Ángeles y Demonios

.: Capítulo I

Oportunidad

Xiomy || Viernes, 14 de Diciembre de 2007 || 09:45

 

—¿Xiomy? Reacciona niña. —dijo Katie sacándome al instante de mis caóticos pensamientos—. ¿Te sientes bien, cariño? —Dirigió su mano a mi frente con una notoria preocupación.

—Si, estoy bien. —reí, retiré su mano y volví a mi trabajo.

—Claro que está bien, solo está muy distraída con alguien. —Cata resaltó la última palabra mirando de reojo a aquel chico castaño que tenía mi corazón en sus manos.

—Catalina. —reclamé un poco enojada—. ¿Podrías no ser tan obvia? —susurré en su oído para evitar escucharse—. Y no, estaba pensando en otras cosas.

—Si claro, lo que tú digas. —Tenía una notoria ironía en su voz—. Se nota en tu mirada Srta. Enamoradiza.

—Yo no soy la que ha tenido más novios que años vividos. —Levanté la mirada y noté como endureció la mirada para posteriormente comenzar a atarse su negra y larga cabellera—. Buena broma, ¿no? —Me invadió el miedo de lo que pudiera hacer.

—Ja ja ja, muy gracioso. —Se levantó de su asiento con enojo.

—Cata, Cata, Cata, no querrás quedarte sin mejor amiga, ¿verdad? —Alex la sujetó rápidamente evitando que me hiciera algo.

—Me consigo una nueva en unos años, así que suéltame. —exclamó con mucha rabia en su voz—. ¡¡Suéltame ya o a ti te cae también!!

—Perdóname Catita, no lo vuelvo a hacer. —rogué mientras me escondía, con mucho miedo, detrás de Ángel.

—Más te vale que no o tu secretito lo sabrán todos. —amenazó mientras volvía a su asiento.

—Catalina, sea lo que sea que te haya contado, dudo que lo hiciera para que lo usaras para amenazarla. —advierte Alex—. Tranquila sirenita, no te hará nada. —me tocó la frente y se fue a sentar.

 

Seguimos realizando el trabajo para terminarlo antes del fin de la clase, consiguiéndolo con éxito. Tras entregar el proyecto y recibir la calificación sonó el timbre que indicaba el inicio del receso. Nos dirigimos juntas a la cafetería para despojarnos un poco de todo el estrés que teníamos acumulado.

 

—¡Chicas! Ya llegué —exclamó Karina con entusiasmo—. No saben todo lo que me enteré. —Buscó algo en su teléfono y al encontrarlo puso el aparato sobre la mesa.
 

—–Catalina se veía muy bien hoy. —decía una voz que parecía ser Alex—. Aunque no mejor que mi princesa.

—–Tú y tu princesa, ya aburres con lo mismo, ella no se compara con Sarahí. Por cierto, ¿vieron a la loca de Xiomara intentando salvarse de Cata? —preguntó Jesús entre risas—. Se nota como se muere de miedo.
—–Manada de idiotas, concéntrense. Si les ando pagando su comida es para que me ayuden a regresar con Katie, no para que se la pasen hablando sobre sus chicas adoradas.
—–Primera, Xiomy no es una loca; segundo, podrías andar con Catalina o cualquier otra chica y tú, ¿sigues insistiendo con tu ex? —expresó Alex con un tono de enojo al principio, pero de ironía al final.

—–Él tiene razón, ella siendo la más bonita y tú siendo el más popular serían la pareja perfecta. —exclamó Ángel y pude notar un poco de tristeza en su voz.

—–Yo no la amo, ni siento nada por ella. Y tú eres el que se desvive dibujándola, ¿por qué será?

—–Eso no es verd —tartamudeó Ángel.

—–Repítete eso hasta que te lo creas. —interrumpió Michael—. Ni Alex esta tan así.
 

—Y eso que ya no pude grabar más. —dijo tras ver la notoria expresión de asombro que teníamos todas—. Me sorprende como Fabricio aún ama tanto a Katie.

—Cambiando de tema. ¿Qué les parece si a la salida vamos todas al Centro Comercial? Yo le digo a mi chófer que venga recogernos en la camioneta.

—¿Para qué? O, ¿por qué? —le pregunté con mucha curiosidad.—Para pasar tiempo de chicas, es viernes, por favor. —Catalina trató de convencerme. 

—Está bien, está bien.—Acepté a sabiendas que no podía negarme más.

 

El día continuó con normalidad, llegó la hora de la salida y, tal como dijo Catalina, su chófer pasó a recogernos en una camioneta azul.
Llamé a mi madre para avisarle a donde iría, con quien y para qué. Me respondió tranquila, diciéndome que me divirtiera y que no me preocupara por el tiempo.

Dentro de la camioneta reíamos, cantábamos y jugábamos, todas excepto Marina, ella parecía estar enojada y no despegaba la mirada de su teléfono.
 

—Yo pienso que si es Kari. Después de todo él estuvo enamorado de ella.

—Pero quizás sea Marina. —replicó Karina—. Ella siempre tiene gran estilo.

—Karina, eres la única chica que se sabe que le ha gustado. —Katie tenía un ligero tono de seriedad—. Quizás nunca dejaste de gustarle.

—Ella tiene razón. —intervino Tiyu—. Pero él ha estado demostrando que se preocupa bastante por Xiomy y que le agrada mucho pasar tiempo con ella. —Tras escucharla decir eso sentí como mis mejillas empezaban a arder.

—Además que la defiende como si fuera lo más importante en su vida. —agregó Catalina—. Parece un príncipe tratando de salvaguardar la seguridad e integridad de su princesa.

—Nah, él solo la ve como su hermana pequeña. —la corrigió Karina—. Además, si fuera ella, cuando dijo que no era loca hubiera dicho "Mi princesa no está loca", ¿no creen?

 

Decidí no intervenir en esa conversación, a pesar de que me dolieron las palabras de Karina lo que ella decía era verdad, él jamás podría fijarse en mí. Traté de desconectar un poco mirando el camino, pero fue en vano, en mi mente solo se repetía una y otra vez el mismo pensamiento.

 

—«Él nunca te amará.» —Sentí un dolor muy fuerte en el pecho y mi vista empezó a empañarse.

Cata me tocó el hombro—. ¿Te pasa algo? ¿Te sientes bien?

—Si. —respondí sollozando y limpiando mis lágrimas—. No te preocupes.

 

Llegamos al Centro Comercial y nos dividimos en 2 grupos para ir al mayor número de locales e ir a los lugares donde vendían lo que nos gustaba sin perder tanto tiempo.
 




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