A.N.D.R.E.A

Capítulo 6

**Capítulo 6: Sección de Historia**

Habían pasado dos semanas relativamente tranquilas. Isabella, extrañamente, no me había molestado más, aunque seguía lanzándome miradas fulminantes. Creo que Leonardo llegó a hablar con ella y no entiendo por qué eso me hace sentir... rara. Él y yo no hemos hablado desde aquel día en que la Barbie me lanzó el batido de fresa encima, pero si nuestras miradas o nosotros mismos coincidíamos, un simple gesto de asentimiento como saludo y seguíamos nuestro camino.

Sin embargo, toda esa tranquilidad exterior no reflejaba la tormenta en mi interior, seguía dándole vueltas al asunto de la carta en el despacho de mis padres y la ausencia de mi novio y mi mejor amiga. De lo primero no he averiguado nada, ni siquiera sé por dónde comenzar. En cambio, lo segundo, tras las palabras de Kira en el baño aquel día, no he evitado pensar en una traición de mi novio. Espero equivocarme y que pronto me llame, porque ni siquiera se ha conectado al WhatsApp.

Estábamos ahora en clase de química, el profesor se había quedado dormido y todos aprovechaban el tiempo en silencio, cada uno en sus cosas y hasta memes le hacían fotografiando al profesor. 

Mientras pensaba en todo aquello, me di cuenta de que inconscientemente estaba garabateando en la esquina de mi libreta el mismo símbolo que había dibujado en la pintura que mamá había destruido.

¿Qué significará? ¿Estará relacionado con aquel sueño escalofriante que tuve, dónde una pequeña yo estaba atrapada dentro de aquel inmenso tanque con agua verde transparente de laboratorio? ¿Eso también incluye el sobre en el despacho?

Kira, que estaba sentada detrás de mí, se inclinó hacia adelante y me susurró:

—¿Qué estás dibujando, Andrea?

Miré mi libreta y salí de mis pensamientos. Kira observó más de cerca el símbolo y, con extrañeza, me preguntó:

—¿Es ese el símbolo que dibujaste y tu madre rompió?

—Sí, es el mismo. —respondí en voz baja.

—¿Lo has visto en algún otro lugar? —preguntó Kira con curiosidad.

Negué con la cabeza y confesé:

—No, sólo lo llevo en mi mente desde hace mucho tiempo y a veces ni cuenta me doy de que lo estoy dibujando. Aquel día en la terraza me atreví a dibujarlo y ya sabes lo que pasó.

—Podríamos buscar en internet, usar Google Lens o algo así. —sugirió Kira, y una sonrisa se plantó en mis labios ante aquella posibilidad.

—Buena idea.

No obstante, horas más tarde, en el recreo, después de buscar en internet y hasta en la inteligencia artificial, no encontramos nada relacionado con el símbolo. Era como si no existiera.

—¿Qué hacemos ahora? Agotamos todos los recursos. —dije frustrada, cerrando las pestañas del navegador en mi celular.

—No te preocupes, Andrea. Aún podemos intentar otra cosa —Alcé una ceja sin creer del todo sus palabras—. ¿Qué tal si vamos a la biblioteca? Quizás haya algún libro que nos pueda ayudar, nadie sabe.

Claro, la biblioteca.

Nos dirigimos a la biblioteca, la cual estaba prácticamente vacía. Nos acercamos a dónde se encontraba la bibliotecaria que nos prestó atención sonriente.

—Disculpe, ¿podría ayudarnos a encontrar un libro?

—Claro, querida. ¿Qué tipo de libros buscan? —respondió la bibliotecaria amablemente.

—Estamos buscando información sobre símbolos extraños —Explica Kira sin cortarse, la bibliotecaria asiente—. ¿Sabe en qué sección podríamos encontrar algo sobre eso?

La bibliotecaria frunció el ceño pensativa por un momento.

—No estoy segura con exactitud, pero pueden probar en la sección de historia —Señala por dónde queda—. Tal vez encuentren lo que buscan.

—Muchas gracias.

—De nada, chicas. Buena suerte con su búsqueda. —nos deseó mientras nos fuimos a la sección de historia.

Pocos segundos después, mientras Kira revisaba un estante, yo revisaba otro. Un libro llamó mi atención cuando rodeé el estante y fui a cogerlo cuando otra mano, del otro lado del estante, también lo agarró, mas lo soltó rápidamente para dejar que yo lo tuviera. Miré a través del espacio vacío que dejó el libro y me sorprendí al encontrar a un sonriente Leonardo.

—Vaya coincidencia. —dije, sonriendo también.

Leonardo rodeó el estante y se acercó a mí.

—Es una gran coincidencia. —Se rió ligeramente, se cruzó de brazos.

—No esperaba verte aquí —me sinceré—. Pensé que los chicos como tú no venían a la biblioteca a leer libros.

Leonardo se echó a reír.

—¿Chicos como yo? —preguntó, divertido y asentí— Déjame adivinar, ¿un fuckboy?

—Pues sí.

—Bueno, me gusta venir aquí en mis ratos libres —Abro mis ojos en demasía ante la sorpresa—. Especialmente a la sección de historia. Me fascina la riqueza que ofrece.

Me volvió a sorprendió escuchar eso, pero no borré mi sonrisa. Caigo en cuenta de sus palabras y me atrevo a evaluar mi pregunta en silencio. ¿Podría él ayudarme en la búsqueda de un libro de símbolos extraños?

—Si sabes tanto de historia, ¿podrías ayudarme a encontrar algún libro que hable sobre símbolos extraños, Leonardo?

Leonardo se rió un poco y me señaló el libro que había tomado.

—Lo tienes en tus manos.

Miré con asombro la portada del libro, por supuesto que no me fijé en nada más que en lo viejo que se veía, pero si mirabas más de cerca se notaba los diferentes símbolos en relieve. De cuero. Sin título. Sin letras. Sólo símbolos.

—Gracias, Leonardo. De verdad. —Sonreí— Kira debe estar buscándome como loca, me voy 

Leonardo asintió y se despidió de mí con un beso en la mejilla, lo que me hizo sonrojar ligeramente.

Me reprendí mentalmente por sentir mariposas en el estómago por el gesto de Leonardo. Tenía novio y Leonardo no era más que un amigo. Fui a donde Kira, quien me miró con curiosidad.

—¿Lo encontraste?

—Sí, aquí está. —le mostré el libro.




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