Los caminos del ser humano son terrible en cuanto a las personas que tienen una discapacidad como la mía, estoy en una maldita etapa en la que sentirme inútil me hace pedazos, quiero volar libre y ser como aquellos que ven la luz del sol brillar, quisiera ver el rostro de mi novio y sonreírle, deseo ver a mis padres y saber cuál de los dos tienen más parecidos conmigo, quisiera ver a mis bellas hermanas y acariciar su cabello largo, me imagino que rubios a como ellas me han dicho, quisiera ver a mi hermano abrazarlo y decirle viendo sus ojos de cuanto lo amo, si bien no puedo y ya me estoy hartando de esta maldita incapacidad, mis ojos apagados se llenan de lágrimas, cierro los puños y cuando los malditos recuerdos del pasado invaden mi cerebro, bajo de mi cama y corro al baño, pongo el seguro y caigo de rodillas, una y otra vez la imágenes oscuras de ese hombre sin rostro me atacan como si estuviera encantado en lo que me hace, él y sus demonios el cual me atormentan día a día. Busco detrás del espejo la hoja de afeitar que escondí la vez pasada y sin pensar tanto, empiezo a lastimarme, tapo mi boca y suelto un grito ahogado, puedo escuchar mi móvil sonar con una llamada entrante de Daniel, me niego a salir del baño, necesito seguir haciendo esto hasta que esas malditas imágenes y sonidos de una voz gruesa y tenebrosa desaparezcan de mi cabeza.
Me lastimo una vez más y mis ojos quieren cerrarse por el mareo, puedo sentir mi pulso debilitarse, de modo que sigo lastimandome con más fuerza en mi muñeca y es así donde lo único que escucho es el ladrido angustioso de mi perra luna, es como si ella supiera todo lo que sucede conmigo, sonriendo entro con dificultad dentro de la bañera y mis ojos están pesados hasta que se cierran llevándome a un mundo donde solo se ve flores y rosas pero de colore negros
Abro los ojos con dificultad, escucho a mis padres discutir y unas manos sostener los míos.
—¿Hermanita como estas?—pregunta Casseling con su voz angelical y preocupada, cierro mis puños al sentir tanta culpa, pero igual necesito que esos recuerdos dolorosos se vayan de mi vida o me volveré totalmente loca.
—Te estás pasando del límite Cristal—replico mi padre con su tono de voz furioso, esta vez quisiera estar muerta ya me imagino todo lo que me dirá, de todas formas estoy lista y preparada. —Tendré que internarte en un psiquiátrico para que se te quite esa locura, estoy harto de lidiar con tus malditos berrinches, por favor no eres la única que ha sufrido en la vida.
Baje la cabeza, quise decir algo, pero la voz de mi madre fue tan fuerte que me asuste, me imagino que mis hermanas se sorprendieron ya que Cassandra susurro: mierda.
—¡Arthur, es suficiente! No permitiré que la trates de esa manera, estas siendo consciente de las palabras hirientes que le dices, provocando que se hunda más y no pienso permitírtelo, espero te quede claro que a mi hija nadie la manda a ningún maldito lugar si estas harto de ella entonces lárgate y listo se acaba todo—esta vez mi madre espeta molesta, las manos de mis hermanas aprietan el mío, las tres estamos más que sorprendidas por cómo ha dejado callado a mi padre. Es la primera vez que me siento culpable por lo que hice, no quise hacer esto para que ellos peleen.
—Lo siento papa si te tengo harto, mama lo siento también, no pensé que esto provocaría una discusión entre ustedes, siento tanto que esto pase por mi culpa, no quiero que discutan —mis lágrimas salieron a flote y mis hermanas me abrazaron, sentí tanta necesidad de cambiar y ser feliz como cuando era pequeña, pero se me es difícil, cada vez que duermo ellos me atacan. La puerta de mi habitación se abre con brusquedad y la voz pesada de mi hermano hace que llore más fuerte.
—Porque tantos gritos, no ven como esta Cristal—mi hermano me abraza y llora junto a mí, igual mis hermanas.
—Lo siento mucho, no volveré a decir cosas que no deseo. —susurra mi papa y en ese instante quería abrazarlo y sentir mucho cariño por parte de él.
—Papa, ayúdame te necesito a ti y a mi mama—musite inevitablemente necesitada de él y de mi madre. No fue necesario pedirlo cuando siento sus fuertes brazos rodearme, llore tanto que sentí que mis cuerdas bucales se arrancarían y quedaría muda, era horrible sentir tanta impotencia, miedo y a la vez fracaso. Seguidamente sentí los delgados brazos de mi madre acurrucarme, su suave mano acaricio mi cabello mientras me susurrando palabras confortantes. Quiero ser la de antes, deseo que esas sombras se vayan de una puta vez de mi cabeza.
***
Había pasado unos días en la que no salí de casa y más porque estaba vendada en la muñeca recuperándome de las heridas que me cause, Daniel quiso venir a verme, pero se lo negué rotundamente, le dije que cuando yo me sintiera bien lo llamaría, nos enviábamos mensajes o conversábamos por llamada. Al parecer estaba al tanto de la locura que cometí, me dio tanta vergüenza verlo, sin embargo, quedamos en salir este fin de semana, no pude negarme porque mis hermanas estaban encima de mí para que aceptara y así fue, en cuanto a mis padres ellos se pidieron perdón por lo que sucedió aquel día y ambos se tomaron dos días para ir a la finca en Estelí, ojala estén juntos no quisiera que mis padres se separen por mi culpa eso jamás me lo perdonaría, aunque dudo mucho que suceda ellos realmente se aman.
Después de aquello tuve una visita inesperada de un compañero de clase, me sorprendí tanto al saber que se trataba del chico llamado Camilo, mi hermana Cassandra me comento que Camilo es el hermano menor de su novio y que según este chico insistió en venir a verme. No tenía de otra más que salir a saludarlo y charlar un rato con él en el jardín.
—Lamento venir a tu casa sin avisarte, pero apenas me di cuenta que tu hermana Cassandra es mi cuñada, wau estoy sorprendido. —Comento chasqueando la lengua, sonreí de lado, me agrada su amistad, es la primera vez que quisiera aceptar tener un amigo como él.