Aquel amor que casi me llegó a matar (en edición )

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Creo que uno de los peores sentimientos que podemos experimentar es esa sensación en el pecho cuando te enteras de cosas que te rompen el corazón.

Estaba muy confundida por todo lo que me dijo Dayana hace unos días, poco a poco he ido procesando la información y no la he podido descifrar por completo.

¿Por qué Jonathan había pedido mi despido del trabajo? ¿Realmente conoció a la persona con la que iba a pasar el resto de mi vida? ¿Dayana estaría diciendo la verdad? En este punto de mi vida no lo sé, no confió en Dayana como un medio de información, pero lo que mas me confunde es el hecho de que no estoy molesta con Jonathan supongo que va ligado al hecho de que no se si es verdad lo que me dijo aquella mujer.

No estaba molesta, pero tenía una necesidad de verlo, de tenerlo cerca, de abrazarlo, de sentirlo.

Soy un desastre y cuando se trata de él parece que todavía soy indefensa, parece que estando frente a él todo se me olvida, parece que gracias a el soy la mujer más estúpida sobre el planeta tierra.

Es gracioso el hecho de que cuando me encuentro sola se que no es bueno para mí, que me enamore y que me entregue a un cobarde, yo se o al menos siento que sabe el poder que tiene sobre mi por eso hizo todo lo que quiso sabiendo que podía regresar como si nada.

Pero cuando lo veo, cuando se encuentra frente a mi olvido por un momento todo, olvido todas mis lágrimas, todos los daños, todos los silencios y todas esas veces que me rompió el corazón.

Y es que también tengo miedo, miedo de que nadie me pueda amar, miedo a que él sea la única persona que me pueda amar ¿Pero lo que teníamos era amor? ¿O solo éramos dos personas solas haciendo compañía?

Solo fuimos dos barcos perdidos en la inmensidad del mar que al encontrarnos en el camino pensamos que compartimos el mismo viaje, el mismo destino, pero no fue así, al final del día un barco poco a poco se fue alejando hasta perderse en el horizonte mientras que el otro al perder al que creía su compañero se hundió en el frio y oscuro mar que hoy llamamos vida.

 

<¿Nos veremos en el restaurante del centro?>  —mensaje recibido a las 8:36 p.m.

<Si, espero que no haya sorpresa esta vez> —mensaje enviado a las 8:36 p.m.

<Prometo que no, no habrá sorpresas> —Mensaje enviado a las 8:37 p.m.

 

Y parece ser que sí, soy la mujer más estúpida sobre el planeta tierra.




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