Capítulo doce

Lo he intentado, pero no he conseguido que Cassie se quede en su casa. Ahora mismo está  actuando también  con un poco de paranoia al ser consciente de que el chico que me ha gustado por tanto tiempo se encuentra a pocos metros metros de mí y además -Digno de presumir- Sabe mi nombre.

—No entiendo porqué estamos encerradas en tu habitación.  —Se queja, cruzándose de brazos. —Quiero ver a los sexys amigos de Drake.

—Drake me ha pedido que te mantenga encerrada para que no traumes a nadie. —Confieso, ella me mira indignada. 

—Si no se traumaron con el entonces esos chicos son intraumables.

Hago una mueca ¿Acaso ese término existía? Niego restandole importancia, en realidad también me gustaría pasar por lo menos a saludar pero se lo había prometido a Drake, y no quería que se pongan de acuerdo con Cassie para hacerme pasar vergüenza adelanté de Noah. 

Salir de la habitación queda completamente descartado.

Mi puerta se abrió y Becky entró acompañada de Wendy, Cassie le sonrió a mis hermanas y ellas la saludaron con un feliz abrazo. 

—Awww, casi que me quieren  más que a ti. —Festeja mirándome, le doy una mirada en blanco y observó cuando Becky se sienta en mi cama con sus brazos cruzados. Hay algo que le molesta.

—¿Qué  ocurre? —Quise saber.

—¿Ya viste los calzones de Scott?

Silencio. En toda la habitación, Cassie intercambio miradas conmigo mientras empezaba  a trenzar el cabello de Wendy, me quedé un poco boquiabierta porque en cualquier otro lado eso podría haberse malinterpretado.  En realidad, no estaba  interesada en ver los calzones de Scott o A Scott con calzones  o incluso sin ellos.

—¡Becky!  —La rete.—Te dije que no haría eso, se llama invasión a la privacidad. 

—Bueno, pero existen muchas formas de averiguarlo. —Opinó  y di una mirada en blanco, si la escuchara mi padre seguro le daría un infarto. 

—Tiene  razón…—Murmuro Cassie, aunque parecía más habérsele escapado porque al instante se arrepintió de abrir la boca. —Digo, quizás hagan un book de ropa interior, no sé. 

Le doy una mirada de advertencia, Cassie traga saliva y ríe incómoda. No entiendo las locas ideas que se le ocurren a Becky, pero al mismo tiempo me pregunto si también fui así con alguna celebridad que me haya enamorado alguna vez. Mi hermanita menor tenía un crush con Scott  Lewis  y era tan divertido como aterrador. 

—He apostado con Samantha, no quiero perder dinero. —Dice la mini rubia apuntándome con el dedo.

—No deberías estar haciendo apuestas, menos sobre la ropa interior de alguien…

—Yo también quiero ganar dinero, no me juzguen.

Wendy, se voltea hacia nosotras y dice:

—¿Puedo ganar dinero yo también?

Si mis papás nos escucharan  ahora estaríamos en problemas.

—No necesitas ganar dinero porque eres la princesa de la casa, igual que Becky. Solo no se metan en problemas ¿De acuerdo? No queremos que mamá y papá nos reten por andar pensando en esas cosas.

—De acuerdo ¿Viste los chicos que están en casa? —Wendy cambió de tema repentinamente. —Me dan asco, son sucios y ruidosos. Yo escuche a uno de ellos eructar. 

—Seguro ese fue Drake. —Dijo Becky rápidamente. 

Hablando sobre eso, me dio curiosidad una cosa.  Voltee hacia mi hermana del medio y le pregunté:

—Oye Becky ¿Cómo  conoces a Liam Ross? Vi que lo sigues en Instagram.

Cassie volteó rápidamente hacia mi.

—¿Lo stalkeaste?

—¡Calla!

—¡Lo stalkeaste!

Becky interrumpió nuestra conversación sin sentido con aspiracion a discusión para pasar a algo sin dudas más interesante.

—Bueno, mamá siempre habla de ellos y una vez lo conocí cuando estaba paseando con ella, mamá se encontró con él y la señora Ross.  Aún así, yo lo conocía de antes pero él a mi no.

—Esta niña da miedo.—Murmuró Cassie. —¿De donde lo conocías?

—Sigo a Scott  hace años, y antes él  era amigo de Liam. Por eso lo conocí. Luego me enteré de que era el hijo de Kate Ross.

Pestañee  un par de veces. 

¿Liam y Scott  siendo amigos? Raro, sus perfiles no encajaban para nada. Mientras que Scott era bueno y simpático Liam era capaz de patear el rostro de cualquier persona que le hable sin permiso.

—Diablos, no se como se me pasó esa información… —Se lamentó Cassie en voz alta.

—Ya estoy aburrida Becky ¿Podemos jugar a algo? —Becky asintió ante la petición de Wendy y ambas se fueron de la habitación dejándonos a Cassie y a mi un poco...Aturdidas con esa información nueva sobre Liam y Scott. 

—No los he visto hablando en persona, Scott trabaja mucho y Liam se esconde del mundo. —Apunte.– No sé, es extraño.

—¡Increíble! No se me había ocurrido stalkear  a Scott, tu hermanita es un genio.  —dice emocionada.—Amo los chismes  y cada vez nos enteramos de más.

—Si, aunque no me parece correcto.

—Olvida lo correcto o incorrecto  además ¿Qué culpa tenemos de que la información llegue hacia nosotras sin pedirla?  —Se encoge de hombros.

Hago una mueca.   Decidimos dejar el asunto en paz por unos momentos,  nos quedamos el resto de la tarde en la habitación hablando de otras cosas también le cuento que me he comprado maquillaje con ayuda de Drake y que necesitaré de su ayuda para poder usarlo también le confieso que hay algo en mi armario que me incomoda.

—No hablo de fantasmas, tonta. —Suspiro.—Hablo sobre mi ropa, no hay nada ahí que me guste. Es muy estúpido porque hace dos semanas estaba encantada con todo lo que tengo.

—Vale, quizás todo esto de tu nuevo trabajo tenga algo que ver. Si, definitivamente.  

No es solo mi nuevo trabajo, llevo años escuchando a la gente decir que no le gusta como me visto  o me comporto, que debería ser diferente porque entonces así sería mejor. Que no está bien que las chicas jueguen al fútbol sin zapatillas o que digan groserías.

No me siento menos mujer por hacer todo eso.

Pero ahora me miro al espejo y ya no me gusta lo que veo, no sé en qué lugar debería estar.  Cómo debería vestirme o peinarme, nunca me he preocupado por esas cosas y ahora repentinamente me encuentro dispuesta a hacerlo.