Epílogo

La vida se basa en dos cosas importantes, el amor y la felicidad, Ahora estoy más que agradecido con Dios por todo lo paciente que he sido en cuanto a lo que nos sucedió hace mucho años cuando solo éramos dos niños inocentes. Todo cambió en ese instante en la que nos dejó marcado de por vida. Sin embargo no todo fue malo aparte de haber sufrido aprendí a proteger a un Ángel roto, quizás estuve como ella pero trate que el pasado no me hundiera al grado de entrar en una oscuridad desgarradora, conocí a Dios en mis peores momentos, el fue él único que logro sacarme de las tinieblas en las que estuve sumergido por mucho tiempo, después decidí que era el momento de enfrentar el pasado.

Cristal fue mi objetivo desde que regrese a Nicaragua, mi hermana ya me había dicho como se encontraba ella desde aquel acontecimiento, me jure a mi mismo conquistarla y darle amor, lo logre pero el amor de su madre fue lo más bello la cual la ayudo a superar todo lo que le agobiada, después de lo que le sucedió junto a ese tipo fue otro golpe que la estaba alejando.

El pasado de la señora Cariza y el señor Arthur fue la clave para que mi Ángel recapacitara sobre su dolorosa alma, dejar salir esa oscuridad que la atrapaba cada día y al pasarle aquello al descubrir que tenia los ojos de su agresor la estaban llevado al límite de cometer una locura en quedar ciega nuevamente pero el amor de su madre fue más fuerte que el odio que ella empezaba a generar por todo lo que le había ocurrido. Su alma se sano y eso me fue más que suficiente para seguir dándole otro empujón a ella, para que de esa manera olvide por completo lo ocurrido que nos marcó y la marcó para toda la vida, es imborrable pero si curable.

Había pasado dos años después de todo lo ocurrido, ahora vivimos juntos en Francia, no hemos planeado en casarnos, la universidad ya acabó y ahora deseamos volver junto a nuestros seres queridos.

Dejando aun lado mis pensamientos dirijo la mirada en ella, sonríe felizmente, sus ojos azules brillan a causa del potente sol, tomados de las manos caminamos por la playa de Marcella

-Daniel, cuando regresemos a Nicaragua, viviéramos juntos- preguntó a lo que me detengo suspirando el aire refrescante de la tarde.

-Si tu deseo es estar a mi lado, así será mi Ángel, nunca dudes del amor que te tengo.-pincho su nariz puntiaguda.

Ambos sonreímos mientras seguimos caminando. Cristal suelta su mano y corre riendo yo hago lo mismo.

-¡Daniel atrápame si puedes!

-¡Claro que puedo, así que corre muy rápido!

Verla sonreír era lo más hermosa que veía todas las mañanas, a veces se levantaba llorando por alguna pesadilla pero estaba ahí para consolarla, hablarle y decirle que solo era un mal sueño, no fue fácil nuestro camino de dejar atrás los golpes del pasado, ahora son cicatrices que día a día van sanando tratando de borrar las huellas que aún siguen intacta en nuestras vidas, de esa manera ambos nos sanamos de las heridas aún abiertas.

Al pasar los días emprendimos nuestro viaje a nuestro País.

Al llegar a Nicaragua, lo primero fue rentar un apartamento para los dos, dejamos nuestra maleta y cada quien decidió en ir a la casa de nuestros padres para visitarlos y darle la noticia que deseábamos vivir juntos, mientras tanto tengo un trabajo juntos a mi cuñado, claro todo es por línea, pero ya que estamos devuelta he decido incorporarme, en cuanto a mi novia ella trabajará junto a su madre, Cristal no quiere que sus padres sigan dándole dinero incluso rechaza lo que yo le doy, le había comentado a ella que mi abuelo me dejo una gran fortuna para poder vivir bien unos años, sin embargo lo mío deseo conseguirlo del sudor de mi frente. Dejo de maquinar todo lo referente a mi ahora vida, sonrió al llegar a casa de mis padres, entro alegre al ver a mis padres incluso a mi hermana junto a mis sobrinos todos están en una charla amena.

-Mi niño, estas de vuelta- dice mi madre toda llorosa... le sonrió dándole un beso en su mejilla, papá se me acerca a darme un fuerte abrazo, luego mi hermana junto a mis sobrinos.

-¡Me van a sacar el aire!-grite burlesco.

-Tío, te ves más viejo, que has estado haciendo.

-Ah, que bárbaro, pues la edad solo fueron dos años nada mas-respondí removiendo su cabello.

-Daniel bienvenido a casa.

Bese la frente de mi hermana, ella se ve cada día más bella, sus ojos lucen feliz, se que es feliz junto Axel.

-¿Hijo y tus maletas?-cuestiono mamá mirando para todos lados.

Todos me quedaron viendo, esperando a que responda.

-Eh, bueno-realmente me puse nervioso, no sabía como decirlo.

-No me digas, que vas a quedarte a vivir donde tus suegros.

Niego colocando mi mano en mi cabeza, se que a mi mamá no le gustará la idea, pero ya soy todo un hombre, el cual debe tomar sus propias decisiones por si solo.

-Ya es hora que nuestro Daniel se case-replicó papá palmeo mi espalda.

-Aún no tienes edad para una gran responsabilidad - respondió mamá con tono molesto.

-Mamá, Daniel no es un niño-ahora mi hermana atacó. Mi mamá la miro sorprendida.

-Cariño recuerdas que nos casamos muy jóvenes.

Wau, mi mamá se ve tranquila a pesar de lo que dijeron mi hermana y mi padre. Aclaro la garganta y respondo.

-Bueno no me voy a casar por ahora, pero voy a vivir con Cristal, decidimos irnos a a un apartamento.

-Bueno es tu decisión hijo. No te preocupes, ya eres un hombre- espeto saliendo de la sala para luego ir a la cocina. Alessandra me guiño el ojo derecho para luego irse junto a mama.

-Estoy orgulloso de ti hijo.

-Gracias papa, soy lo que soy gracias a ti y a mi madre.

Papa me indicó su oficina para que lo siguiera, al entrar cerró la puerta y me entregó unos documentos. Al abrirlos quede sorprendido

-Papa y esto.- Mi padre sonrió de lado.

-Es hora que enseñes lo que te ha gustado desde niño. Es un estudio musical, todo esta a tu nombre, legalmente ya puedes dar inicio. - Abrí los ojos sorprendido, vaya no lo imagine.