Me encontraba aquella tarde sentada junto a la ventana, mientras el rayo de luz iluminaba hacia mi ventana, en aquel atardecer el viento soplaba tan fuerte hasta desprender las hojas de las ramas y volaban hacia el cielo hasta caer rotundamente al suelo, el sonido de la brisa rozaba contra mi ventana, mientras el frio la empañaba.
Al anochecer la luna llena asomaba y aquel hermoso reflejo que dejaba, imaginaba tantas cosas que del alma no sacaba ni de la mente borraba.
Nuevamente aquella ansiedad me consumía al pasar el tiempo no disminuía y seguía ahí presente cada día.
La presión de mi pecho no desaparecía y mi corazón se desvanecía cada noche en mi triste compañía,
Hasta lo más profundo de mí ser se lamentaba y se hundía en aquel vacío que me entristecía.
Recuerdo aquellos momentos en los que reprimía sentimientos y me perderían en aquel dolor profundo que mi alma no borraría.
Mi mente no olvidaba y el corazón no sanaba.
Creí que mi alma enloquecería al perder la cordura en pensamiento suicidas
Recordaba aquella mañana en que te conocí, tu mirada te delataba y sonrojabas cada vez que te miraba, eras aquel chico encantador y sencillo lo note por tu mirada y que aquellos ojos lo deslumbraban, recuerdo aquel balón que siempre cargabas y nunca dejabas.
Al pasar los días desde entonces te gustaba pero no me hablabas ni te acercabas tu timidez no te dejaba.
Al pasar el tiempo nos alejamos y continuaste con tu vida y yo con la mía.
Tan solo queda el recuerdo y la imagen de aquel chico encantador que conocí en aquel instante.
Después de tanto tiempo la vida nos depararía aquel acercamiento que nuevamente nos uniría.
Ya no eras aquel chico tímido e inocente que alguna vez conocería, tu mirada no era la misma y tu manera de ser era tan distinta.
Eras tan solo aquel chico en el que me entregaría completamente a lo desconocido.
No solía verte a los ojos de lo nerviosa que me ponías, Tu miraba me sonrojaba cada vez que me veías.
Me perdí locamente en tu mirar, me olvidaba de todo al estar a tu lado, tenerte cerca me excitaba, mi cuerpo locamente te deseaba y lentamente te buscaba, mis manos te acariciaban y mis ganas aumentaban, tu piel junto la mía sudaba, mojada te disfrutaba, tu cuerpo desnudo junto al mío hablábamos hasta quedar dormidos.
Ahí caí yo completamente enamorada, no te dabas cuenta del dolor que me causabas, jugabas con aquel corazón que tan solo te amaba.
Aquella tarde encima de ti lentamente te besaba y jugaba locamente con tus labios hasta morder aquel labio que tanto me gustaba.
No te diste cuenta del amor que te tenía ni de la forma en la que te veía, corría tras de ti cada vez que te ibas, te consentía, te llenaba de detalles, besos y caricias.
Me daba cuenta que lo que conmigo no te nacía con otros si lo hacías.
Constantemente me prometías que cambiarias, pero tan solo me mentías no te dabas cuenta del daño que me hacías.
Te espere por mucho tiempo porque en verdad te quería.
Recuerdo aquella noche en la que me confesaste lo que en realidad hacías y las intenciones que tenías.
Tu no sentías lo mismo que yo por ti sentía, tan solo me mentías.
Era tan solo una más a tu lista sexual en la que tan solo querías insaciar aquel deseo carnal.
Alejarme de ti tan solo no me bastaba, al estar yo ilusionada y enamorada donde terminaría destrozada de aquella decisión en la que no razonaba.
En realidad no era yo a la que amabas, tan solo amabas la forma en la que yo te amaba.
Creí que eras diferente al resto pero resulta que terminaste siendo igual al resto.
Al pasar el tiempo sucedió algo inesperado de aquella noticia de la prueba de embarazo donde el resultado final no era el esperado, la noticia nos impactaba pero al pasar los días lo asimilábamos aquel fruto que esperaba de la persona que tanto amaba.
Algo pasaba al saber que mi bebe no se encontraba con vida dentro de mí que vacío enorme y dolor del alma sentía al saber que por mi culpa lo había perdido.
El dolor físico fue temporal pero el dolor emocional y sentimental fue permanente que me destrozaba la mente, el alma y el corazón lentamente. Me cuestionaba diariamente al no saber en qué momento mi vida cambiaría radicalmente.
No lo demostraba pero mi dolor consumía aquella alma rota y vacía, tus abrazos me llenaban aquel vacío que vivía cada día.
Mi mundo giraba a través del tuyo, mi día se convertía en aquel amor que te tenía y la noche en el daño que me hacías.
Te entregue mucho más que tan solo un sentimiento entre ello la confianza, lealtad y respeto. Te creí incondicional y perfecto.
Aquel instinto no fallaba y me di cuenta que me engañabas.