CAPÍTULO XIII

CAPITULO XIII

LO PROHIBIDO TRAE EMOCIÓN, LO COTIDIANO SOLO TRAE RUTINA Y ESTRÉS

Después de estar todo lo que quedaba de la mañana leyendo, empecé a entrenar, como no había desayunado y hacia rutinas muy pesadas, sentí mareos y el suelo se comenzó a mover, y de repente todo se volvió negro.
 

Abrí los ojos y estaba en un lugar oscuro y espeluznante, divise una luz anaranjada y fui hacia allí, vi 8 figuras de hombres que reían y tenían un festín, había mujeres semi desnudas  por todos lados, que reían animosamente,me acerque a ellos, al parecer no notaban mi presencia.

No se veían, solamente veía su silueta, intente hablar con uno pero este me ignoró, lo iba a tocar el hombro para preguntarle qué estaba pasando pero al momento de tocarlo mi mano lo atravesó, entonces caí en cuenta que no podían mirarme ni escucharme, Mucho menos tocarme. como por obra de magia de ser siluetas, se aclararon poco a poco, ahora los podía ver claramente, completamente, y me Asusté un poco, todos eran hermosos, pero algunos tenían pequeños cuernos, orejas largas y colas, reían con ganas pero hubo uno que llamó  mi atención, este tenía enormes y largas alas negras, este no se reía como los demás, él a diferencia de los otros que tenían mujeres hermosas y vestían de forma reveladora, el estaba solo, serio, también era el único que no reía, solo observaba, tenía la sensación de que los conocía, algo en mi interior me decía que ya lo había visto antes.

Y de nuevo, desperté, estaba en mi cama y ahí estaban de nuevo los 6, faltaba Zac.

Todos me miraban un poco preocupados, me ayudaron a levantarme,  me llevaron a la sala y me sentaron en un sillón . iba a preguntar que paso pero en eso llego el ultimo de los 7 con comida. Había preparado pasta, la dejo en la mesita de al lado y hablo.

— ¡Abigail Amici!¡ Sabes el susto que nos llevamos cuando no te vimos en la escuela! ¡o que casi nos desmayamos contigo al verte tirada en el piso! — iba interrumpirlo pero me miro con cara de "habla y te mato yo mismo"

Por lo que no dije nada y me calle.

— ¡¿Que no sabes que el desayuno es la comida más importante del día?! Come antes de que te agarre a chanclazos — me advirtió, hice una mueca de fastidio y empecé a comer, nadie dijo nada hasta que termine.

— ¿Por qué no fuiste a la escuela? — pregunto Dylan. Zac seguía molesto, por lo que me miro un poco feo.

— No tuve ganas — y me encogí de hombros, estuvimos hablando de cosas triviales hasta que oscureció, Zac antes de irse me advirtió que si no comía me iba hacer comer por la nariz, los demás se rieron de mí y los eche casi a patadas de mi departamento convenciéndolos de que ya me encontraba bien.

Comí sin ganas lo que había sobrado y me dispuse a limpiar un poco, cuando acabe vi películas hasta noche pues mañana no habría clases. Limpié mis nudillos y mis demás heridas y me puse vendas nuevas, tomé analgésicos y me dormí.
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Abrí los ojos y me encontraba en un campo, era de día, vestía un largo pero sencillo vestido blanco, a lo lejos escuché que alguien gritaba mi nombre.

Voltee y era ese hombre que había visto la otra vez, este me sonreía y se acercó a mí y me dio un casto beso en los labios

— Abrielle, cariño, ya haz despertado, veo que tienes hambre, tus colmillos han aparecido — Tomó mi barbilla — vamos a un pueblo aquí cerca.

Me tomó de la mano y corrimos muy rápido, en cuestión de segundos llegamos a un pequeño pueblo, entonces comencé a sentir sed, vi como asaltaban un pequeño y humilde puesto de fruta, caminé hacia allí y tome al asaltante de cuello, intentó  clavarme su cuchilla pero esta se rompió, entonces el hombre cayo en cuenta que era, pidió ayuda, más sin embargo nadie lo ayudo, todos salieron corriendo a esconderse.

Lo acerqué a mí y encaje mis colmillos en él.

El hombre gritaba, pero nadie iba a su llamado, poco a poco fue dejando de resistirse hasta que dejo de moverse, entonces lo solté, mi acompañante me miraba con una sonrisa en su rostro, limpio un hilo de sangre de mi boca con su dedo pulgar y me beso apasionadamente, yo solo me deje llevar.

ERES LO MAS HERMOSO QUE ME NUNCA ME HA PASADO