Mire una vez más hacia el cielo todo despejado, ese hermoso color celeste y las nubes que apenas se veían. Amaba aquellos días donde no se sentía el intenso calor.
—Rissie cariño Hazel está aquí —exclamo mi madre desde adentro de la casa.
Me senté y tomé mi libro, me puse de pie mirando sonriente hacia adentro de la casa. Del otro lado de la sala una chica de cabellos y gafas negros me observaba con una gran sonrisa.
—¿Lista para nuestra maratón? —pregunto ella con su mochila en mano y moviendo sus cejas de arriba abajo.
—No se queden despiertas hasta muy tarde —dijo mi madre tomando su bolso— y diles a tus hermanos que no pueden salir.
—Mamá… mañana no hay escuela podemos quedarnos despierta —dije con una sonrisa.
Ella poco convencida miro a Hazel que hacía puchero con sus labios.
—Está bien hoy tengo doble turno regresaré mañana por favor cuídense y no salgan de casa —respondió tratando de sonar simpática.
Dicho esto, mi madre con su rubio cabello recogido salió de allí con las llaves de su auto en mano.
Hazel y yo nos miramos, y sonreímos a la misma vez, para salir las dos corriendo rumbo a mi habitación.
—A veces su madre es extraña —comento ella tirándose a la cama— los trata como si fuesen niños y son unos adolescentes.
—De todas formas creo que hace lo mejor que puede —dije recostándome a su lado mirando hacia el techo de mi habitación.
Ella tomo su teléfono para meterse en todas las redes sociales.
—Gared parece simpático… —dijo ella mostrándome el perfil del amigo de mi hermano— hablando de personas simpáticas… ¿y Paul?
Al escuchar ese nombre puse los ojos en blanco.
—No quiero hablar de él en estos momentos... —me puse de pie y tome asiento en la silla enfrente de mi computadora de escritorio.
Mi amiga hizo silencio por un momento y se sentó en la cama para luego observarme.
—¡Ris! ¡Tú y yo hicimos una promesa de niñas!... nada de novios hasta lo dieciocho años y ¡mírate con dieciséis años en una relación! —exclamo ella con dramatismo incluido.
—¿Una promesa que nos hicimos cuando teníamos ocho años? ¿Es en serio Haz? —dije con una sonrisa.
—¡Al menos dime que le ves a ese sujeto! ¡Es un patán y se cree demasiado por estar en el equipo y ser uno de los mejores! —volví a mirarla y levante una ceja— ¡es amigo de tu hermano!
Me causaba gracia la actitud de ella pero a la vez algo de razón tenía en lo que decía.
—Tanner y Paul no son amigos mi hermano no se lleva muy bien con el —dije recordando la vez que casi se agarran a los golpes en un entrenamiento.
—¡Es que ese sujeto es insoportable! Solo tu podrías fijarte en alguien así... tu eres tan —ella hacía movimientos con sus manos.
Fruncí mis labios y ella solo sonrió.
—Eres un... delicado cristal y el un torpe idiota sin cerebro —me giré en mi silla apoyando mis codos sobre la mesa y mi barbilla sobre mis manos.
Quizás tenía razón pero todas las chicas de mi equipo de porristas tenían pareja y en su mayoría salían con los chicos del equipo.
Hacía poco habían iniciado las clases y para ser la primera semana como todos los años se debía festejar y eso era algo que no podía pasar desapercibido.
Mi mejor amiga casi siempre estaba en casa y era mi compañía cuando mamá tenía que hacer sus guardias en el hospital, mis hermanos Esffie y Tanner, todos por el maravilloso milagro de la vida y la ansiedad de mi madre por tener hijos, nos llevábamos un año.
Mi hermana Esffie era la mayor, Tanner el del medio y yo la menor.
Cada uno vivía su vida y casi poca relación teníamos ya que las veces que compartíamos más era cuando visitábamos a papá.
Salimos de mi habitación y bajamos hacía la cocina donde se encontraba Nora, que prácticamente había estado en nuestra familia desde siempre incluso luego de que mis padres se separaran.
—Nora... —Hazel se acercó a la mujer que lavaba unas verduras— ¡mi estomago pide de tu exquisita comida!
—Hazel dime que quieres que te prepare sin tanto drama —dijo entre risas Nora.
Mire hacia la entrada de la casa y por ella cruzó mi hermana mayor.
—Hola niña pocas pecas —ella paso por mi lado arrojando su mochila por algún sitio— esta noche no me busquen.
—¿Irás a la fiesta? —pregunto Hazel metiéndose una frambuesa a la boca.
Me reí y miré a mi hermana que sonreía.
—¿Acaso no conoces a Esffie Harrison? Ella no deja pasar oportunidad... —mi hermana se giró para mirarme seriamente.
—¿A qué te refieres Ris? —borre mi sonrisa al ver que ella había entendido algo distinto.
Pero no era mi culpa que ella fuese tan perra.
—Huele a pelea... mezclado con pastel de frambuesa —comento Tanner sonriente— ¿Otra vez mis locas hermanas?
—Si no tuviera una fiesta importante te partiría la cara —dijo ella fulminándome con la mirada.
—¡Eres una dolida Esffie! —exclame empujando a un lado a Tanner— ¡Apártate que estorbas mi camino!
—Deberías venir con nosotros Ris quizás algo de diversión te quite esa amargura.
Levante una ceja y me cruce de brazos.
¿Amargada? Me estaban tratando por amargada.
—Aguafiestas diría yo —acompañó Hazel acercándose a mi— ¡Vamos Riss! Quizás Paul vaya a la fiesta...
¿Paul? ¿Que tenia de emocionante que Paul fuera a la fiesta?
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Editado: 16.08.2022