Ángel Caído

CAPITULO VII

CAPITULO VII

NO PUEDES TOCAR EL CIELO SIN ANTES PROBAR EL SUELO

Después de 30 minutos llegamos a una especie de campo, todo estaba inundado de carros. Aquí se hacían las luchas y carreras clandestinas.

Llegamos y como por arte de magia, 6 de mis 7 guapos acompañantes, desaparecieron para "cazar" o al menos eso me dijeron mientras se iban. Adrik fue el único que se quedó conmigo.

Quería pelear, quería desquitar mi estrés con alguien por lo que me inscribí, Adrik hizo lo mismo. La primera en luchar fui yo. Me toco con una morena que era 2 o 3 cabezas que yo, era muy musculosa y tenía el cabello muy corto, no es por adelantarles mucho pero en su mirada veía que quería hacerme trizas.

Entramos a la arena y un hombre gordo y feo habló.

Ya saben las reglas, quien se rinda primero o muera pierde, y más importante ¡aquí no hay reglas! ¡comiencen!

Ella se acercó hacia mí y yo me puse en posición de defensa.

Intentó tomar mi cabello pero tome su mano y la doblé, lanzó un gruñido y como pudo me dio una patada en las piernas tirándome al suelo, iba a subirse encima de mí para seguirme golpeando pero me adelanté y di un salto levantándome.

Tomé su cara y le di un rodillazo en ella, pero ella al mismo tiempo me dio un puñetazo en la boca de estómago, ambas nos quedamos sin aliento, sin previo me tomo del cabello tirándome de nuevo, en cambio yo le di un rodillazo en la ingle.

Sentí como mis demonios comenzaban a salir.

Me pedían sangre, ya no veía... estaba segada por la sed de sangre, sentí como mi cuerpo recibía una corriente de adrenalina que apenas y podía respirar. La tiré al suelo y la comencé a golpearla en el rostro, ella trataba de impedirlo y zafarse de mí, pero yo ya no pensaba.

Ya no razonaba.

Ya nada.

Cuando Salí de mi ensoñación y dejé de golpearla, ella ya no estaba con vida, tenía la cara destrozada al igual que mis nudillos. Volteé y Adrik me miraba sin expresión alguna, no veía ninguna emoción en su rostro, miedo, enojo, temor... nada.

Salí de la arena y pase por su lado, el tomo mi mano y vio mis nudillos, me susurro:

—Después de esto nos vamos, no tardo — besó mis nudillos delicadamente y entró a la arena.

Seguía el turno de él, le tocaba con una persona de su misma estatura, pero la diferencia es que su contrincante parecía una bola de músculo, todos apostara por su contrincante, yo solo observaba, el musculoso se lanzó hacia Adrik, pero él lo esquivo y lo tomo de la cabeza y le rompió el cuello muriendo instantáneamente, todos miraban las escena sorprendidos, incluso yo.

¿Ya?

¿Eso es todo?

Se bajó de la arena y fuimos a reclamar nuestro dinero, los demás no daban señal de aparecer, mandaron un mensaje de que no llegarían por lo que nosotros nos fuimos.

El me dejó en mi departamento y se llevó las cosas de los chicos, después de protestar para vendarme los nudillos, el ganó y me curó, lo hizo con mucha delicadeza y se fue. Tomé unos algo para el dolor y me quedé profunda- mente dormida.

Desperté y traté de volver a dormir, pero un olor dulce me hizo despertarme. Con pesar abrí mis ojos mire a mi alrededor.

Un momento.

Este no es mi departamento.

Era una habitación muy espaciosa, decorada al estilo victoriano, me levanté rápidamente y mire mis manos, no tenía las vendas, pero mis manos se veían tersas y delicadas.

Me mire a un espejo y casi doy un grito.

Seguía siendo yo, pero tenía los ojos rojos y el cabello un poco mas largo y lacio, vestía una especie de túnica y me la quite quedándome desnuda, mis cicatrices y tatuajes no estaban, solo una piel muy blanca y suave. Me puse de nuevo la túnica, segundos después entraron 2 mujeres. Vestían con vestidos negros muy largos ceñidos a la cintura, ambas traían al cabello atado a un moño y tenían un mandil blanco amarrado a la cintura.

— Buenos días, señorita Abrielle — dijeron al unísono, quería preguntarles que estaba pasando, pero sería mejor si lo investigaba por mí misma.

— Buenos días — respondí.

— Venimos a arreglarla — no dije nada, solo asentí.

Me sentí un poco incomoda porque ellas me bañaron, perfumaron y me vistieron con un hermosos vestido rojo de seda, la parte de arriba tenía escote y estaba pegado al cuerpo y la parte de abajo era holgado, llegaba hasta el suelo, tenía los hombros descubiertos, dejaron mi cabello suelto.

Sin embargo no dije nada.

Cuando ya estaba lista ellas salieron de "mi habitación" y trajeron una copa de oro con un elixir rojo, entonces sentí como algo crecía en mi boca, volteé al espejo y mire unos colmillos un poco grandes, me asusté un poco pero rápidamente recobre la compostura, nerviosa tomé la copa de oro y bebí un poco, sabia metálico y a la vez un poco dulce, me gusto, tome todo lo que quedaba pero yo seguía teniendo sed, entonces sentí como un olor dulce emanaba de ellas, casi me abalanzo sobre una, no sé como pero me controle y salte por el gran ventanal, corría descalza y sin rumbo fijo, entre a una cueva para tranquilizarme y me quede todo el día allí.

Cuando me tranquilice al fin Salí y ya era de noche, corrí nuevamente y Llegué a un pequeño pueblo, todo era de acuerdo a la época, caballos, carruajes, castillos, vestidos largos, todo.

Vi mucha gente y mis ansias de sangre llegaron de nuevo, trate de caminar normal y me escondí en un callejón.

En lo mas oscuro del callejón vi como un hombre intentaba violar a una pobre muchacha, mi sangre hirvió y en menos de un segundo había ido hacia ellos por lo que sin esfuerzo se lo quite de encima, ella salió corriendo, él intentó golpearme pero lo estrelle contra una pared y encaje mis colmillos en su cuello, él iba a gritar pero le tape la boca impidiéndolo, cuando me sentí saciada lo solté y el cuerpo yacía sin vida cayó al suelo.

Sentí una mirada penetrante.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.