Cariza.
Caminaba de un lado a otro sin saber el estado de mi hija, todo esto sucedió por ocultarle la verdad de su accidente y sobre su pasado, por culpa de nuestro silencio, Cristal está sufriendo.
Suelto el aire que está estancado en mi garganta, mi móvil empieza a sonar, veo el remitente de llamada y es mi hijo.
– ¿Qué demonios sucedió madre? – respire antes de decirle a mi hijo lo sucedido en la casa. –Madre, responde.
–Cristal resbalo por las escaleras de la casa y perdió el conocimiento, ya le avisé a tu padre, tratara de salir lo más pronto posible.
–Madre, porque razón estas desgracias están jodiendole la vida a mi hermana, como demonios sucedió.– La voz de Axel sonaba enojado.
No sabía que decirle a mi hijo, mi corazón dolía por tantas cosas que le hemos ocultado de nuestro pasado.
–Mama.
–Lo siento Axel, no quiero hablar por este medio.
Mi hijo bufando colgó la llamada. De seguro ya está en camino, veo varias llamadas de mis hijas, sin querer respondes les dejo un mensaje para que vengan al hospital.
Desesperada de no saber noticias de mi hija diviso el reloj de pared, han pasado más de media hora y no me han dicho nada sobre mi hija, estoy a punto de perder la cordura. Cierro los ojos tratando de tener paciencia sin embargo lo que sucedió hace poco viene a mi cabeza. Mi hija rodando por las escaleras por culpa de nuestras mentiras, su accidente de hace unos meses y de hace años, creo que es momento de decirle la verdad de todo lo que le ha sucedido.
–Mama– Escucho decir a una de las gemelas, le sonrió débilmente, ellas se acercan y me abrazan. A los instantes entra Axel.
–Madre como esta mi hermana.
–El medico aún no ha salido de la habitación.
Mi hijo negó molesto, sé muy bien que su actitud es así por su padre, ya que Arthur no quiere que Cristal sepa todo lo que le ha pasado. Lo hace para protegerla, al parecer eso la ha estado afectando, quisiera que todo esto acabara para que mis hijos ya no sigan sufriendo por todo lo que le hemos estado ocultando a todos. Ese secreto que llevo años guardando me esta asfixiando, deseo sacar todo para que mi familia no siga sufriendo.
Mis pensamientos se van a un lado al ver al médico acercarse a mí, su rostro se ve tranquilo eso significa que mi hija no está corriendo peligro alguno, sé que así es.
–Señora su hija está estable pronto despertara, el golpe que recibió en la cabeza fue muy fuerte, le suturamos la herida, gracias a Dios no es grave, esperemos que reaccione pronto.
Mis hijas agradecieron y luego se abrazaron junto con Axel. Limpié mis lágrimas y acercándome al médico agradecí.
–Gracias doctor, quisiera ver a mi hija–. Pedí desesperada
–Está bien, pero por el momento solo será usted aún no está permitido las visitas.
– Quiere decir que no podremos verla nosotros? –Cuestiono mi hijo ya molesto.
–Por el momento así es señor.
–Axel, no te preocupes hijo pronto la verán, por ahora no se puede.
Acaricie su mejilla dejando un beso, su rostro luce enojado, me acerque a mis hijas, las abrazo y les pido que estén junto a su hermano, ambas asintieron sin decir nada. Camine detrás del médico, en mi cabeza tenia pensando lo que le diría mi princesa, iba ser un golpe duro al ella enterarse de lo que le sucedió y de quien era la córnea con la ahora puede ver.
Cuando entro a la habitación mis lágrimas empiezan a brotar, ver a mi hija así me parte el alma, no me iba perdonar si eso hubiera sido algo peor, gracias a Dios no paso a más, acaricio su rostro, dejo un beso en su sien, sus manos están heladas debe ser que tiene frio como cuando solo tenía 5 años, la arropaba con su manta favorita o bien me pedía que durmiera con ella ya que tenía mucho frio. Cierro los ojos pensando cuando era muy feliz, no llegue a imaginar siquiera que ella iba sufrir por culpa del maldito hijo de Demetrio. Aprieto los puños, mis lágrimas no dejan de salir, esos recuerdos me ahogan, me matan, me hacen sentir mala madre. Todo esto ocurrió por mi culpa, por la culpa de mi esposo.
–Mama–susurra Cristal, me limpio las lágrimas y le sonrió
–Hija has despertado, como te sientes mi niña– ella niega, mientras que lagrimas salen.
–Porque me has mentido, porque tanta mentira en la familia. Confié en ti, en mi padre, recuerdo todo mama, todo hasta la desgracia junto al maldito de Camilo, gracias a él, estuve a punto de morir, ahora dime la verdad como pude volver a ver, dime todo, si me amas dímelo.
Mi corazón retumba con tanta fuerza que siento que va estallar.
–Calma Cristal, lo sabrás todo.
–Madre, pides que me calme, como dime, no soy estúpida, me han ocultado muchas cosas, tú y padre son tal para cual, ahora mis hermanos son mentirosos igual mi novio. Porque demonios no me dices como recupere la vista, claro que no la recupere seguro fue un donante. Seguramente me dirás que no sabes quién es el donante.
–Basta Cristal, me duele que me ofendas de esa manera, el donante fue Camilo, él le dejo dicho a su hermano que si no fallecieras en ese accidente suicida que su cornea te pertenecieran a ti. Ahora lo sabes, tu padre y yo no queríamos que sufrieras más de lo que lo habías echo.
–No puedo creer que permitieras todo esto, una madre debe de proteger a sus hijos. Ese maldito quiso abusar de mí, me toco, incluso me beso, sentí asco, por esa razón tenía tantas pesadillas.
No puede ser, como fue capaz de querer abusar de mi niña. Maldito ojalá se esté quemando en el infierno. Abrazo a mi hija mientras ella llora, me duele el corazón al darme cuenta de lo que hizo, ahora Cristal sufrirá por tener los ojos del chico que intento propasarse y matarla.
–Lamento tanto que estés sufriendo mi niña, quisiera ser yo la que sufra por ti, si ese chico hubiera sobrevivido le hubiera echo pagar todo lo que ahora tu estas sufriendo. Lo siento, lo siento mi Ángel.
–Jamás entenderán que se siente odiar a todos aquellos que dañan a una persona indefensa, odio saber que una parte de su miembro está conectado con el mío, quiero que me quiten estos ojos, prefiero ser ciega toda mi puta vida que tener los ojos de un ser que quiso tenerme a la fuerza hasta lograr querer matarme, odio a ese muerto, si pudiera estar vivo le haría que pague cada momento que me hizo pasar en ese coche.