Epílogo.

Si les gustó esta novela, vayan a darle en goodreads (el enlace de mi cuenta se encuentra en mi perfil), créanme que me ayudarían muchísimo. Desde el 2015 que quiero mi insgnia y ahora que al fin la tengo (19/May/2020) me encantaría muchísimo que le dieramos uso a la cuenta.

Los amo ♥

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Elena.

El cielo resplandece por el cálido halo del sol que ilumina el día convirtiéndolo en algo mágico y especial. Son finales de Enero, aún seguimos en lo que se dice invierno y es la primera vez en días que el sol hace de la suyas, dejando un rastro de calor sobre mi piel.

Escucho las pisadas atrás de mí mientras lo invitados salen de la iglesia, refunfuñando mí nombre debido a que en el momento menos inesperado había interrumpido la boda. Ya lo tenía planeado, desde ese día que Ángel me había dado el número de Freddy para intentar llamar desde mi móvil, sin embargo, mi plan se me había salido por completo de mis manos.

Freddy no estaba realmente convencido de delatar a Jane frente a Ángel, una porque es lo suficientemente estúpido como para enamorarse de ella perdidamente como un loco y dos, porque no quería más que ver con mi hermano más que uno molestos mensajes como las bromas de un niño. Mi trabajo había sido duro, había tenido que armar el teatro de la familia feliz después de deducir el hecho de que sí, mi hermano se había acostado con esa mujerzuela andante pero lo había hecho cuando ella ya estaba embarazada.

Sin duda alguna, mi instinto que me decía el que algo estaba más que chueco, no me había fallado.

Mi idea no era llegar exactamente al último momento como lo haría Shek en una situación parecida pero como había dicho, Freddy no estaba del todo convencido. Pero eso ahora no importa, he ganado, después de varios años de soportar a la impertinente rubia la he alejado, ahora sí, de nuestras vidas.

Miro a mi abuela que no hace más que mirarme con sus ojos verdes reprobatorios, pese a todo mi abuela Cecil sigue viendo a Jane Keller como una segunda hija, por otro lado, Nubia me regala una sonrisilla traviesa mientras mira en una dirección que no soy yo. Toma a mi abuela del brazo y la aparta de mi vista.

Giro sobre mis talones, tratando de ubicar qué ha visto mi nana hasta que lo encuentro. Un metro ochenta de impresionantes músculos con unos ojos platina más que impresionantes pero a decir verdad, él es impresionante, todo.

Suelto un pequeño suspiro.

Ya he arreglado las cosas con mi mejor amiga y mi hermano, es turno de hacer lo propio y olvidarme por completo de esa amargada Elena que no hace más que esconder ese lado de mí que ya ha aceptado lo notable: estoy enamorada de Vince Samuels.

— Hola — su voz es frágil como si quisiera ser precavido conmigo, siento mis manos temblar a un lado de mis costados.

— Hola.

— Yo... — sus ojos miran a todos lados, menos a mí —. Me pareció genial el que ayudaras a Ángel y a Gwren.

— Si, pero olvida eso — tomo su mano y entrelazo nuestros dedos, él me mira con una sorpresa inscrita en su rostro —. No quiero hablar ni de Ángel y ni de Gwren, quiero hablar de nosotros.

Siento un temblor recorrer su cuerpo al tener toque sus dedos. Lo he puesto nervioso, he tocado esa fibra sensible que me indica la mejor respuesta que podría esperar: él aún siente algo por mí.

— Elena, acordamos el que...

— Me gusta cuando me dices Helena — miro mis zapatos con el rubor de mis mejillas escandalizando mi cuerpo —. Se siente como si fuera alguien especial para ti.

— Y lo eres — miro sus ojos —. Pero no quiero que trates de aparentar algo que no sientes. Te lo dije Elena, voy a enamorarte y hasta entonces he de esperarte, sé que lo eché todo a perder ese día en el gimnasio pero... verte simplemente me vuelve loco. Voy a esperarte, ¿bien? No importa si eso tarda días, meses sólo quiero que sepas que te quiero y eso no va cambiar pese a lo testaruda y dolor de trasero que seas.

— ¿Terminaste?

— Sí, ¿por qué?

— Porque estoy cansada de que hables demás, sacando ideas que tienes sobre mis pensamientos — sonrío —. Ya deja de lamentarte.

— Elena, no has entendido que...

Lo beso.