Ángel Caído

CAPITULO I

Y SI ESTE MUNDO FUERA EL INFIERNO DE OTRO PLANETA?

CAPITULO I

                                                                        

7 Apuestos chicos caminaban sobre los pasillos de una prestigiosa universidad, llamaban la atención de cualquier persona, miradas de lujuria y deseo y alguna que otra de admiración.

Caminaban rumbo a sus salones. El más grande, Nathan Hamilton cuerpo grande y marcado, cabello castaño oscuro al igual que sus ojos. Niall, tenía un grandioso cuerpo y rasgos faciales similares al de su hermano

Dylan, cabello rubio labios grandes, igualmente bien dotado y mirada dura.

Matthew, muchos tatuajes esparcidos por todo su cuerpo, un poco bronceado, cabello castaño oscuro y ojos verdes.

Zac, todo lo contrario a sus hermanos, lindo, pequeño y afemindado. Quien lo viera diría que no rompería ni un plato.

Adrik, rasgos muy duros, siempre con el ceño fruncido, y ojos azules Zafiro, con un toque de malicia en ellos.

Y por último y no menos importante Luk, cabello negro, ojos azules claros y piel un poco bronceada.

Mejor conocidos como los hermanos Hamilton - Caminaban sobre los pasillos, Cuando de la nada se escucha un gran estruendo enfrente de ellos, una chica de cabello castaño oscuro, lentes negros al igual que su ropa y chamarra de cuero, tiro —tal vez estampó— a un chico de 2 cabezas de alto, más grande y musculoso que ella, que se encontraba estrellando y golpeando al joven.

—No te lo volveré a repetir, pagame ahora — dijo la joven tomando al chico de la camisa, este la miraba con terror.

—!N- No lo te- tengo!—el chico estaba asustado.

La chica le dio un rodillazo en las costillas, este soltó un quejido de dolor.

—No me quieras ver la cara de idiota, dame el dinero, se me esta acabando la paciencia —  estaba que echaba fuego por los ojos, todo esto la fastidiaba en gran forma.
— ¡toma esta bien! — dijo el chico mientras sacaba un fajo de billetes de su cartera y se lo entregaba a la chica, ella  tomo el dinero y soltó a aquel muchacho para después alejarse.

— Maldita — susurró el chico diciéndolo para si mismo, la joven  lo alcanzo a escuchar  y se regresó a pasos rápidos hacia el propinando un puñetazo en el rostro haciendo se estrellara contra los casilleros golpeándose fuertemente y caer inconsciente al suelo. Los chicos miraban la escena un poco divertidos, la mujer se quitó sus lentes, dejando ver unos claros y atormentados ojos grises sin algún tipo de brillo, esto los dejo sin aire, les dedicó su mejor mirada fulminante y se dirigió hacia la salida de la escuela.

ESTE ES SOLO EL COMIENZO




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