Anna Holloway

Capitulo dos

La High School de Hollage Hills quedaba a nueve manzanas de la casa de Anna. Las calles estaban llenas por adultos yendo al trabajo o a dejar a sus hijos en las escuelas.

Anna se preguntó cómo se sentiría eso, sacudió la cabeza y se apretó el abrigo amarillo aún más contra ella, apresurando el paso. El aire frío de la mañana golpeaba el rostro de Anna mientras caminaba por la vereda, sus botas crujían sobre las hojas caídas que el viento arrastraba de un lado a otro. Aunque el camino no era largo, el día se sentía más pesado que de costumbre. No podía dejar de pensar en la tormenta que aún rugía en el horizonte, como si algo en el clima respondiera a su malestar interno.

A su lado caminaban Ethan y Liam. Ethan, como siempre, caminaba unos pasos por delante, sus hombros tensos y su mirada fija al frente. Anna no sabía por qué, pero había algo en su postura que la hacía pensar que estaba evitando mirarla directamente. Había notado cambios en él últimamente, como si algo le pesara en el pecho, pero no sabía cómo preguntarle sin que se sintiera incómodo.

Liam caminaba con su característico paso despreocupado, silbando una melodía baja y jugueteando con las ramas de los árboles que encontraba en su camino. A diferencia de Ethan, quien siempre se mostraba serio, Liam solía ser el alma del grupo. A veces Anna pensaba que era un contraste perfecto: Ethan, tan protector y serio, y Liam, tan relajado y lleno de energía.

—¿Hoy te vas a quedar mirando a la ventana durante toda la clase, como siempre? —bromeó Liam, mirando a Anna con una sonrisa traviesa.

Anna le lanzó una mirada y negó con la cabeza, sintiendo un leve calor en sus mejillas. Estaba más distraída de lo normal. Algo en el aire la inquietaba, y ni siquiera el comportamiento habitual de Liam podía calmarla.

—Solo… tengo la cabeza en otras cosas. —Ella se encogió de hombros, mirando al frente mientras el sonido de las campanas de la escuela se hacía más cercano.

Ethan caminaba callado, pero su presencia era notablemente más fuerte en ese momento. Anna no se percataba de que algo dentro de él se estaba agitando. Los años de amistad con ella habían sido como un cálido refugio para él, pero el sentimiento que guardaba desde los trece años ya no podía ignorarse. La idea de perderla, de ver que ella podía interesarse en alguien más, comenzaba a calarle hondo.

—¿Matt Garrett todavía te sigue mirando como si fueras una celebrity o ya se le pasó? —preguntó Liam, viendo la forma en que Ethan apretaba ligeramente los puños a su lado.

Anna frunció el ceño, sin entender del todo la pregunta. Matt Garrett era un chico popular en la escuela, siempre rodeado de amigos y con una actitud arrogante. Últimamente, lo había visto mirando a Anna de manera extraña, pero nunca le había dado mucha importancia.

—No me ha mirado de manera rara, Liam. —Anna sonrió, pero algo en la mirada de Ethan la hizo detenerse un segundo. Ethan no dijo nada, pero sus labios se apretaron ligeramente y sus ojos se oscurecieron al mencionar a Matt.

Liam, al notar el cambio en la atmósfera, decidió cambiar de tema.

—Venga, Anna, no te hagas la misteriosa. ¿Qué tal si hoy sí te concentras en la clase y dejas de mirar la ventana durante todo el día? —rió Liam, empujándola levemente con el hombro.

Anna rió, agradecida por el cambio de tema. A veces Liam sabía cómo hacer que todo pareciera más ligero, incluso cuando las cosas no lo eran tanto. Pero en su interior, la sensación de que algo estaba por cambiar seguía presente. No solo en ella, sino en todos a su alrededor.

Y sin saberlo, esa caminata tranquila al colegio marcaría el principio de algo que ninguno de los tres podría prever




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