Las semanas siguientes pasaron casi volando, el invierno estaba por llegar a su fin, la nieve caía menos y no llovía torrencialmente en esa época en Hollage Hills.
Anna pasaba algunas tardes con Matt y otras noches con los chicos. Ethan y Liam le enseñaron muchas cosas de los hombres lobo y de otros seres sobrenaturales. La muerte de Jamie Carrigan había estado silenciosa hasta el momento, cuando una tarde que Anna estaba con Caroline y Micheal en la cocina, salió una noticia.
“Últimas noticias sobre el asesinato de Jamie Carrigan, un caso que conmocionó a la comunidad hace unos meses. Las autoridades han revelado nuevos detalles en la investigación, tras descubrir una nueva pieza clave de evidencia en la escena del crimen. Según fuentes cercanas, se ha encontrado un objeto perteneciente al asesino, que podría ayudar a identificar al responsable. El fiscal a cargo del caso ha informado que los investigadores están siguiendo varias líneas de investigación, y se espera que pronto se den más detalles sobre los avances. La comunidad sigue en vilo mientras las autoridades trabajan para resolver este caso.”
—Por Dios —dijo Caroline terminando de cortar la carne para meterla en el horno—, ¿por qué matar a un chico tan joven?¿Qué habrá sido lo que descubrieron?
Anna estaba sentada en la mesada junto a su padre cuando terminó de escuchar la noticia. —No tengo una respuesta para eso Caroline —aún no se animaba a decirle mamá.
—Es gente a la que se le cruzan los cables en la cabeza, amor. —Micheal se giró hacia Anna y le sacudió un poco el cabello rojizo. —Hija, promete que tendrás mucho cuidado cuando vas a salir, y que nos llamarás si no te sientes cómoda, ¿entendido?
Anna iba a responder que sí, pero Caroline se adelantó —Creo que debemos de tener más cuidado ahora cielo, no quiero que vuelvas tan tarde, ¿Si?
Anna la miró, últimamente esos regresos tarde a casa en su mayoría eran por Matt, y se les había vuelto rutina: él pasaba a buscarla y se dirigían al mirador.
Una tarde, Anna se quedó dormida allí y Matt se dedicó a abrazarla y admirarla. <<Si tan solo…>> pensaba él. Pero jamás la sobrepasaba.
—De acuerdo. —Anna dejó su taza de té sobre la mesa y se fue hacia su habitación no sin antes decir —Liam vendrá en un rato.
Había comprado no hace mucho en un puesto de revistas un calendario, fue una tarde que Matt y ella salieron a tomar algo por la ciudad.
<<Hoy es jueves, mañana habrá luna llena>>.
Los chicos le habían dicho que por algunas lunas llenas no podrían estar con ella, al menos no hasta que pudieran controlar al lobo.
Tal y como anunció, Liam llegó a la casa media hora después. Tenían tareas y un examen importante que Fox aún no llegaba a comprender. Ethan estaba con sus padres en una “reunión” familiar.
[***]
Anna estaba sentada en su escritorio junto a Liam, intentando por décima vez explicarle los ejercicios, el escritorio estaba lleno de papeles y lápices mordisqueados.
—Liam, vamos otra vez, no es tan complicado —la pelirroja iba a perder la paciencia pronto. —Debes dividir esto primero antes de despejar. Es básico.
Liam la miraba con una mezcla de resignación y diversión. —Básico para ti, genio. Yo debo de lidiar con esto como si descifrara un código secreto.
Mentía, Liam sabía exactamente cómo hacer esos ejercicios, pero últimamente no encontraba momentos a solas con ella, ya que siempre estaba con Matt Garrett. Un destello amarillo pasó por sus ojos de sólo pensar en él con ella. Solos.
—¿Liam? —preguntó Anna.
—¿Mmm?
Ella se inclinó un poco sobre él para ver sus ojos otra vez. —Tus ojos… son… cambiaron el color.
Fox parpadeó rápidamente y se frotó los ojos. —Lo siento. No me di cuenta.
—¿Suele pasarte seguido?
Por ser un lobo “novato” si, sus sentimientos podían influenciar mucho en él. Pero eso no iba a decirlo.
—A veces. ¿Sabes? Estoy un poco cansado, ¿Te gustaría ir a caminar por ahí?
—¿No quieres seguir con…—Pero antes de que pudiera terminar la frase, Liam la cortó.
—No, en serio, vamos a caminar un rato.
Salieron a caminar un rato después, ante la atenta mirada de Caroline.
El aire era fresco, y el sol comenzaba a esconderse entre los árboles mientras Anna y Liam caminaban por el sendero. La charla era ligera, llena de bromas y risas.
—¿Sabes? Si me pongo a pensar, creo que nunca he entendido por qué a la gente le gusta tanto el invierno ¿Hojas muertas y frío? Paso.
Anna reía.
—Es que no tienes sensibilidad artística, Liam. Es el mejor momento del año, todo parece más tranquilo, más… mágico.
Arqueando una ceja, el masculino la miró y giró sobre sí mismo
—¿Mágico? Claro, porque no hay nada más mágico que resbalarte con hojas mojadas y terminar con el trasero en el suelo.
Anna le dio un empujón amistoso, y ambos rieron. Sin embargo, el momento ligero se desvaneció cuando giraron en una esquina del camino y vieron varias patrullas de policía estacionadas frente a una casa vieja que parecía abandonada. Los coches estaban rodeados de agentes que hablaban entre ellos, algunos con linternas encendidas a pesar de que aún había algo de luz. La escena parecía sacada de una película de misterio.
—¿Qué está pasando ahí?
Anna sentía una curiosidad tremenda, recordó rápidamente el anuncio en la televisión. Esa casa… reconocía esa casa de alguna parte.
—No lo sé… pero no tiene buena pinta.
Anna dio un paso más hacia la casa, intrigada, pero Liam rápidamente la tomó del brazo, su toque firme pero cuidadoso.
—Espera. No creo que debamos acercarnos.
Anna, mirándolo, replicó — ¿Por qué no? Tal vez alguien necesita ayuda.
Liam, mirando de nuevo hacia las patrullas le respondió.
—Si hay policías aquí, ya están lidiando con eso. No es nuestro asunto, Anna. Vamos por otro lado.
Anna dudó por un momento, pero la seriedad en los ojos de Liam la hizo asentir.