Mire mi taza con chocolate caliente, el café era bastante agradable pero la situación por la que me encontraba ahí no lo era para nada.
Hazel que estaba en frente mío tenía una reluciente sonrisa.
Recordé otra vez las palabras de Tanner y tomé aire.
<< Es lo correcto >>
— Por eso Marcus no tiene sentido de la moda… —dijo ella volviendo su mirada a mi.
— ¡Hazel! —dije mirándola a los ojos.
Ella hizo silencio y dejo de mostrar sus dientes.
— Debo decirte algo… —bajé la mirada a la taza y le di otro sorbo al chocolate.
— ¿Te sientes bien? ¿Sucedió algo con Gared? —pregunto ella al ver mi expresión.
Negue con mi cabeza y mire hacia afuera, y como la noche empezaba a caer.
— Yo… es sobre —ella abrió sus ojos manteniendo la sonrisa y acomodo sus gafas— Du-Dustin… ¡Él no fue sincero contigo! ¡Y ese sujeto no es para ti! ¡Y porque te conozco tú no te mereces que ese imbécil te engañe y por eso creo…
— ¿Qué dices? —la sonrisa en el rostro de Hazel desapareció— ¿Qué acabas de decir Rissie?
— Que Dustin te engaña —dije frunciendo el ceño.
Ella aparto su mirada y frunció el ceño.
— Increíble —relajé mi ceño al darme cuenta que debí usar otras palabras— sabía que algún día vendrías con algo así.
Abrí mis ojos sorprendida por su respuesta.
— Porque tu tengas inseguridades no significa que yo también lo sea —dijo enojada y poniéndose de pie— ¡A ti no te va bien en el amor no significa que todos debamos fracasar! No tienes idea de nada.
— Pero Hazel —dije siguiéndola al ver que estaba dirigiéndose a la salida.
— ¡Siempre fui tu amiga y te apoyé en todo! ¡Cometí un error en confiar en ti! ¿Y de esa manera me lo pagas? ¿Inventando mentiras de mi novio? —dijo ella con los ojos llorosos.
Tenía ganas de llorar porque no me había esperado esa reacción por parte de ella.
Sali detrás de ella pero ella había salido corriendo que la había perdido de vista.
Miré hacia todos lados y metí las manos en mis bolsillos sacando mi teléfono.
— Riss…
— ¿Puedes venir por mi? —dije entre sollozos.
— ¿Qué sucedió? Riss espérame… llegare en un momento no te muevas —dijo Tanner desde el otro lado.
Me detuve en frente del parque justo debajo de un gran árbol, a los minutos Tanner apareció en el auto de Esffie.
El se bajó corriendo hacia donde estaba yo, lo abrace escondiendo mi rostro en su pecho y rompiendo en llanto.
— Oh mi Riss… —el me separo un poco para poder observar mi rostro— vamos al auto.
El frio viento chocaba nuestros rostros, el manejo, pero nos dirigimos hacia el supermarket.
— Hazel me odia —dije ya más calmada— pensó que le estaba mintiendo que Dustin estuvo con otra.
— ¿De verdad? —Tanner me miro incrédulo— ¿O sea que no le cree a su mejor amiga?
— Me dijo que soy una fracasada en el amor —dije bajando mi cabeza.
El soltó una risita y con sus dedos que estaban cálidos tomo mi barbilla.
— Porque ella no sabe que traes a un sujeto loco y enfermo de amor por ti —el corrió mi rostro para luego juntar nuestros labios.
Y fue en ese momento que era que agradecía de tenerlo en mi vida por más morboso que fuese, el me hacía olvidar por un momento aquellos malos momentos.
— ¿Sabes que se le pasara? Tu cumpliste como amiga en decirle así que ella luego vendrá a pedirte perdón a ti —me lance a sus brazos sin dudarlo.
El encontraba siempre las palabras correctas para decirme en el momento.
Nos bajamos del auto y el paso uno de sus brazos por mis hombros, y nos metimos al supermarket.
Para mi suerte habían pocas personas y no tendríamos que esperar tanto.
— Mamá me dio una lista —dijo buscando en sus bolsillos.
Empecé a empujar el carrito de compras, y empecé a deslizarme con el carro de un lado a otro.
— ¡Oye Ris! —exclamo Tanner a mis espaldas.
Tome velocidad y me aleje más, hasta que el me alcanzo apoyando sus manos en mi cintura.
— Eres una niña Rissie —dijo mirándome sonriente.
— Tu eres un aburrido —me zafé de su agarre y me metí en el carrito— ¡Ahora llévame esclavo!
El empezó a reír empujando el carrito, éramos los dos en el sector de gaseosas.
— ¡Acelera! —dije moviendo mis piernas que habían quedado colgando.
— ¡Oigan! ¡No pueden jugar aquí! —exclamaron a nuestras espaldas.
— ¡Mierda! —mi hermano empujo el carrito y a toda velocidad salimos por el pasillo y girando, metiéndonos en otro.
Miré hacia atrás hasta que no vi más al hombre que su barriga sobre salía de la remera.
— Uff eso estuvo cerca —dijo Tanner recuperando el aliento.
Su cara me causo gracia que no pude evitar reírme como nunca lo había hecho.
— ¿Te atreves a reírte en mi cara? —pregunto el acercándose más y quedando su rostro a metros del mío.
Sus ojos celeste iguales a los míos me miraban y su sonrisa tan perfecta.
<< Quiero besarlo >>
Pero recordé que estábamos en el supermercado hasta que solo falto una voz para que volviéramos a la maldita realidad.
— ¿Tanner? —el abrió sus ojos separándose de mi.
Mire nerviosa al dueño de aquella voz, Gared seguía con una sonrisa como si nuestra cercanía no hubiese significado nada.
— Hola Ris —dijo el mirándome con una sonrisa.
— Ho-hola —respondí nerviosa pensando en la posibilidad que nos hubiese visto y pensara cualquier cosa.
Intenté salir del carro pero me volví hacia atrás y Gared amablemente extendió sus manos ayudándome a salir.
— ¿Qué haces aquí? —pregunto mi hermano que se notaba en su cara lo nervioso que estaba.
— Acompañe a mi madre a comprar lo último que faltaba para la cena de navidad —dijo esto y mire a Tanner que el también hizo lo mismo.
Me reí nerviosa y me pare al lado de mi hermano.
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Editado: 16.08.2022