Angel sin alma

Capitulo 19

Cristal.

Estaba empezando a desconfiar hasta en mis propios padres, como es posible que ellos me estén ocultando tantas cosas, será que mi hermano y las gemelas saben algo, no lo creo.
Me rio por decir eso.
De seguro que si lo saben. Ahora me pregunto quién demonios es ese tal Demetrio.
Camino de un lado a otro, la perrita que permanece en mi habitación sigue mis pasos, me detengo y la observo, saca su lengua para luego chillar, de seguro quiere mi atención. Mis padres dicen que me la han regalado cuando cumplí mis quince años, desde entonces permanece a mi lado.

–Luna, que lastima que no puedes hablar, me imagino que si supieras todo lo que sucede en estas cuatro paredes me hubieras dicho todo lo que deseo saber, incluso estas marcas en mi muñeca, pierna y a saber dónde más, sé que me diría todo sobre mi pasado. –mi perrita salta dando vueltas, ella entiende muy bien lo que digo. Bufo exasperada e irritada de tanta mentira en esta familia. Seguramente Daniel sabe mucho sin embarga se las calla, no dice nada, quiero saber porque tengo marcas en mi muñeca. Es posible que me lastimaba sola.

En fin, me toca descubrir realmente que me ha sucedido en mi pasado, sobre todo porque he perdido la memoria, como me sucedió. Y si realmente ellos son mis padres, vaya si lo son, ya que tengo todos sus rasgos.
Cansada decido buscar entre mis cosas alguna pista sobre mí, antes de mi accidente. Ni siquiera unas fotos mías, las únicas son las que me mostro en el hospital, por otro lado, todo en mi habitación es nuevo, incluso mi cómoda ¿Pero por qué?

–¿Cristal estas aquí? – pregunta mi madre detrás de la puerta de mi habitación, no quisiera responder, pero por educación lo hare.

–Madre hace poco vine, pasa adelante.

Mama entra sonriéndome, luce cansada se le nota. Se acerca a mi dejado un beso en mi frente, mira mi rostro y sonriendo me dice que me ama, luego sus delgadas manos acarician mi cabello.

–¿Qué es lo que sucede madre? –inquiero observando cómo cambia sus gestos, algo la tiene preocupada. De seguro se trata de lo que estaba susurrando junto a mi padre en la habitación. Por estar ocultando lo que me sucedió, ya ni mirarme a los ojos quiere.
–Mi amor, no sucede absolutamente nada, todo está bien, necesito descansar llevo días cansada, quizás el trabajo o la edad–comenta nerviosa. Claro como si fuera estúpida de no saber qué es lo que le sucede.

–Madre quiero ir a la universidad, me imagino que ya estuve en alguna antes de mi accidente.

Mi madre niega rápidamente, su rostro luce pálido, ahora que Demonios le sucede, porque se porta de esa manera, es obvio que oculta algo aun peor, que está mal, porque no puedo ir a la universidad.

–No, por ahora debes estar en casa, la universidad debe esperar. –Su voz es entre cortada, la observo y niego. Eso si no.

–Creo que estas sobre pasando los limites, yo deseo estar en la universidad, llevo más del mes en reposo, este encierro me tiene cansada, basta de querer protegerme, puedo cuidarme sola.

–Lo siento Cristal, pero tú no podrás ir a la universidad hasta que tu padre lo decida y no pienso discutirlo más contigo.
Dicho eso sale de mi habitación tirando la puerta de un portazo. Que mierda sucede con mis padres, porque desean tenerme cautiva, que más ocultan aparte de ese tal Demetrio.
No me importa lo que ellos piensan, buscare como sea la respuesta de toda esta mierda.

Había pasado una semana monótona en este encierro, ya parece que le estoy quitando el puesto rapunsel, mi novio solo vino una vez a verme ya que mis padres prohibieron que por ahora no necesito tener visitas, estoy a punto de escaparme por mi cuenta. El día de hoy me encuentro sola, mis hermanas han ido a la universidad, papa anda de viaje y mi madre, ella está en su consultorio, desde aquella conversación casi no le dirijo la palabra a ninguno de los dos. Estoy molesta por su actitud de querer controlar mi vida, por si fuera poco, casi no puedo ver a Daniel porque según debo recuperarme aún. ¿De qué? Ni idea, mis padres especulan cualquier cosa negativa, seguramente su mala conciencia los está perturbando.
Salgo de la habitación con deseos de buscar algo delicioso de comer, los de servicio están ordenando la casa, mientras que Nina prepara el almuerzo, me acerco a ella sonriendo, su rostro luce alegre cuando se trata de mí, quisiera preguntarle de todo, no me atrevo a preguntar, debe ser que mis padres la dejaron al tanto de que no me digan nada.

Suspirando recargo mi cabeza en la mesa, Nina me observa fijamente.

–Que pasa mi niña, te noto pensativa. –¿Nina, desde cuando estas al lado de mis padres? –Espero que ella no piense nada malo al preguntarle. – Nos conociste bebes a las gemelas y a mí.

–Hace mucho tiempo, tuve en mis brazos al señor Axel, imagínese mi niña tu mama era muy joven recién estaba casada cuando mi señor Arthur la llevo con él, en aquella casa vieja, ella tenía tu edad, cuando te veo, la veo a ella, era así como tú, solo que tu mami era muy tímida sin embargo decía las cosas sin miedo a nada, de echo a nada le temía. Recordar esos tiempos son como traer el pasado de nuevo. –Diciendo eso se sorprendió, luego sonriendo cambio de tema.

La mañana la pase ayudando a mi nana en hacer el almuerzo, no soy muy buena sin embargo logre preparar las lasañas que tanto nos gusta a las gemelas y a mí. Hice un desastre en la cocina a lo que Nina burlándose de mi poca capacidad limpio el desastre. En el almuerzo todo estaba tranquilo, mis hermanas aun no llegaban, mi madre llego primero disfruto de la lasaña junto a mi después recibió una llamada y desapareció en el despacho de papa. Algo me tenía nerviosa, quería saber muchas cosas, sin pensar tanto entre a la habitación de mi madre, dentro de la habitación había un pequeño cuarto digamos que oculto, busque las llaves en las gaveteras y al encontrar unas cuantas decidí probarlas, pero antes me fije en las fotografías que colgaban en su pared, eran de todos nosotros y de ellos. De pequeña me miraba diferente, me acerco y veo una de las mías, mis ojos lucían apagados verdoso amarillento como los de mi papa, pero ahora son diferentes.
Vaya es posible que cambien con el tiempo. No lo sabía.
Bufando decido entrar al pequeño cuarto, pruebo todas las llaves, hasta que por fin logro hacerlo, todo es oscuro, no hay ventanas, ni nada que filtre la luz del día. Prendo la lamparita, lo que veo son computadoras, cámaras instaladas por todos lados, enciendo la PC, directamente pide claves.




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