Ángel Caído

CAPITULO III

CAPITULO III

SUMERGIRSE EN LA OSCURIDAD NO ES DOLOR, ES INCERTIDUMBRE.

Me encontraba curando mi herida, demonios, sí que duele.

Con una navaja caliente, saque la bala y cosí la herida, casi llorando la desinfecte y la vende, tomé unos analgésicos y después de un tiempo me hicieron efecto y me quedé dormida.

Sonó la alarma de mi celular despertándome para ir a la escuela, me dirigí al baño, me desvestí y mire mi cuerpo en el espejo, mire cada parte de mi cuerpo, cada cicatriz es la evidencia de las veces que la muerte ha querido venir por mí, miles de recuerdos de mi pasado llegaron a mi mente. Cada cicatriz venia acompañada de un recuerdo y sucesos doloroso tanto físico como psicológico. El ruido del agua correr me despertó de mi ensoñación, sacudo mi cabeza alejando cualquier pensamientoby me adentre a la regadera, mi cuerpo se relajaba instantáneamente con el contacto de mi piel con el agua. Sentí mi cuerpo más ligero, lavé con cuidado mi herida, me enjaboné bien, me quedo unos minutos más en el agua y cierro el grifo, me pongo una nueva venda pero desinfectándo antes la herida, me visto y me pongo mascará en mis largas pestañas, un labial rojo sangre. Me coloco mis converse negras, tomo mi mochila y salgo de mi departamento, me subo a mi moto y voy rumbo a la escuela.

Cuando llego, estaciono mi moto y la aseguro para que nadie se la robe, siento que alguien me mira, volteo y son esos 7 chicos, me miraban fijamente, atentos a mis movimientos, les devuelvo la mirada y me quito mis guantes sin dedos y me dirijo a mi salón.

Entro a mi salón y me siento en el último lugar cerca de la ventana, me pongo a escuchar música mientras el profesor llega, siento que alguien se sienta a mi lado, volteo y oh vaya que suerte la mía, Niall se sentó al lado mío — pensé con sarcasmo — Lo ignoro y me pongo mis audífonos. Siento su mirada pero no le doy importancia, Chese atlantic - SWIM sonaba en mis oídos, llegó el profesor, me quite los audífonos y traté de poner atención.

—Muy bien jóvenes tomen asiento, buenos días — dijo mientras acomodaba las cosas en su escritorio.

Las clases pasaron normales hasta que llegó receso y Abigail fue a la cafetería, tomo una manzana y una botella de agua, pues tenía hambre pero el dolor de la herida le quitaba el poco apetito que tenía, tomó su almuerzo y se fue a el hasta el patio trasero de la escuela para descansar y estar sola, de nuevo sintió que alguien la miraba, levantó la vista y se encontró de nuevo con los 7 hermanos que la miraban fijamente, hablaban entre si mientras la miraban, ella los miro y alzó una ceja y se dispuso a escuchar música, quiso ignorarlos pero le fue imposible, le incomodaba demasiado. ¿Acaso hoy era el día de molestar a Abigail?.

Se levantó molesta y se dirigió hacia ellos. Como era de imaginarse, ellos la estaban mirando.

— ¡Hey! Ustedes ¿Acaso tengo algo en la cara?— dijo claramente molesta.

— hay por favor, ¿Crees que te miraban a ti? Ubícate y aprende tu lugar, no eres nadie aquí — dijo burlona Megan que acababa de llegar.

Sin embargo Abigail la ignoró, miraba desafiante al mayor de los Hamilton, quien solo la miraba sin decir nada.

— ¿Es que estas sorda acaso? Vete de aquí, estúpida, quieres que te lo re-

—¡Deja de ladrar, perra! Me duele la cabeza como para estarte escuchando y no te metas donde no te llaman — escupió exasperada Abigail interrumpiéndola.

Megan se enfureció al escucharla decir aquello, iba a tomar a Abigail del cabello pero ella le tomó la mano y se la apretó haciéndola quejar de dolor.

— Te dije que no estoy de humor — mientras le doblaba la mano y la tiraba al piso, sus amigas aterrorizadas gritaron, los chicos miraban la escena expectantes.

Una de las amigas la tomo fuertemente en la herida que tenía, Abigail hizo una mueca he hizo su brazo hacia atrás dándole dio a la rubia un codazo en las costillas, esta inmediatamente la soltó, el timbre del fin del receso sonó y se fue a su salón sin decir nada. Le tocaba Educación física, Entró y el profesor hizo parejas para tener un combate de cuerpo a cuerpo.

— Hoy veremos uno de los deportes de el atletismo, que es la lucha, ya vimos la teoría, ahora se aplicará la práctica,  serán mixtos, y necesito a 2 personas que me ayuden y guíen a sus compañeros, yo los escogeré — analizó a cada uno de nosotros, más a mí, creo que ya sabia a quien elegiría, joder hoy si que era mi día — ¡Muy bien Abigail Amici, pelearas con Matthew Hamilton! — Gritó  mientras volteaba a ver a mi contrincante en el centro del gimnasio, este me miraba con una sonrisa.

Caminé hacia donde estaba a él con pesar, tomé mi cabello y lo amarré en una coleta, doblé mis mangas y me posicioné.

Prometo no hacerte daño — dijo mientras se acercaba y se posicionaba, se reía con orgullo, yo solo lo miré mal.

El entrenador se posicionó en frente de ambos y alzó una mano.

— ¡Muy bien! ¡comiencen! — y dio inicio a la pelea.

Él me lanzó un golpe que yo esquive, para ser un hombre golpea como niñita, yo le di un fuerte golpe en las costillas, dejándolo sin aire, que lo hizo detenerse, aproveché para darle un puñetazo en el rostro, quiso darme un golpe en el estómago pero fui más rápida y lo jale de la mano para darle un rodillazo, que lo hizo caer al suelo, sus hermanos y todos los demás compañeros miraban la escena sin creer lo que acababa de pasar.

El capitán de Boxeo y thai boxing estaba en el suelo.

Derribado por una mujer.

Una mierda total.

Maldición, sentía un horrible ardor en mi hombro, Salí de allí ignorando los gritos y amenazas de castigarme del profesor para ir por mi mochila y salir de la escuela, encendí un cigarrillo y relaje un poco. Encendí mi moto y fui rumbo a mi departamento.

OTRO DÍA ABURRIDO EN LA MIERDA DE VIDA QUE TENGO




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