Aquel amor que casi me llegó a matar (en edición )

Aquel amor que casi me llegó a matar: Especial #1

61: El rencuentro.

[ Aclaratoria: Dada la situación extraordinaria en la que nos encontramos ahora por la pandemia que azota al mundo, he decidido crear este pequeño especial, esto no es la continuación de la historia, solo serán dos capítulo que les quiero regalar para darles un poquito de luz, por estos momentos tan difíciles que atravesamos hoy. Les mando mucha salud, mucho amor y espero que disfruten un poquito esto nuevo de Kat]

 

El aeropuerto estaba hecho un completo caos, veía tantos rostros con diferentes sentimientos, me preguntaba que tanto llevaban por dentro, veía lágrimas, sonrisas, algunos corazones rotos, pero sobre todo muchas despedidas, miraba mi reloj impaciente, ya deberían estar aquí, hasta que a lo lejos lo vi.

Con una mano agarrando mi pequeña maleta, corrí lo más rápido que pude, atravesé la multitud y me lacen a él.

—¡Kat! ¡Bienvenida a casa!—me tomo con fuerza, hasta sentir su abrazo, no me había dado cuenta lo mucho que lo había extrañado.

—¡Gracias Bobby!—aun me encontraba aferrada a el—Es bueno estar en casa.

Emir solo veía la escena a unos cuantos pasos, me saludo cordialmente cuando me despegué de su esposo, después de reincorporarnos, lo pude ver de nuevo, parecía tan feliz, tan en paz, pero lo más importante, estaba viviendo con mucho, mucho amor.

Ellos dos eran la representación clara de lo que deseo para todos, los que están pasando por ese amor que parece que se ha llevado todo, ese amor que pensé que me había quitado todo, solo que ahora sé que no es así. La vida después del amor si existe, ya que amarse a uno mismo es toda una vida entera.

Caminamos hasta el estacionamiento, un hermoso auto rojo era nuestro transporte, Emir me ayudo a subir mis pertenencias a la cajuela, Bobby se subió en el lugar del copiloto, después de unos cuantos minutos dejamos el aeropuerto atrás, el viaje no seria tan largo, vi como ambos se tomaron las manos, Emir con delicadeza acerco su mano de Bobby para darle un beso.

Sentí tan paz al verlo, me sentía tan feliz por él, una sonrisa se me formo de oreja a oreja, Bobby me sonrió por el retrovisor, le devolví la sonrisa.

La brisa alboroto mi cabello, esa brisa que conozco tan bien, esa brisa que me llena tanto de vida, ya estábamos cerca de nuestro destino, mi apreciado mar. Al llegar una ligera nostalgia recorrió mi ser, solté un gran suspiro, tomé mis cosas y entre con ellos a esa pequeña casa de playa.

Si este lugar pudiera hablar pensé, un lugar lleno de aprendizaje, simplifique en esa pequeña palabra todo lo que he vivo hace ya varios meses atrás.

Se algunas cuantas cosas, unas las aprendí a la fuerza, otras por la tristeza y las demás por amor, por ese amor puro que me entrego todos los días cada que me levanto y me veo al espejo lista para seguir adelante.

—Es una lista increíble—susurro Emir cuando se incorporo a mi lado.

—Si que lo es—suspire mientras dejaba que la brisa del mar embriagara todo mi ser—El mar se ve tan bello desde aquí.

Ambos nos quedamos en silencio, fijamos nuestra mirada en el mar, tan lleno de vida, el impacto de las olas unas con otras parecían música para mis oídos. Las palabras de Emir volvieron a llamar mi atención, me confió un secreto.

Estaba a nada de cerrar el trato para comprar la casa, ese sería el regalo para su primer aniversario. Lo abrace por impulso cuando dejo de hablar, “le encantare” le susurre, era algo que ya sabía, pero se alegró por mi entusiasmo.

Al dejarme sola, camine a la orilla del mar, el agua estaba en su punto perfecto, ni fría, ni caliente, su regalo de aniversario, esa pequeña frase recorría mi mente, que tan rápido puede llegar al ser el tiempo, cuando te encuentras bien.

Era verdad, después de mucho tiempo, después de pensar que ya no quedaba nada para mi ahí afuera, aún recuerdo aquellos días tristes donde la vida pesaba demasiado, aquellos días donde por momentos pensaba en ponerle fin a mi pequeña existencia. Ahora veo cada día más lejos aquellos momentos, sé que llegaría el día en que quizás esos recuerdos se hayan perdido por completo y nunca mas regresen

Ahora soy otra, ahora sonrió, disfruto mi trabajo, estoy agradecida de tener lo que tengo hoy, de quienes me rodean, ahora vivo mi vida para mi y lo mas importante es que siempre estaré completa mientras me tenga a mí,

—Casi un año, que rápido es el tiempo cuando eres feliz…—unos pequeños pasos anunciaban la llegada de Bobby a mi lado—¿Por qué los dos somos felices no?

—Si…los dos somos felices—susurre mientras me abrazaba a mí misma—Los dos somos felices, solo que yo tarde un poquito mas en comprender de que va la vida.

Decidimos sentarnos, el agua mojaba con delicadeza nuestros pies.

—Casi 11 meses, que rápido—mascullo.

—Pareciera ayer cuando, en este mismo lugar nos despedimos después de ese fin de semana increíble—la nostalgia se hacia presente en mi voz de nuevo.

—Prometimos no olvidarnos y aquí seguimos—él me sonrió—Y seguiremos por muchísimo más tiempo.

No dejamos de hablar, nos contamos mas a detalle todo lo que conversamos a distancia, mi apretada agenda en Madrid, al fin y al cabo, dirigir una institución no es nada fácil y el dirigiendo su propio café con Emir más los diferentes horarios casi no podíamos hablar todos los días, en ocasiones pasaban días e incluso semanas sin hablar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.