Apocalipsis

[02]

El lugar era un restaurante bastante sencillo desde la fachada hasta el interior. No es como si Sebastián estuviese buscando algo elegante digno de la realeza así que era el sitio idóneo ante su propio criterio.

Llegaba apenas doce minutos tarde pero al entrar notó que no era el único con retraso, el restaurante de la "cita relámpago" estaba casi vacío. Había cerca de cinco mujeres y tres hombres contándolo a él. En ese momento no sabía si sentirse afortunado o con la peor suerte del mundo.

Los organizadores decidieron que sería bueno iniciar con los que ya estaban presentes luego de esperar casi una hora a que otros llegaran.

Fue así como Sebastián tomó su lugar en la primer mesa frente a una chica de sonrisa hermosa y ojos almendrados.

Olvidó su nombre a los cinco segundos de haberse presentado y prestó mínima atención mientras ella le hablaba de su trabajo y aspiraciones. No es que quisiera ser grosero, simplemente no encontraba el interés suficiente. El romance no era para él, concluyó dramáticamente alguna vez durante su juventud.

Al terminar su minuto con esa mujer, avanzó a la siguente mesa pero su suerte fue la misma. Ellas hablaban de cosas que no le importaban, usaban esa voz chillona que pretendía ser "adorable" y reían forzadamente. Odiaba aquello.

Llegó a la tercera mesa sin muchas esperanzas. Una chica con cabello muy oscuro y piel pálida lo recibió con los brazos cruzados y ojos escrutadores.

—Joder, eres guapo– fue lo primero que dijo ella.

Sebastián se sintió ligeramente aturdido por la actitud despreocupada de la chica pero decidió continuar.

—Tú igual, eres muy hermosa– sonrió apenas un poco.

—Guárdate los cumplidos– resopló ella, sus labios rojos hicieron una mueca —creo que lo noté desde que apareciste pero... Tampoco quieres estar aquí ¿verdad?–.

Sebastián se sentía extrañado, usualmente las mujeres eran amables y trataban de lucir delicadas. Pero había algo en esa chica que se sentía diferente. No sabía si era por la manera en que lo veía como si quisiera analizarlo a fondo o por el hecho de que no parecía tener filtros a la hora de hablar.

—¿Tampoco? Debo asumir que ese es tu caso también– se sintió un poco más relajado —entonces te diré que... Estar aquí me esta destrozando los sesos, quiero ponerme en pie sobre la mesa y gritarle a todo el mundo algo así como "¡estás cosas son estupideces!". Pero supongo que el más estúpido soy, yo por venir–.

—Te daré la mitad de mi salario de este mes si de verdad gritas eso– lo interrumpió ella con una sonrisa maliciosa.

—Que jodida vergüenza– Sebastián empezó a reír libremente por primera vez en el día.

—Jodida tienes la risa, hombre ¡es la peor risa que he escuchado en mi vida!– la pelinegra empezó a reír igualmente, dejando ir la sensación de incomodidad.

Luego de unos segundos placenteramente largos ambos alzaron la mano al mismo tiempo para un apretón.

—Sebastián Novat– se presentó.

—Lena Luan– correspondió ella.

—Entonces ¿te obligaron a venir o...?–

Lena resopló.

—Mi hermano dice que me estoy volviendo vieja. Cree que me hace falta un novio y esas tonterías– explicó.

—Algo parecido me dicen a mi– asintió Sebastián, sintiéndose identificado —uno creería que tu hermano preferirían no verte con pareja por todo eso de sentirse... ¿sobreprotector?–.

—Dante no lo ve así, para él mis novios son más bien tipos a los que les puede pedir dinero y favores sin tener que pagar por ello– respondió, encogiéndose de hombros.

—Creo que puedo entenderlo un poco– Sebastián se burló y ladeo la cabeza, dándole una mirada evaluadora a la chica frente a él.

Lena tenía un rostro muy hermoso, sus ojos eran demasiado oscuros, como lagunas en calma, profundos e intimidantes. Sus labios muy gruesos, formando un corazón. No sólo era bella sino que además parecía alguien inteligente.

—¿Qué?– preguntó ella, alzando una ceja cuando notó que Sebastián se quedaba observándola más de lo necesario.

—Estaba pensando que quizás...– empezó a decir, antes de que sus palabras fueran silenciadas por el estruendo de cristal y cerámica cayendo al suelo.

Todas las miradas se desviaron hasta la entrada del restaurante donde un hombre había colisionado y caído sobre una de las mesas cercanas en medio de convulsiones.

—¡Llamen un doctor!– gritó alguien entre tanto alboroto.

Sebastian alzó el cuello tratando de ver un poco más del hombre que yacía con los ojos en blanco sufriendo espasmos sobre pedazos de vajilla.

De pronto el sonido de un chillido parecido al de un animal resonó por todo el lugar y aquel desconocido que segundos antes había estado medio moribundo se puso en pie y saltó encima de quien tenía más cerca.

Sebastián sintió que su piel se erizaba cuando vio la manera en la que el hombre enterraba los dientes sobre la mejilla derecha de una mesera y arrancaba un enorme pedazo de carne mientras la chica gritaba de dolor. Un chorro de sangre brotó de la herida y la mujer cayó al suelo. Los gritos de terror escalaron como la espuma mientras el mismo hombre atacaba a otras personas de alrededor.

—¿Pero que...?– Sebastián escuchó hablar a Lena como en un sueño, se sentía muy aturdido como para reaccionar.

Sus ojos seguían fijos en la mesera que ahora se retorcía sobre el suelo escupiendo su propia sangre antes de chillar y ponerse en pie con ojos desorbitados, al igual que el hombre anterior había hecho. A una velocidad impresionante, la mujer corrió y brincó como bestia hasta caer sobre otra persona que intentaba salir del restaurante, destrozando la piel del cuello de esa persona de un sólo mordisco.

—Corre– dijo finalmente, tras el shock inicial —¡corre!– apresuró a Lena, saltando fuera de su lugar en la mesa cuando aquellas extrañas criaturas avanzaban en dirección a ellos.

La chica no lo pensó demasiado cuando empujó su silla hacia atrás, lista para correr por su vida. Aquellos caníbales no tardaron en llegar hasta donde estaban, rugiendo y enseñando los dientes llenos de piel humana y sangre como si de verdad fueran bestias hambrientas.



#2064 en Terror
#9673 en Thriller
#3861 en Suspenso

En el texto hay: zombies, romance, terror

Editado: 24.02.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.