Ángel Caído

CAPÍTULO XXII

CAPITULO XXII

Me encontraba en un escritorio mirando algunas rutas y leyendo algunos papeles.

Los aventé al escritorio y me desparrame en la silla.

Me dolía el trasero y la cabeza. Me  froté los sienes y suspiré. Empecé a recordar la fecha para ver si tenia algunas reuniones hoy.

Justamente hoy se cumplían 4 años de haberme ido.

Después de irme del país e ir a  Inglaterra con Edik Jakov acabe el instituto y universidad aquí. Funde mi propia empresa para lavar dinero. Como dijo Jakov.

"Si el dinero esta sucio que se lave."

Él tenia una personalidad alegre y tranquilo, pero también era un poco serio. No se, nunca pude entenderlo en estos años.

Estaba a punto de quedarme dormida ya que no había descansado estos últimos días, hasta que escuché un disparo seguido de un grito. Inmediatamente tomé una pistola y 2 cartuchos y los coloqué en mis bolsillos. Me levanté y corrí hacia los pasillos, disparé a todo lo desconocido. Llegué  con Jakov y este le disparó a uno que tenia en frente. Me sonrió y casi al instante cambio su expresión por uno de preocupación, iba a voltear cuando veo que uno de nuestros hombres le dispara a Jakob en el pecho y cayó al piso, apunto hacia mi pero fui mas rápida y le disparé.

Aún muerto como comencé a dispararle por todo el cuerpo llena de rabia.

No podían quitarme a otro más.

No podían.

¡NO!

Salí corriendo hacia Jakob y me arrodille a un lado de él y puse mis dedos debajo de su nariz para ver si respiraba.

Y nada.

Ya no respiraba.

Cerré los ojos con fuerza reteniendo las lágrimas y de pronto sentí un escozor en mi pecho, después sentí algo caliente deslizarse sobre el. Toqué la zona y mi sangre brotaba, Volteé y mire un hombre de traje con una pistola de bañada en oro, el brillo de esta le daba un toque de superioridad.

Iba a alzar mi pistola pero sentí otro tiro en el estómago, la solté y este ultimo impacto me hizo caer al suelo. Camino hacia mi y traté de alcanzar de nuevo mi arma pero el hombre pisó mi mano con fuerza que puedo jurar que escuche tronar los huesos de mi mano.

— ¿Asi que tu eres Abigail, no? — lo miré con todo el odio del mundo más no respondí, me miraba con burla y arrogancia — ¿Sabes? el viejo solo parlateaba, antes de matarlo me dijo que tu me buscarías para vengar su muerte y matarme, y mirate — se burló — a mis pies, al borde de la muerte — acercó su pistola hacia mi sien y quitó el seguro.

— ¿Así que fuiste tu el desgraciado que hundió a McAllen junto conmigo? Eres más escurridizo de lo que pensé — me costaba trabajo hablar y dolía cada ves que respiraba.

— Así es, ¿Y sabes por que? Por que soy mucho mejor que tú, tengo un imperio, el mundo gira alrededor, yo mando, nena — tocó mi cabello con sus asquerosas manos y luego lo jaló atrayendome hacía él.

— No lo creo, solo eres otro idiota más — Sonreí ocultando una mueca de dolor para después toser sangre.

Se alejó de mí y lo escuché reír como un loco, después se volteó y me dio una patada qué logró que soltara un quejido.

— Pensé que eras más fuerte, pero veo que me equivoque, saludame al viejo en el infierno — tomó su arma con fuerza y disparó.


 


 




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