**Capítulo 11: El Trato**
El cielo gris y nublado de la mañana apenas ilumina las calles. Zafiro nos conducía por un barrio deteriorado, sus casas parecen estar a punto de derrumbarse. La atmósfera del lugar es sombría y desolada. Nos dirigimos a un edificio que parece aún más acabado que los alrededores.
—Aquí es su lugar —Zafiro nos indica una puerta de metal oxidado—. No se dejen engañar por la fachada.
Ella sin siquiera llamar a la puerta de metal oxidado la empuja abriéndola, esta emite un chillido que taladra nuestros oídos. Zafiro ingresa después de nosotras. En medio de la casi oscuridad avanzamos detrás de la chica y al fondo notamos que la escasa claridad que permanecía en este lugar provenían de los cientos ordenadores. El chico al que vinimos a ver, está de espaldas a nosotras, sentado en una silla gamer de buena calidad así cómo toda la tecnología que nos rodeaba.
Sinceramente de ve mejor por dentro que por fuera.
Zafiro se aclara la garganta para llamar la atención del chico, pero este no se voltea en ningún momento, ni emite sonido alguno.
—Chicas, él es mi amigo Elián. —Ella nos lo presenta y él solo alza una mano sin voltearse, a modo saludo.
—No somos amigos, azulita. —Fue la respuesta que Elián soltó al comentario de Zafiro, su voz se escuchaba algo suave pero a la vez firme y gruesa.
—Es un grano en el trasero la mayor parte del tiempo. —Zafiro bufa cruzada de brazos.
—Como mismo tú lo eres. —Respondió Elián, en el mismo tono.
—Como sea —Rodó los ojos—. Elián, ellas son mis amigas Andrea y Kira, de las que te hablé que necesitan ayuda.
—Siéntense. —Señaló un sofá que no notamos al llegar, sin siquiera dignarse a mirarnos.
—¿Es de pocas palabras, eh?
Zafiro asiente hacia Kira, mientras tomamos asiento.
El ambiente está cargado de una mezcla de polvo y tecnología. Kira y yo intercambiamos miradas de curiosidad mientras observamos a Elián, quien está completamente inmerso en su trabajo.... o eso creímos.
—¿Y qué es lo que desean buscar? —Elián por fin se voltea en su silla gamer, apoyando sus codos en sus rodillas, inclinado hacia adelante.
Kira a mi lado suelta un pequeño suspiro.
—Antes de empezar, necesitamos saber cuánto costará tu ayuda —Me aclaro la garganta, algo nerviosa—. No tenemos dinero, pero puedo conseguirlo.
Lo ví alzar una ceja, antes mus dudosas palabras finales.
—Normalmente cobraría una tarifa —Pasea su mirada entre nosotras, con una chispa de interés—. pero dado que no tienen el dinero, podemos hacer un trato.
A ver, que se puede malinterpretar lo que dijo.
Al parecer notó nuestros rostro alarmados, porque se apresura en aclarar:
—Nada de sexo, niñas.
Un sonrojo furioso cubre mis mejillas por la vergüenza. Kira carraspea, removiéndose en su lugar, mientras que Zafiro suelta una risita.
—¿Entonces qué tipo de trato es? —Cuestiona Kira, tocándose el cabello, consiguiendo que el chico posara su mirada en ella.
—En lugar de un pago, me deben un favor, cada una —Respondió Elián—. Favor que podrán cumplir en el futuro. No podrán negarse ni renegociar cuando lo solicite.
Paso saliva.
El concepto de un favor abierto a interpretación genera una mezcla de preocupación y aceptación en nosotras. La idea de un compromiso indefinido es inquietante, pero la necesidad de obtener información sobre el símbolo es más urgente.
—¿Qué tipo de favor podrías pedir? —Le pregunto— Necesitamos asegurarnos de qué nos estamos comprometiendo.
—No puedo especificar el favor en este momento, pero será algo relacionado con sus habilidades —Se recostó al espaldar acolchonado de su silla—. Ahora, si aceptan el trato, podemos comenzar a trabajar en lo que quieren.
No tenemos dinero y conseguirlo no creo que sea tan fácil, así que solamente podemos aceptar deberle favores a Elián sin involucrar dinero, para poder descubrir lo que queremos. Solo esperaré a que no sea algo realmente malo lo que nos vaya a pedir.
Tras un asentimiento entre las tres, saco de mi mochila el dibujo del símbolo y Kira me lo arrebata sin brusquedad, sonriente, para luego dárselo a Elián, explicándole que queremos saber sobre el símbolo. Él lo recibe sin mostrar expresión alguna, se voltea dándonos la espalda y empieza a trabajar en su computadora.
Los dedos de Elián vuelan sobre el teclado mientras realiza una serie de búsquedas y análisis. La pantalla se llena de datos y gráficos que no puedo descifrar, en cuestiones de segundos.
—No puedo dejar de notar que Elián tiene una presencia... interesante. —Escucho a Kira susurrarme.
—Sí, parece tener un aire de misterio.
Pocos minutos pasan mientras Elián sigue inmerso en lo que hace. La habitación está en silencio, salvo por el tecleo constante de Elián y el zumbido de las computadoras. Después de unos minutos más finalmente se detiene y se vuelve hacia nosotras.
—He encontrado algo —Nos acercamos a él, excepto Zafiro que anda metida en su teléfono—. Este símbolo pertenece a la ISAC.
—¿Qué es la ISAC? —Preguntó Kir, robándome las palabras, su curiosidad evidente en su tono.
—Es una red secreta de investigación global —Respondió Elián, girándose de nuevo a su computadora para mostrarnos un par de imágenes—. Lleva por nombre Instituto Secreto de Avances Científicos, un laboratorio que fue cerrado después de un escándalo relacionado con desapariciones de niños —Nos entrega un papel—. Aquí está la dirección de donde se encuentra.
La información sobre las desapariciones y la existencia de un laboratorio del cual pertenece el símbolo, ya lo habíamos oído de Zafiro, pero la confirmación de Elián, el nombre, las imágenes, de que iba ese laboratorio y la dirección, añade un peso más a nuestra investigación.
—Gracias —Miré la dirección—. Esto nos será de mucha ayuda.
—Además, este símbolo puede estar relacionado con experimentos específicos —Señala mi dibujo—. Si necesitan más información sobre el laboratorio o algún otro detalle, avísenme.
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Editado: 16.11.2024