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Llegaron a la sala común donde estaban esperando sus compañeros. Helio se dirigió hacia Renée, saludando con una gran sonrisa de felicidad al verla, cómo si no la hubiera visto esa misma madrugada y le hubiera deseado las buenas noches. Shasod seguía comiendo a su ritmo, aunque en su lentitud también había influido el hecho de que se había distraído escuchando la conversación que Renée y Marcell mantuvieron antes de la vuelta de los recién llegados. Glenn suspiró, frotando su sien al ver esto, sin poder creerse lo poco preocupado que estaba Shasod por la misión pendiente, de la cual él era el protagonista junto a Helio.

—No podemos atrasarnos más, muchachos. Ni un minuto tarde. Todo debe ir cómo lo planeado, un solo cambio puede poner todo patas arriba y no podemos permitirlo —anunció, dirigiéndose especialmente a Shasod, que pareció darse cuenta y rápidamente se llevó a la boca lo que quedaba en el plato—Por favor. Lo hemos estado haciendo muy bien hasta ahora. Es la primera exploración que se hace, sé que es una experiencia totalmente nueva y distinta a cualquier otra, por eso tiene que acabar a la perfección.

Los cinco le escucharon con atención, reforzando su entendimiento sobre la importancia de todo lo hecho y por hacer. Desde el primer día sabían qué esperar y lo que realmente verían. No era algo normal, incluso la empresa decidió mantenerlo en secreto de la población, de todo el mundo, después de los pequeños incidentes que no fueron explicados a la gente pero que sí se conoció que causaron algunos heridos leves. Aún sabiendo eso, aceptaron el trabajo que se les había sido ofrecido, no habían sido obligados, imposible. Estaban ahí por voluntad propia, dependía de ellos si creían poder soportar la realidad de estar en la fosa abisal y completar los sesenta días.

—¿Exactamente cuánto tendremos que estar ahí fuera? —Shasod preguntó, haciendo que todos le miraran, pero él ni se inmutó.

—Para que estéis a salvo, lo máximo serían entre dos y cuatro horas. ¿No abordamos este tema ayer? —Jadranka explicó, y vio oportuno repetir otros detalles—Llevaréis trajes de buceo atmosféricos. En la parte de la cabeza hay implementada una cámara junto con micrófono, así podrá haber comunicación entre la base y vosotros. Y por supuesto, luces de alta potencia y sensores ambientales portátiles. Os observaremos desde la sala de control, estaremos disponibles en todo momento, no os dejaremos solos.

—Eso me alivia —el siguiente en hablar fue Helio, sus labios aún formando una sonrisa dulce. Shasod le miró de reojo, emitiendo un sonido casi inaudible, más para sí mismo.

—Por cierto, cuidad bien de la maquinaria. Me ha costado mucho preparar los drones y equipos de exploración. No quiero ver ni un solo rasguño. Me daré cuenta —avisó la mujer de treinta seis, Jadranka—No es broma, eh —añadió al verles reír disimuladamente.

—Ya, Jadran, no asustes a los niños —Glenn interrumpió, cubriendo su boca para que ella no se diera cuenta de la sonrisa divertida que tenía en el rostro.

—¿Y si repasamos lo que tenemos que hacer?

Shasod habló de nuevo, balanceando la silla sobre la que estaba sentado, aparentemente aburrido. Marcell entrecerró sus ojos, observándole detalladamente, pensando en qué podría ser lo que corría por su mente. En toda esa semana, él era el que menos se había relacionado, prefiriendo estar callado y escuchar antes que otra cosa. Prefirió dejar el tema a un lado, no era imprescindible y no debería importarle. Dedujo que Shasod se decantaba más por la profesionalidad y alcanzar su objetivo, no por hacer amistades ni por conversar cómo si estuvieran en un restaurante. Él iba a lo que iba y nadie se lo iba a impedir. Cabía recalcar que era lo que ella pensaba que eran sus razones para haber estado tan callado y distante, podría estar más que equivocada.

Ante la propuesta de Shasod, se miraron entre todos, acabando por estar de acuerdo. Renée tosió levemente, como para aclararse la garganta, dando inicio a la conversación.

—El área de exploración es de un radio de un kilómetro, queda estrictamente prohibido sobrepasar el límite. Los drones han buscado por esa zona y no han encontrado nada que pueda hacer que corráis peligro. Es una zona segura, sin embargo, hay que estar alerta en caso de una anomalía —deslizó su mano por su rostro, llegando hasta la sien y frotando, ya que tenía migrañas—No sabemos con exactitud lo que hay ahí fuera.

Ese último comentario dejó tensos a todos. El hecho de no conocer en su totalidad el océano, no saber lo que acechaba en la desoladora oscuridad y esperaba para atacar, era escalofriante, a tal punto de causar temblores en aquellos más débiles y menos aptos. Más, eso no sería un problema para ellos, pues sabían en lo que se habían metido, eran adultos, maduros, y confiaban en sí mismos.

—Habrá comunicación con la superficie una vez haya finalizado la inmersión. Helio, recuerda que eres el encargado de eso. Les harás saber lo sucedido, con todo y detalles, lo encontrado y los resultados de los análisis de las muestras que los drones recogieron el primer día —siguió hablando, esa vez mirando fijamente al mencionado, quien asintió con firmeza.

—Menos mal que nos han dado todo lo necesario para sobrevivir. ¿Moriríamos aplastados por la presión si saliéramos sin los trajes o los sistemas de soporte vital en estos? —Helio cuestionó.

—Exactamente —asintió Renée, sin rodeos—A esta profundidad, la presión es tan intensa que sin los trajes presurizados o los sistemas de soporte vital, los órganos internos se comprimirían al instante. No habría tiempo ni de sentirlo. La presión es más de seiscientas veces mayor que en la superficie.

Helio ensanchó los ojos e hizo una mueca asustada al escuchar ese último dato. Habría preferido que no lo dijera, pero si quería saber todo y no ser el inútil del grupo, tenía que aceptar cualquier información que se le fuera entregada por mucho que le hiciera tensarse. Incluso había investigado, ahí es cuando demostraba lo mucho que le interesaba, lo tanto que quería ser un miembro formidable.