Capitulo 22

Cristal

Que sentirías si resulta que tus padres te han engañado según por querer protegerte, es algo elocuente en la vida o solo es mentira para que ellos no salgan afectados por sus malditos secretos.

Mierda.

Quisiera ser mala y odiarlos, sin embargo, no puedo no tengo ese tipo de corazón ni pensamientos, amo a mis padres, ellos para mi eran ángeles que Dios mando para cuidarme por mi discapacidad, ahora no creo en eso, me mintieron, no fueron sinceros con lo que me sucedió, ya no confió mas en Arthur, mi madre bueno ella solo se dejó manipular por él, es solo la marioneta de papa.

–Hija Daniel ha venido a verte – dejo mis cavilaciones al ver a mi madre entrar con Daniel, él al verme sonríe, trato de hacer lo mismo, pero no me sale, ya había pasado una semana de lo que me sucedió al caer de las escaleras, recordar todo mi doloroso pasado y lo peor recordar al maldito de Camilo. Por culpa de él, estoy en este dilema de la cual no sé qué hacer, claro tengo un plan y mama tiene que ayudarme.

–Buenas tardes Daniel, mama puedes dejarnos a solas. –Mama asiente saliendo de la habitación. La habitación quedo silenciosa, no tenía idea de que hablar, mi corazón latía normal como siempre que lo veo, amo a Daniel, pero creo que necesito tiempo.

–Cristal estas muy callada. Sé que ahora que has cobrado tus recuerdos te sientes de esta manera.

– Como me siento según tú.

–Entiendo que lo que te ha sucedido no fue muy bueno, quisiera que ese malnacido despertara de la muerte para darle sus buenos golpes por lo que te hizo sufrir, sin embargo, debes estar bien, la vida sigue, nada cambiara lo malo que nos sucedió en el pasado y lo que te ha sucedido hace unos meses.

Niego buscando la manera de olvidar todo, mi cabeza es un total lio, Daniel no me entiende, nadie lo entiende.

–Daniel no quisiera hablar de ese tema, estoy confundida, mis padres me han mentido todo este tiempo, incluso tú, mis hermanas y mi hermano.

–Amor lo lamento, te amo, no quise ser parte de las mentiras de tus padres, pero estaba entre la espada y la pared. –Sus palabras son sinceras, su amor hacia mí es tan puro y verdadero, pero por ahora no creo poder seguir con esto. Fije la mirada en él, sé que está nervioso por toda esta situación y más al verme indiferente. Por el momento necesito distanciamiento para asimilar lo que me ha sucedido.

–Daniel, siento mucho lo que te diré, es una decisión que no tiene nada que ver contigo, te amo, pero quiero que me entiendas, necesito darme un espacio, lo mejor será dejarnos… yo necesito tiempo para asimilar mi realidad.

Mi amor negó, sus ojos se notaban triste, el alma me dolía al querer alejarme de él, no tenía otra opción, necesito alejarme pensar, sacar todo este dolor que está incrementando en mi corazón que en vez de que este blanco está poniéndose negro por culpa de ese mal recuerdo con el imbécil de Camilo que ni muerto me deja en paz, desde que recobre mis recuerdos, su voz, su amenaza incluso su asquerosa mano tocándome se me vienen a la cabeza, así no puedo seguir, debo quitarme todo odio que abarca dentro de mí. Daniel toca mi mejilla suavemente.

–Por ocultar el hecho del accidente con Camilo, estoy pagando las consecuencias ahora estas rompiendo conmigo.

–Daniel, no lo hago por eso, entiéndeme, estoy en un dilema, necesito sacar tantas cosas que están dentro de mi corazón y en la cabeza. Darme cuenta de lo que me sucedió provocado por ese malnacido, me hace alejarme de todos incluso de mis padres, pensare bien con detalles lo que hare de mi vida. Lo siento tanto, en cuanto ordene mi cabeza si aún estas esperando por mí, te llamare.

Daniel asintió limpiando las lágrimas que mojaban su rostro, se acercó a mí, beso mi mejilla, sin decir nada más salió de mi habitación. Sin poder contener las lágrimas deje que mojaran mi cara, el corazón me dolía como si me incrustaran una daga de doble filo. Mama entro interrumpiendo mi momento de descargar mi dolor.

–¿Por qué Daniel, se ha ido? – pregunto mi madre sentándose a un lado de la cama.

–Lo nuestro acabo y espero que no me preguntes del porqué
.
Mama suspiro sin preguntar, tomo mi mano para luego abrazarme llore como una niña chiquita necesitada de un biberón, sentía una sensación demasiado horrible, amar a Daniel era lo más bello, puro y sincero que me pudo haber pasado, pero tenía que alejarme para superar todo lo que me había hecho Camilo aquel momento en que estuvo a punto de abusar de mí.

–Hija entiendo tu dolor, mama estará siempre para ti, con cualquier decisión que tomes.

Me alejo de mama, limpio mis lágrimas para verla directamente a los ojos, es momento de decirle mi plan, ella deberá cumplirlo si realmente me ama.

–Quiero irme del país hoy mismo, solamente tú y yo – Mama asintió para luego observarme dudosa.

–¿Qué? – inquiere negando.

– Sabia que no me amabas suficiente para cumplir lo que te pido.

–Cristal, no pienses de esa manera, haremos el viaje pero tu padre y hermanos deben saberlo.

Niego alejándome de ella. Mama nuevamente se me acerco tomo mi rostro entre sus manos.

–Hija alejarte no solucionara las cosas, pero…

–Mama sé que sonara egoísta lo que te pido, pero si tanto me amas, solo vámonos, necesito alejarme de este ambiente, quiero irme a Francia a un lugar donde solo estemos las dos, quiero reflexionar, pensar, necesito que mi padre le duela nuestra partida, claramente ni yo sé que es lo quiero, bueno de echo lo sé, pero no es el momento que lo sepas aun, hasta que lleguemos ahí, tú tienes los pasaportes has intentado llevarme, ahora hazlo, solo vámonos.

–Está bien, lo haremos solas tu y yo, todo lo que quieras mi amor. Te amo hija mía, eres mi niña lo único que quiero es verte bien.

Abrace a mi mama y llore, sé que ella no desea viajar sin decirle a mi papa, pero si él está al tanto del nuestro viaje no permitirá que lo haga y realmente tengo que hacerlo. Necesito hacer esto o no estaré bien conmigo misma por otro lado jamás podre perdonar a mi padre por haberme sometido en esa cirugía, sin consultarme nada. Lo que hare es una locura sin embargo me sentiré bien a como lo era antes solo así quizás perdone a papa por tomar decisiones sin concientizarme.