Aquel amor que me hizo volver a creer

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Esos ojos azules aún tenían clavada la mirada en mí, como si de alguna forma tratara den descifrarme, como si quisieran leer cada uno de mis pensamientos, su piel clara lucia tan tersa, por alguna extraña razón tenía una gran necesidad de comprobarlo, quería que las yemas de mis dedos recorrieran su rostro, que se deslizaran delicadamente por sus pómulos y llegar hasta aquel contraste de su barba cuidadosamente perfilada.

—Supongo que…—había quedado sin habla y no entendía porque—Supongo que estas aquí por la vacante de artes.

—Así es—fue firme, su voz tenía cierta dureza pero ningún rastro de timidez, algún tipo de asentó que no reconocía del todo, pero resultaba embriagante para mis odios.

—Necesito que me hables un poco de ti, que le puedes ofrecer a la institución y como te desenvuelves en tu campo—poco a poco iba recuperando la compostura.

Me sentía ansiosa, tenía una necesidad incontrolada de escuchar su voz de nuevo, no sabía que me estaba pasando, no podía reconocerme, no era posible que un completo desconocido me hiciera sentir de tal forma.

—Me gradué de la en la escuela de artes dramáticas de Londres, tengo una maestría en pintura sobre lienzos y su diferente tipo de técnicas otorgada por la confederación de pintores en Paris—coloco sus papales sobre mi mesa—Y hace tres meses me gradué en el manejo del aula y técnicas pedagógicas aquí en Madrid.

Mire la documentación sumamente impresionada, era el perfil que buscábamos de hecho no esperamos encontrar a alguien con tanta preparación, además de todo lo mencionada había tomado diferentes diplomados en fotografía y manejo de instrumentos. Todo parecía bien, solo un pequeño detalle llamo mi intención, se la paso estudiando casi por 5 años desde que se graduó en la academia Londres, pero después tuvo un periodo de lo que parece una completa inactivada por casi 3 años.

—Seré honesta estoy realmente impresionada por toda la capacitación que tienes, de hecho tienes un excelente perfil, uno de los mejores que he visto—le daba un ultima ojeada a los documentos—¿Qué hiciste en esos tres años de inactividad?

Su mandíbula se mostró tensa y trago un poco de saliva, formule mi pregunta por mera curiosidad, pero al ver la expresión de rostro ya me encontraba sumamente interesada en su respuesta.

Un pequeño silencio se apodero del lugar, su mirada ya no se encontraba sobre mí, al parecer en ningún lugar de la sala, parecía perdida, tratando de buscar las palabras correctas, ya estaba a punto de decirle que no era necesario responder, pero al fin se reincorporo.

—Estuve en Italia…dirigiendo una galería de artes—la tensión aún se podía percibir en su rostro—No lo considero un gran logro por lo que no lo menciono mucho.

Aquella respuesta estaba muy lejos de dejarme satisfecha, no soy artista, pero dirigir una galería para un pintor debe ser algo importante. Algo no me quedaba claro.

—Fueron tres años de tu vida, debió significar algo—las palabras salieron de mi casi sin pensarlo.

Su rostro se tensó aún más, al parecer había encontrado su talón de Aquiles de este desconocido, sin embargo, era justo lo que necesitaba y su vida personal era lo que menos me importaba como directora, si podía cumplir con su trabajo no me importa donde estuvo los últimos años, ni juzgaría su forma de pensar.

Me sentía tan poco profesional, indagando en la vida personal de aquel sujeto que trate de remediar la situación.

—Pero a nosotros como institución lo que menos nos importa es tu vida personal—se podía notar como la tensión de su rostro desaparecía poco a poco—Solo tengo unas cuantas pregunta mas ¿Por qué nosotros? ¿Por qué ejercer la docencia aquí?

Eran preguntas típicas de entrevistas así que no tenía por qué sentirse incómodo.

 —No me malinterpretes, con este perfil podrías ejercer en cualquier institución del país, o en el extranjero—hable de forma sincera—entonces por eso recalco ¿Por qué ejercer aquí?

Aquel cuestionamiento era un arma de doble filo, claro que tenía razón ¿Por qué ejercer en esta exitosa pero modesta institución? Estoy segura de que existen otras grandes oportunidades, quizás en alguna institución gubernamental o en el centro de artes de este país. Lo necesitábamos, eso era algo obvio, estábamos trabajando a marchas forzadas por conseguir alguien con tan excelente perfil, quizás estaba loca por darle tantas vueltas a la entrevista, pero tenía esa necesidad de saber que estaba pasando exactamente dentro de su cabeza.

—Todo se resumiría a que quiero un…quiero un cambio de aire—me respondió con tal seguridad, pero con esa cierta nostalgia que conozco tan bien, recordé a mi yo de hace algunos años— No me importa lo que viví en Londres, Paris o Italia, solo quiero comenzar de nuevo y dar docencia de algo que amo, quizás es un pensamiento algo mediocre, pero es la verdad, solo quiero comenzar de nuevo en lugar donde nadie me conozca. 

Algo me decía que era cierto, que cada palabra que salió de su boca era verdad y por alguna extraña razón me sentía tan identificada tan qué no lo pensé más.

—Gracias por tu honestidad, personalmente es algo que yo valoro mucho—el solo me sonrió—Normalmente nos tomamos unos días para decidir, pero sería una loca si te dejo ir ahora, así que si bienvenido a la familia. 




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