A un fingido paso decidido camine por el pasillo y tenía que actuar como si nada hubiese ocurrido.
De todas formas, la mayoría de los estudiantes que habían estado presente en la fiesta y los que no estaban entretenidos con la nueva aplicación.
Todos con la mirada fija en las pantallas de sus móviles y por los corredores lo único que se escuchaba era sobre esa app.
—Tengo curiosidad por esa app todos están locos —mire a Hazel que sonreía con felicidad y acomodaba sus lentes— ¡Conseguiré a mi soulmate!
Entramos al salón de clases todos estaban de pie, algunos hablaban, otros se tomaban selfies o se arrojaban una pelota de papel.
—Pff ni siquiera jugaron su primer partido y ya se creen parte del equipo… —mire a mi amiga que miraba con desagrado al grupo de chicos— patéticos…
Me reí ante su expresión y tomé asiento a su lado.
—¡Hola Ris! —por mi lado pasaron un grupo de chicas.
—Hola… —conteste con timidez.
Se supone que pertenecía al equipo de porristas no debía sentir. ¿Vergüenza?
—Mañana inicias las practicas —dijo Haz a mi lado que parecía más entusiasmada que yo.
—Lo se… —baje mi mirada a mi regazo observando mis piernas— debería haber comenzado con la dieta.
Hazel estaba a punto de hablar, pero la profesora entro al salón.
Termino la clase y nos dirigimos hacia la cafetería y otra vez surgía en mi la disputa donde debía sentarme.
—No trajiste tu uniforme —dijo Hazel con la bandeja en sus manos— ¡Así que vienes conmigo perra!
Ella me tomo del brazo y me arrastro hasta unas de las mesas que estaba vacía.
Mire a mi alrededor y todos empezaban a llegar, los grupitos eran bastantes distinguidos. Los más revoltosos eran los del equipo y las porristas, estaban los otakus, gamers, las niñas que no paraban de sacarse fotos o grabar videos. Y los normales que pasaban desapercibidos.
—¿Piensas que te elegirán para ser su capitana? —dijo Hazel mientras le daba un bocado al trozo de pizza.
—Quizás como cocapitana —dije con pocos ánimos.
No quería hablar de ese tema ya que el año anterior muchos habían estado en desacuerdo que formara parte del equipo por ser la más joven.
—Riss ¡Al carajo con esas perras! ¡Son unas envidiosas! —sonreí débilmente y volví mi mirada a la ensalada de lechuga— o sino pregúntale a Gared.
—Sh —mire hacia todos lados.
—Paul no está aquí claramente se distingue un idiota en medio de gente no tan idiota como el —dijo ella poniendo los ojos en blanco.
Mi mirada se dirigió a los chicos del equipo y ahí estaba Gared.
¡Gared me estaba mirando! Mis mejillas se enrojecieron, baje mi cabeza cubriendo con mis cabellos rubios mis mejillas.
—¡Ah! ¡Quiere que nos conozcamos en persona! —exclamo una chica de repente levantando su teléfono.
Todos estaban con las miradas en su teléfono otra vez, persona que nos cruzábamos por los pasillos iban con la vista fija en sus móviles.
Así fue como paso el horario de clases. Busque con mi mirada a mis hermanos Esffie y Tanner, a lo lejos divise a mi hermano que venía acompañado de sus amigos y entre ellos Gared.
Ambos cruzamos miradas y yo me voltee rápidamente, al ver que detrás de todos se acercaba Paul. Que al parecer se encontraba de buen humor.
Paul era pelinegro pero sus ojos eran claros y de un semblante algo serio. Todo lo contrario, a mi que era rubia mi cabello largo y con ondas que llegaba hasta mi cintura, aunque de estatura podía decir que era bastante más baja.
—¿No vendrás conmigo? —pregunto Paul que estaba en frente mío.
Mire a mi costado y mi hermana apareció. Volví a mirar a Paul y sonreí, rogando para mis adentros que no se lo tomara a mal.
—Iré con Esffie —voltee para abrir la puerta del copiloto.
—Nunca quieres venir conmigo —la sonrisa de el empezó a desvanecerse.
—Súbete atrás —dijo Tanner apartándome de la puerta e ignorando a Paul.
Puse los ojos en blanco y volví mi mirada a Paul.
—¡Apúrate Rissie! —exclamo desde adentro Esffie.
Me dirigí a la puerta de los asientos traseros pero la mano de Paul me detuvo.
—Me debes una Ris —dijo entre dientes para luego soltar mi mano.
No respondí y solo me subí al auto.
—Maldita aplicación —se quejó mi hermana mientras conducía.
Llegamos a casa y Nora salía de la cocina con una fuente entre sus manos.
—¡Llegaron los niños! —exclamo ella contenta.
Tomamos asiento en la mesa del comedor, mamá se encontraba sentada en la punta con la vista en su teléfono.
—Mamá dime la verdad —hablo Esffie mirando a mamá— ¿Soy adoptada verdad?
Mamá dejo su teléfono a un lado y miro a mi hermana que estaba sentada a su lado.
—Dime que tengo una familia millonaria en otro lado del mundo… —mamá frunció su ceño y negó con la cabeza.
—No digas tonterías Esffie —mi hermana volvió la mirada a su plato— los tres son hijos míos.
—Tantas ganas tenías de traer hijos a este mundo… sospecho que alguno aquí es adoptado.
—Porque se lleven un año entre ustedes no quiere decir que no sean mis hijos o que alguno sea adoptado ¡Por dios!
— Y además no hay duda de que los tres son hermanos sus ojos y el color de su cabello… ¡Son hermosos mis niños! —exclamo Nora.
— Podías haber esperado un poco mamá… ahora entiendo porque papá te dejo —dijo con molestia Esffie.
Todos miramos a mi hermana que seguía comiendo y luego el silencio por parte de mamá. Tanner que estaba a su lado la miro con el ceño fruncido, mire a mi madre que se veía incomoda.
Esffie no podía ser más detestable y hacer sentir mal a mamá era su afición favorita.
— Hoy todos estaban locos por la nueva aplicación —dije mirando a mamá.
Ella me miro y luego continúo comiendo.
— ¡La tecnología de hoy! —comento Nora.
— Es una basura… —dijo Esffie— pero si se vuelve moda quizás…
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Editado: 16.08.2022