Daniel
Los ojos de Cristal estaban más que sorprendidos, ojalá pueda aceptarme es lo único que deseo para ayudarla y hacerla feliz, estoy mas que seguro que la amo y quiero todo con ella.
—Acepto— Respondió y lo único que hice fue levantarla en mis brazos, estaba más que alegre estoy siendo rápido pero es algo inevitable. —¿Sin embargo, podrás lidiar con mi mal humor?—Pregunto tornándose sería.
—Lo haré Cristal, no importa si estas en esa calle oscura, pero Yo Daniel lidiare con eso y con otros más, se que te sientes menos pero déjame decirte que eres mucho más, recuerda que la vida no solo se trata de darle lugar al pasado, debes empezar a darle lugar al presente a ti, a lo nuestro.
—Daniel es algo inevitable, esos seres me llaman, son personas, la sombra de un hombre y el de una mujer, ambos me llevan a ese pasado tan doloroso y mortificantes, a veces quiero morir y no pensar en eso, deseo borrar cada cosa de mi cabeza y no puedo.
Acerco mi mano a su mejilla, la acaricio tratando de reconfortara. ¿Quienes será ellos y porque no la dejan en paz?
—Trata de no sumergirte, no le des lugar mi Ángel—ella negó, acaricia mi rostro al igual que lo hago con ella. Haré lo que sea para que ella cambien de opinión
—Pensé que tendrías una marca en tu mejilla—sostuve su mano y besando el dorso le respondo.
—En Colombia hay buenos cirujanos, la cicatriz fue borrada aunque invisiblemente siempre este intacto.
—Lo siento, por culpa de los errores de mi padre tu y Alessandra sufrieron las consecuencias.—Cristal bajo la cabeza.
—No digas eso la que sufrió más fuiste tu, Cristal no te auto recrimines.—ella niega y una lagrima resbala por su mejilla, la abrazo con fuerzas y llora aún más fuerte, acaricio su cabello y le digo palabras reconfortante. Me pregunto si todos estos años a estado sufriendo y guardando ese pasado que no la deja vivir en paz, quisiera indagar un poco del porque ese tal Lorenzo quería dañar a Cristal y según por vengarse de Don Arthur, se que esto ya sucedió y ellos están muertos pero necesito soltar cabos sueltos. Alejo a mi chica un poco para limpiar sus lágrimas sus ojos azules están apagados y sin deseos de brillar, bajo a su altura y la beso suavemente disfrutando este momento, sus frágiles mano se aferran a mi como si temiera de algo o de que yo escape, cosa que no hare jamás. El besos es interrumpido por una llamada entrante por parte de su padre. Alejándose maldice, y verla sonrojada me hace sentir afortunado.
—Lo siento, voy a contestar o mi padre se volverá loco— le digo que si, dándole su espacio.—Hola Papa, eh si salí por un momento con mi novio… te explico cuando llegue a casa, lo siento si estas molesto. Bay. — molesta cuelga la llamada y estoy asombrado por como le respondió a su padre, espero que ella no tenga ningún problema por mi culpa.
—Todo bien. —Cristal bufo negando.
—Esta molesto porque no he llegado a casa y porque le dije que tengo un novio, ya sabes como es Arthur de protector con todos sus hijos.
—Te ama por eso te protege, debes entenderlo, deberíamos hablar con él, ojalá no se niegue.
—No crees que es muy pronto, aunque creo que es lo correcto, no quiero que sea un secreto.— Reafirmo sonriente.
—Así es mi Ángel, hagamos eso, ahora vamos—dije tomando su mano, a lo que ella asintió sonriendo. La ayude a subir a la motocicleta y luego le coloco el casco, al subirme le pido que se sostengo fuerte. —¿Listo?—preguntó
—Listo Daniel—dejando un beso en el palma de su mano arranco a una velocidad moderada, sonrió feliz de saber que Cristal es mi novia, debo tratarla con fragilidad porque es un cristal que se puede romper fácilmente, ahora toca hablar con sus padres y luego con los míos, quizás esto es algo rápido sin embargo no quiero estar alejado de ella, seré como una jodida garrapata pegada a ella todo el tiempo que se tenga la oportunidad.
En el transcurso del camino ninguno dijo nada y tampoco era imposible ya que se escuchaba más el sonido de la moto que otra cosa, de vez en cuanto ella apretaba mi cintura a lo que yo le respondía con un beso en el dorso de su mano. Después de más de media hora aparque en la inmensa casa de los padres de mi ahora novia.
—Llegamos pequeña— Cristal asintió tratando de bajar de la moto, me bajo primero para ayudarla, le quito el casco y la dejo sobre la moto, ella se notaba tensa y joder yo estoy igual, el señor Arthur es algo delicado y peor si se trata de sus hijas, me lo a dicho Alessandra, que su suegro es bastante delicado y protector cuando se trata de sus hijas.
—Uhm, son más de las 3 de la tarde, pensé que el curso terminaba a las 12 del mediodía y quien eres tú —Replico el padre de mi novia dirigiéndose a mi.
—Hola Señor Arthur— Respondo educado, el asiente elevando sus cejas.
—Soy Daniel el hermano menor de Alessandra, espero que se acuerde de mi— Cristal voltea en dirección a su padre y aunque ella no ve, sabe que él si la observa por eso mismo lo hace con seriedad.
—¡Daniel! Eres ese pequeñín que cuido mucho a mi niña y a su hermana cuando ese maldito los secuestro…—el señor Arthur frena su boca y mira a Cristal apenado.
—Si soy ese mismo el amiguito de Cristal y me gustaría conversar con usted. — Arthur me miro y miro a su hija, luego me saludo.
—Esta bien, me da un gusto volver a verte.
—¿Arthur, que haces?—Pregunta la señora Cariza sin notar mi presencia, pero luego sorprendida nos observa —Hija ya están en casa y tú quieres—Pregunta dirigiéndose a mi.
—Hola Señora Cariza, soy Daniel el hermano menor de Alessandra, me da gusto volver a verla.—digo y ella tapa su boca sorprendida, toma la mano de Cristal y niega.
¿Qué significa esto
La voz de enojo de la señora Cariza me sorprende, dejo de verla cuando Cristal cambia su rostro a enojo.
—Mama Daniel es mi novio, salúdalo— recalco Cristal alzando las cejas a lo que la señora la miro muy seria.