Capítulo 12 | Un día habitual

Capítulo 12 | Un día habitual

1

Un corto transcurso, pero al menos aprendí algunas cosas sobre este lugar, junto a sus notorios acontecimientos.

Hechos fuera de lo ordinario, o al menos solo aplica para este pequeño punto de vista.

La gente no parece hablar mucho del tema, ni siquiera le dan giros al asunto más allá del anuncio por Ballery aquel día. Es como si ya estuvieran acostumbrados a vivir así. Aunque siendo realistas, tampoco hay necesidad de quedarse quieto y vivir con miedo e inseguridad, pues tienen que seguir con sus vidas a como dé lugar.

Tanto los empleados del Sanatorio, al igual que alguna patrulla de vigía necesitaba cumplir con su labor porque viven de ese oficio. Más allá de ayudar en la construcción de la sociedad, se encuentra el interés propio y la búsqueda de un beneficio.

Está Gark. Una pequeña personita con problemas psicológicos y de potencial oculto. Día tras día, solo trata de pasarla bien y divertirse. Al parecer, logró uno de sus tantos objetivos, un compañero.

Cinthia, trabajadora y encargada del Sanatorio. Ahora mismo se la aprecia desde un punto de vista general como la persona responsable en salvar decenas de vidas, cuando en realidad es muy probable que deba estar más preocupada en luchar por la salud de su hija y el resto de su familia.

Confert, el escudero de la nobleza. Cumple un rol importante, el cual es asegurar la protección de su reina. A pesar de tener ese rol como etiqueta, no muestra grandes signos de preocupación por ello, aunque esta también es solo una idea vaga. ¿Qué estará buscando en realidad?

Ballery, no menos importante. Dirigir una metrópoli no resultaría ser tan sencillo, requiere tiempo y perseverancia, tal vez a eso se deba su gran ausencia en asuntos triviales y asombrosa participación en eventos de mucha relevancia. Solo pude verla 3 veces hasta ahora, siendo todas en momentos relativos. ¿Tendrá algún interés fuera de su papel como soberana? Es un hecho rotundo, solo falta descubrirlo.

Ya teniendo en cuenta la existencia de diversos intereses, vayamos al lado opuesto, todos tienen un problema en común.

El Letargo Escarlata. Una misteriosa y reciente enfermedad. Toda amenaza que llegó y vendrá apuntará hacia nosotros como principales responsables. Quién sabrá donde se encuentra el verdadero perpetrador de esta crisis, quizás ya abandonó la ciudad.o incluso aun está aquí viendo el espectáculo.

Por otra parte... ¿Qué me hace pensar que solo se trata de «Una persona» en particular?

Me llevó a pensar en un tema que estaba ignorando desde temprano. Algo que no podía evitarse.

Era necesario discutirlo con Gark, por lo que suavemente lo levanté, moviendo se cuerpo de lado a lado.

Desconocía la hora, pero era lógico que ya pasó más de la media noche por el silencio exterior.

Apenas contestó me di cuenta, no estaba durmiendo, permaneció despierto. Era notorio que estaba angustiado desde ese momento.

El Fokus disminuyó su iluminación, volviéndose una luz tenue rodeada de oscuridad.

Quedé atento, observando hacia la puerta sin algún motivo en particular.

Aunque le dije que ya no habría problemas, esta era solo una mentira que ambos queríamos creer.

Más temprano, alguien nos estaba observando. Seguía nuestro camino juntos sin hacerse notar. Desconocía su ubicación exacta.

No fue fácil tener que ignorarlo. Sentí un golpe de alivio al regresar, pues perdimos esos ojos tras nuestras espaldas gracias a un desvío que tomamos como precausión. Si intentaban perseguir nuestros pasos hacia delante, era muy obvio que también sería en viceversa.

Gark me contó que en ocasiones anteriores vivió el mismo tormento. Fue espiado robando unas joyas de dudoso valor a cambio de comida, fue su descuido. Le hizo el favor a alguien que días después terminó siendo encontrado muerto junto a su familia. El hecho quedó en el aire, pues fue catalogado como un asesinato misterioso.

Pensando en retrospectiva, cometió descuidos que llevaron a revelar la organización del crimen. Quién fue el comprador y donde se encontraría. Creía que en esta ocasión iban tras de él.

Entendía su preocupación. Ese pequeño cosquilleo que te hacía sentirte perseguido.

No podría ser un simple espionaje. Si fuera la caballería, hace tiempo que nos habrían sometido bajo ataque. No habría duda de que limitarse a observar sería una tarea imposible de cumplir. Atacarían lo más rápidos que puedan.

¿Qué deberíamos hacer ahora? ¿Irnos? ¿Esperar a que las aguas se calmen?

A pesar de haber establecido una comodidad aquí, también debimos estar listos para partir ante cualquier inconveniente.

Se mostró tan descontento. Tener que abandonar nuestro alojamiento en medio de la noche seguro le resulte agotador.

Hay guardias rodando, tienen un horario fijo. Sería sospechoso que nos vieran despiertos tan tarde, por lo que no sería buena idea salir. Acordamos irnos luego del amanecer para mezclarnos con la gente que se levante por esas horas.

Deberíamos cambiar nuestra posición, siendo un nuevo destino el otro extremo de la ciudad, solo por precaución.

Posiblemente no tengamos otra oportunidad de encontrar una construcción abandonada, y aunque lo hagamos, esta situación volverá a suceder. Viéndolo así, nos queda otra alternativa: Plantar cara a esos ojos que acechan desde muy lejos.

Vaya... Esto es agotador. ¿Será que el acoso es otra costumbre por aquí?

2

Un clima cálido, sin nubes obstruyendo el resplandor del sol. Los pájaros aleteaban libremente, dirigiéndose hacia algún próximo destino más allá de las murallas.