Cristal
Estaba observando las bellas flores del jardín mientras que mi mente divagaba, ya me encontraba en casa había pasado una semana, todo me parecía nuevo, aun mis recuerdos no venían a mi mente, sin embargo, tenia pesadillas de un chico el cual no lograba descifrar su rostro, pero si de su extraña voz la cual me perturbaba al decirme que sería de él quiera o no, era algo como un loco que deseaba tenerme a la fuerza, me pregunto si solo es una pesadilla sin sentido o algo del cual me ocurrió, llevo dos noches seguidas las cuales mi madre se queda en mi habitación cuidando de mí y eso me hace sentirme bien, porque no estoy sola, al igual una bella perra llamada Kira, cambiando de tema me comentaron mis hermanas que Kira es mi fiel amiga, siempre está para mí, más cuando la pasaba encerrada en mi habitación o en este jardín o dentro de casa es inseparable incluso tiene celos de mi novio Daniel, vaya es una celosa. Acaricio su pelaje blanco y suave, ella lame mi mano y luego recuesta su cabeza en mi pierna. Deseo saber muchas cosas pero mi padre me ha dicho que no me apresure en recordar, lo primero es recuperarme, pero igual quisiera saber cómo era yo antes de ese accidente, el primer día que vine a casa todos los empleados me observaban sorprendidos, algunos ni disimularon hasta pensé que eran mis parientes, pero luego mi padre los regaño y me informo que eran los empleados de la casa, juro que me moleste por la manera en cómo me observaban. En fin, dejando eso de lado me concentro en observar el jardín y percibir lo delicioso que es ver la naturaleza, es como si fuera la primera vez que mis ojos se deleitan con la maravilla de la naturaleza, el cielo es hermoso y brilloso, las nubes se mueven de un lado a otro y ni se diga del potente sol que hace su presencia.
–-Cristal estas aquí. –- asentí bajando la cabeza, ahora me duele por estar observando el cielo –Daniel está aquí desea verte.
Mi novio. No me acostumbro a eso, solo lo he visto tres ocasiones y casi no hable mucho con él, quizás por pena o vergüenza, de que no se, sin embargo, cuando estoy a su lado mi corazón late de prisa y a la vez duele como si tuviera miedo de algo.
—Si está bien, hermana podrías decirle que venga al jardín, el día esta hermoso y no quisiera dejar este lugar por ahora.
—Está bien hermana le diré a Danielito que venga aquí, está ansioso por verte – asiento sonrojada, realmente estoy igual que él.
—Gracias Cassan..— ella sonrió alejándose, la verdad aún no he podido distinguir a mis hermanas, no tengo idea de quién es Cassandra y quien es Casseling, me confunden las dos, pero mi madre me dijo que Casseling es la que pasa más tiempo conmigo. Suelto un suspiro y acomodó mi cabello, luego retorcí mis dedos, en serio que estaba nerviosa, demasiado diría yo.
—Hola mi Ángel— escuche su voz gruesa y sexy, levante la mirada y estaba ahí a un metro de mí, se puso a mi altura y beso mi mejilla me pongo sonrojada tenerlo tan cerca.
—Hola Daniel— susurre cohibida, el olor de su fragancia se impregno en mis fosas nasales y su forma de vestir lo hacía ver guapo y sexy marcando sus grandes músculos. Le hice señas para que se sentara a un lado de mí, enseguida lo hizo.
—¿Cómo has estado?—Sus ojos marrones eran bellos, me encanta como me mira.
—Estoy bien, bueno un poco de dolor de cabeza y la incomodidad en los ojos pero he estado mejorando.
—Gracias a Dios mi pequeña—sonreímos los dos, ambos nos encontrábamos con pena —Cristal me permites darte un abrazo— asentí cohibida, mis manos empezaron a sudar del nervio, cuando el me abrazo sentí mucha paz y senti tanto cariño que hasta mi corazón empezo a saltar como si mi estómago estuviera lleno de mariposas volando.
Al separarnos nuestras miradas no se soltaron, la mirada de él era de una manera única, Daniel coloco sus manos en mi rostro sin dejar de verme, cerré los ojos por inercia y sentí su suave labio junto al mío, el beso es delicioso y lento, el bajo la mano a mi cintura acercándome más a él, pero de repente un recuerdo de un chico encima de mi cuerpo lastimándome se hacen presente en mi cabeza, rápidamente alejo a Daniel.
—Suéltame—le ruego llorosa, mi novio se aleja, me siento mal por lo que acaba de pasar, no entiendo que fue eso, qué Demonios me ha sucedido porque se me vienen esos absurdos recuerdos, será mi novio el de mis recuerdos.
—Cristal amor —el trata de tocarme la mano, pero me alejo, mi perrita ladra al verme llorando. Dios mío que me está pasando, porque de repente tengo miedo de estar cerca de Daniel.
—Daniel podrías irte, necesito estar sola, aun no me siento muy bien, cuando tenga un poco de recuerdos te llamare.
Mi novio asintió bajo la cabeza, suspirando se levantó de la banca.
—Quizás piensas que te hare daño porque aún no tienes recuerdos de nosotros, pero jamás lo hice y jamás lo haría, te amo y sé que cuando lo recuerdes todo será diferente. Cuídate mi ángel, te llamare al celular de tu hermana, cuando llegue a casa— no respondí a lo que me decía, debe ser que tiene razón, pero para estar segura de sus palabras necesito recuperar mi memoria. Daniel se alejó sin decir nada más, un horrible nudo se forma en mi garganta y las lágrimas brotan de mis ojos. Acaricio el pelaje de mi perrita mientras lloro de impotencia de querer saber que me sucedió, de querer recordar y estar segura que ese chico de mis pesadillas no es el, o tal vez solo un mal sueño. Debo exigirles a mis hermanas que me ayuden a estar segura de Daniel, sé que ellas saben muchas cosas de mi accidente sin embargo mi padre les ha prohibido hablar sobre el tema.
—Cris cariño que ha sucedido porque Daniel se ha ido tan pronto, porque lloras.— limpie mis lágrimas y mire a mi hermana.
—Tu sabes lo que me ha sucedido, dime la verdad o no estaré bien conmigo misma ni con ese chico— mi hermana negó nerviosa, se mordió el labio luego se sentó a mi lado.
—Lo siento nena, pero por ahora lo único que te puedo decir es que Daniel es un buen chico y te ama mucho, sabes algo tu primera vez fue con él, le entregaste todo de ti ya que se aman.