Angel sin alma

Capitulo 4

Cristal

Mi sonrisa no se borra en ningún momento, sin embargo, tenía miedo que lo de ayer haya sido solo un sueño de un rato, volver a saber de Daniel me tenía contenta y a la vez triste, ya que no tenía idea si él ha regresado por unos días o para quedarse, suspirando dejo de maquinar y me concentro cuando mi cuñada entra saludando a todos y notifica que presentara al nuevo chico del grupo.

—Se ve guapo—escucho decir a una de las chicas que se sienta a un lado de mi escritorio

—Buenos días—Mi corazón se detiene cuando escucho esa voz. —Mi nombre es Daniel Davis y estaré con ustedes en este curso, espero poder llevarnos bien.

Daniel, él también estará cursando música. Sonrió internamente, a veces el corazón cumple lo que deseas tanto.

Todas las chicas lo saludan y mi cuñada le dice que busque un escritorio vacío, pero luego le indica que hay un escritorio cerca del mío. ¡Joder Alessandra!

Trato de disimular mi sonrisa, lo único que escucho de él es un hola, cuando me imagino que toma su lugar.

—Bien empecemos las clases y luego pueden seguir hablando—replico mi cuñada callando a las chicas que no dejaban de cuchillar.

—Hola Cristal— me saluda Daniel, mi corazón no deja de latir, estoy empezando a creer que estoy enferma de cardiopatía, como es posible que me sienta así, definitivamente debo hablar con mis padres para que me lleven a un cardiólogo, mi corazón es un motor pero sin baterías.

—Hablemos cuando acabe las clases, Alessandra es muy estricta cuando imparte su clase—susurre riendo, me imagino que entendió ya que toco mi mano. Suspirando decido en concentrarme en la clase, aunque lo dudo mucho porque estoy a punto de salir corriendo claro si pudiera lo haría, en mi caso saldría caminando tocando todo para no tropezar, dejo de pensar y me concentro en escuchar a mi maestra. Las horas pasaron lentas y aburrida al escuchar risitas de parte de algunas chicas. A la hora de salida, trate de guardas mis cuadernos y esperar a que viniera una de mis hermanas ya que Alessandra tenía clases en otra sección y no podía ir a dejarme a casa, me imagino que Casandra o Casseling vendrán o algún guardaespaldas, cualquiera de ellos, ya que yo la inútil no puedo irme por mi cuenta.

—¿Lista para irnos? — me pregunto Daniel tocando mi brazo, inmediatamente sentí escalofríos atravesar mi cuerpo hasta mi espina dorsal, a lo que no sabía que responderle, si bien hoy quedamos en vernos después de las doce del mediodía.

Dejo de lado mis pensamientos al escuchar a una chica.

—Hola guapo mi nombre es Lucia y encantada de conocerte—rodé los ojos, sonó melosa la chica.

—Eh, bueno mucho gusto, me llamo Daniel, Cristal nos vamos— dijo tomando mi mano y sorprendiéndome por completo.

—Vamos—respondo aceptando su mano.

—Ya se conocían ustedes dos. —pregunta una de las chicas, ya me imagino su cara porque su voz lo dice todo. Al parecer ya le hecho el ojo a Danielito.

—Así es, Cristal es mi novia desde la infancia —Varios chicos silbaron y algunas maldijeron. Vaya les dañe el día.
Me sorprendió que el haya dicho eso, salimos del aula de clase escuchando a los chicos hablar estupidez. Daniel me guía a saber dónde, trato de actuar normal y no ponerme nerviosa como lo estado desde anoche, camino despacio y sé que Daniel igual, quizás si camino más rápido puedo tropezar y caerme de golpe.

—Hola amiga Cristal, soy yo Camilo,—escucho decir, asiento y lo saludo, Daniel aprieta mi mano para que no lo suelte.

—Que tal camilo, estuviste en las clases—Pregunte sin saber que más preguntar. Porque me siento nerviosa. Cuando estoy por presentarlo con Daniel el habla.

—La verdad no quise entrar, no me he sentido bien pero te cuento otro día, bueno como estas ocupada te veo mañana— dijo yéndose, suspirando me suelto de la mano de Daniel.

—Daniel debo avisar a Cassandra o Casseling que ya no estoy en la sección y lo otro es porque dijiste que soy tu novia. — pregunto esperando una explicación.

—Me disculpo, aunque quisiera eso Cristal, me gustas mucho quizás cuando éramos pequeños no sabíamos decir esto, pero ahora ya estamos jóvenes y si tú no tienes a nadie me gustaría mucho que seas mi novia. — sorprendida abro la boca, pero antes de hablar escucho la voz de Cassandra.

—Cristal porque no me avistaste que ya estabas fuera de la sección, nena tienes un móvil—volqué los ojos exasperada. — Aunque no importa ya que estas con la mejor compañía— Susurro palmeando mi trasero.

—Lo siento Cass, eh no sé si eres Casseling o Cassandra me confundo— Mi hermana se echó a reír.

—Oh bueno soy Cassandra, soy más alta, y más bella, por cierto mi voz es diferente a la de Casseling.

—Se te olvido decirle que eres la que más grita y habla de todo. —Daniel rio burlón.

—Qué mala eres hermanita, estas castigada te iras con Daniel por ofenderme me voy. —pero y esta que se cree.

—Cuidare de ella, no te preocupes— Ay no, seguramente me volverá a preguntar si quiero ser su novia y no sabré que responderle. —Recuerdas nuestra cita—Asiento sin querer hablar. —Bueno iremos en motocicleta espero que no te de miedo.

—Lo dudo Daniel, nada me puede dar miedo después de tantas cosas que he pasado.

Se que se tenso al oír lo que dije, ya que se quedo en silencio por varios segundos.

—Bien, entonces vamos— acepte su mano de nuevo, luego me llevo en donde tenía su motocicleta estacionado.

Daniel me ayuda a subir a su moto, me coloca el casco en la cabeza luego subió para arrancar, es la primera vez que subo a esta cosa, me da un poco de miedo sin embargo me emociona un poco.

—Sujétate fuerte Ángel mío. —Asiento mordiendo mi labio inferior. Creo que si mis padres se enteran de esto echaran un fuerte grito al cielo, espero que no pase nada cuando Daniel me lleve de regreso a casa.

Ninguno de los dos dijimos nada en el proceso del viaje, cierro mis ojos al sentir un huequito formándose en mi pecho, creo que es por la adrenalina, el viento sopla tan fuerte y ya casi no se escucha tanto el tráfico, me imagino que estamos saliendo de la cuidad o estamos en alguna calle no tan transitada, me pregunto a donde me lleva, pero igual eso no importa, le tengo tanta confianza porque sé que es incapaz de lastimarme, lo sé porque el cuido de mí en esos dos días que fueron los más horrible de mi vida y la de él. Luego de más de media hora aparca su moto.




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