o hasta ella misma me escuchara se burlarían de mi por toda la eternidad.




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