Capítulo 7: Condenado

Pasaron semanas después de lo ocurrido, todo había vuelto como antes. Isabell y Brithany ya estaban calmadas, mi padres habían tomado bien mi relación con Jake, aunque mi hermana por momentos insistía en que no debería estar con él.

Las clases eran tranquilas, sobre todo cuando se fortaleció la unión entre los amigos de Jake y las mías.

De vez en cuando volvía a la mansión de Percephone, ella me revisaba y monitoreaba mi cuerpo, por si había quedado indicios de posibles posesiones. Pero todo se volvió pacífico, desde que dejé de ver a Jacob.

—Después tenemos que organizar para terminar el trabajo de Arte —decía Isabell.

Brithany ideaba algunas ideas y Taylor de vez en cuando mencionaba algo. Austin se la pasaba hablando con Jake y Julián interactuaba alguna veces.

Yo me sumergía en mis dibujos, otras veces trataba de sacarme de la cabeza lo que había vivido. Pero lo olvidaba cuando miraba a Jake.

—Nos vemos mañana, adiós amor —decía Jake al besarme.

Por más que fuera tonto , no me acostumbre a los cariños continuos, y los detalles de sus palabras.

Pero le correspondía con felicidad. Él me causaba ese sentimiento.

"Y mi alma sabe con certeza que Jake es el hombre indicando para ti. No sabes de lo que te pierdes si decides dejarlo. "

Jacob tenía razón, sabía lo que yo necesitaba.

" Pero este hombre espera a la mujer que se esconde detrás de esos ojos negros..."

«Escuche todo lo que dijiste mientras me sacabas del infierno.

Si yo se lo dijera a alguien creerán que estoy loca»

Me recosté en el suelo de mi habitación.

—Cómo me hubiera gustado agradecerte por lo que hiciste.

«Pero te fuiste nuevamente, como aquella vez que me conociste»

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—Siete días en el calabozo y otros siete con las cadenas.

Varios hombre con capucha daban órdenes para que el hijo mayor de los Williams sea deportado a la celda de castigo.

—Sin importar quién es la persona, demonio, Ángel u otro ser sobrenatural, el castigo se debe pagar. Y como tú bien sabes, hijo de Satanás, rompiste una de las tantas reglas que rigen este mundo : Enviar un un mortal en tierras prohibidas. ¿Qué tiene que decir a su favor?

Jacob estaba encadenado, de pies hasta el cuello. Llevaba la ropa de los condenados

—Nada, más la única que dije en su momento. No me arrepiento...

Explotó los murmullos entre Ángeles y demonios.

—Entonces serás condenado por otros siete días infernales en donde no comerás, no tendrás visitas. Vagaras solo por el camino de la soledad. Y como castigo por tu insolencia, se te despojara los poderes que se te fueron otorgados por tu padre, Lucifer Rey de las tinieblas...

Unos hombres se acercaron con dos tenazas.

Jacob ni se molesto en mirarlos.

Lo obligaron a arrodillarse : una tenaza fue incrustada en su espada, la otra perforó el otro extremo.

Jacob cayó rendido mientras esculpía sangre.

Entre toda esa multitud se encontraba Percephone, quién no tolero ver aquella escena .

«Jacob... ¿Por qué tenias que hacer esto?»

Le salían lágrimas que luego seco , notó después que otra persona veía a Jacob. Llevaba un traje elegante, y un sombrero .

—Lucifer... —murmuró con rabia.

Jacob fue llevado encadenado mientras que los guardias le pusieron más cadenas.

Percephone se le acercó y les rogó que les diera unos minutos a su lado.

Se le dio permiso pero seguían permaneciendo en su lugar.

—Jacob —le beso la frente mientras le secaba la sangre de la boca —Dios sabe cuanta estupideces cometes cada día... De todas ellas está fue el peor... Dios mio, no quiero que sufras de este modo.

Jacob levanto la cara mientras sonría como siempre.

—Estaré bien, mientras siempre pienses en mí.

—Lo haré —volvió a abrazarlo, le susurro unas cuantas palabras de consuelo y le devolvió un beso en la mejilla —Cuídate mucho, mi vida.

Se lo llevaron lejos, fue en ese instante en que Percephone no paro de llorar, era como si le arrebataran una parte de su alma. Ahora que Jacob era humano, tenía más posibilidades de que no sobreviviera .