Aquella Madrugada [ Bilogía el pasado #1 ]

CAPÍTULO 3.

CRISTHIAN.

Doy varios autógrafos a mis fans e ingreso al edificio con la ayuda de los guardias de seguridad. Después de mi desastroso proyecto con Vergara me llegó otro, uno que tenía un presupuesto muy bajo, pero por el cual lo tomé sin dudar, ya que se trataba de un padre y una hija. Con solo leer el título me cautivó, “¿eres tú, papá?” La historia trata del dolor de un hombre que perdió a su hija, y en el transcurso de su vida pasan muchas cosas que hace de la historia algo muy triste. Tiene un feliz y a la vez tan lleno de lágrimas, pero deja una gran enseñanza a las personas que pasaron por el gran dolor de perder a un ser amado.

La guionista me hizo llorar, y aunque no la conozco debe ser alguien que ha sufrido mucho, cada una de sus palabras tocó mi alma. No sé su nombre verdadero, ya que utiliza un seudónimo, se hace llamar cerezos, pero me encantaría saberlo o por lo menos conocerla. Aunque sé que tendré el gusto de conocerla, puesto que tengo otro proyecto con ella, le gusto tanto mi trabajo que apenas terminé las grabaciones, ella me mandó un correo, invitándome a ser el protagonista de: no te puedo ver. Por lo poco que leí es una historia que le sacará lágrimas al espectador; estoy ansioso por ese nuevo proyecto.

Entro a mi departamento y me dejo caer en el mueble, ha sido un viaje agotador, pero aquí estamos, tan cerca de encontrar a mi hija. Ha pasado un año desde que Silvana se fue, y por fin el investigador privado la encontró. Después de un largo año voy a volver a verla, y lo más importante, voy a conocer a mi hija; si no se adelantó, ella debe tener ocho meses de nacida. Ya quiero abrazarla y ser parte de su vida, para siempre.

Escucho el timbre así que me pongo de pie, seguro debe ser mi manager. Abro la puerta y sonrío, mientras él tiene su habitual cara de pocos amigos.

—Definitivamente, eres un desconsiderado, Cristhian. Si no es porque veo la noticia, no me entero de que has llegado.

—Quería caerte de sorpresa en el hospital, Darío —no dice nada e ingresa al departamento.

—Digamos que te creo. Pero ya dime, ¿por qué regresaste antes del tiempo previsto? —Iba a regresar en medio año más.

—Suárez ya encontró a Silvana —revelo, mientras él se sienta en el mueble.

—Es una maravillosa noticia —me mira—. Al fin vas a estar con tu hija —afirmo con una sonrisa.

—Sí —me siento a su lado—. Todas las noches me imaginaba este momento antes de quedarme dormido, y estoy cerca de que se haga realidad —suspiro—. Estoy seguro de que debe de ser una niña preciosa.

—De eso no hay duda Cristhian. Ella debe ser una niña encantadora y muy inteligente; Silvana era muy aplicada y tú… —me mira tratando de descifrarme.

—Regular —sonreímos—. Darío…

—¿Qué pasa Cristhian?

—Nunca tuve el valor de hacerte esta pregunta —lo miro a los ojos—. ¿Me puedes contar todo lo que sabes de Silvana? —Me da una sonrisa.

—¿Te interesa Silvana? —Espera atento mi respuesta.

—No, como piensas. Silvana es la madre de mi hija, y solo quiero saber más de ella —declaro.

—Entiendo… Tenemos todo el día para hablar de ella —manifiesta.

—¿Y el hospital? —Entrecierra sus ojos.

—¿Acaso no me quieres aquí?

—No digas eso; solo sé lo mucho que te importa tu trabajo, y como eres con tus pacientes. A mí me gusta tenerte cerca de mí, hermano —me da una sonrisa que casi nunca da.

—Pedí permiso. Te fuiste hace más de medio año, tenía que visitarte, Cristhian —expresa.

—¿Te he dicho que eres el mejor hermano mayor que conozco?

—Sí.

—Eres el mejor.

—Gracias —me da suaves palmaditas en mi hombro—. Estoy feliz de que nuestra relación de hermano sea muy buena.

—Yo también. Desde que sé que tengo un hermano mayor, he mejorado como hermano. Sé que ha sido muy tarde, pero trato de ser un buen hermano con Camila, aunque ella ya tiene más hermanos que la aman y la cuidan —los hermanos D’Angelo (Dimas y Dave) han sido muy buenos con Camila, han llenado la ausencia que yo dejé en su corazón al no ser el hermano que ella merecía.

—A pesar de que Camila tenga el amor de mis hermanos y el mío, tú siempre serás especial para ella. Tú eres su hermano desde que nació, y a pesar de todo el tiempo que no estuviste con ella, nunca dejó de amarte. Así que deja el pasado atrás y sigue siendo el hombre que eres ahora. ¡Estoy muy orgulloso de ti, Cristhian!

—Te amo, hermano —lo abrazo, siendo correspondido. Mi hermano siempre será el mejor.

Cuando era niño y jugabas con mis amigos de esa época siempre decían que su superhéroe eran su padre, y cuando me preguntaban a mí siempre respondía que no tenía, porque siempre supe que papá no era mi superhéroe, ya que no tenía vida propia; era gobernando por mi madre y hacia lo que ella decía. Pero si me volvieran a preguntar, daría una buena respuesta. Considero que Darío es ese superhéroe que siempre me salvará de mis malas decisiones, que me guiará a hacer lo mejor y sobre todo a no sentirme perdido. Desde que tuve a mi hermano mayor, he aprendido a ser mejor persona y he cambiado en muchas cosas para bien.




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