CAPITULO 11: Escape

Capítulo 11: escape

Los días pasaron y yo seguía en el palacio, la abuela de Tsubasa me había cedido su lugar especial (seguía sintiendo que la engañaba), además de dejarme vivir en el castillo me hacía sentir nerviosa, seguía portando el collar que ella me había dado. “Bellarose” era un bonito nombre y de algún modo sonaba familiar.

Durante mi estadía la abuela me relataba historias sobre Margueritte, ellas dos eran las mejores amigas a pesar de que la reina madre era un par de años mayor, también descubrí que marguueritte tenía una hermana y la razón por la que  dejaron de verse fue porque marguerrite al graduarse de la academia  se casó y estaba esperando a una bebé.

Tsubasa no solía acompañarme en mi estadía y solo venia regularmente a decirme que mis padres no habían aparecido, de un tiempo a otro su presencia se convirtió en índice de malas noticias. Cierto día el llego mal herido de una pierna y tuvo que tomar reposo en su habitación, nunca dijo que fue lo que paso pero de algún modo me sentía agradecida de tenerlo en el palacio, esa misma tarde me escabullí a su habitación para verle. Él estaba recostado en su cama con una pierna levantada, su habitación era la única diferente a las demás, la cama era grande y acolchonada.

- ¡Hana! Que grata sorpresa, pasa. - Me acerque temerosa a el - Sabes siempre he creído que el color rosado es el que mejor te va  – yo estaba usando un kimono naranja con peces dorados. - Mandare a que te preparen un atuendo rosa claro, queda mejor con tus características.

- Gracias - le dije mientras me sentaba en la cama y miraba su pie, estaba por completo vendado. - Ojala pudiera ayudarte

- No es necesario, con tu presencia es más que suficiente-

Pasamos el resto de la tarde hablando (pasamos tanto tiempo juntos en el viaje que aprendí a controlar mi nerviosismo), le comente sobre mis preocupaciones de nuestros amigos, de su abuela a la cual me dolía mentirle y sobre mis padres de los cuales no sabía nada. Todo eso provoco bastante estrés en mí y me sentía deprimida constantemente.

Tsubasa intento consolarme diciendo que hacia lo posible por encontrar a mis padres, también me comento que mantenía contacto con Alek y Fred por medio de cartas y que entendía que Aideen estaba demasiado ocupada como para contestar alguna. Me explico un poco sobre la situación fuera del reino, los reyes estaban bastante preocupados por la gran actividad de los noirs y por mas desapariciones ocurridas en las cercanías de los reinos, para nuestra buena suerte desde que las medidas de seguridad se hicieron presentes no se había tenido ningún percance. Seguíamos hablando cuando la noche llego y yo tenía que marcharme, Tsubasa me detuvo.

- Creo que deberías quedarte, me sentiré más cómodo si te quedas a mi lado.- Me sonroje

- Está bien, entonces dormiré en el sillón.

- No tienes por qué hacer eso; la cama es bastante grande, puedes dormir a mi lado.

- ¡No! Dejarme dormir contigo es… Yo no podría… - tome mis mejillas con ambas manos, no sé qué tan roja debía de estar mi cara pero la sentía completamente caliente.

Tsubasa noto mi incomodidad y me dijo que estaba bien si me quedaba en el sillón poniendo una cara de desilusión. Entonces se me ocurrió tomar el sillón más pequeño y lo coloque a su lado. Tsubasa se quedó dormido al instante, tomaba mi mano mientras dormía y parecía bastante relajado, no podía dejar de verlo, pero no paraba de pensar en que no debía estar con él ¿quién era yo para permanecer a su lado de ese modo?

A la mañana siguiente desperté recargada en el sillón y con una sábana sobre puesta, me levante y en la cama no se encontraba Tsubasa mas bien había un bonito vestido rosa, no parecía del reino del aire, su tela era suave y ligera, la falda llegaba hasta las rodillas y tenía ligeros holanes en los bordes y mangas.

Salí a buscar a Tsubasa usando el vestido, uno de los guardias me dijo que había ido hacia el jardín. El amplio jardín y tenía un hermoso lago con un puente y al final de él había una pequeña isla con un árbol de cerezo, pero este estaba completamente seco, lo cual para mí era extraño ya que ese árbol siempre estaba rebosante.

Me acerque a él un poco más y lo toque con ambas manos, era el más grande y parecía tan viejo, sentía pena por el “ojala pudiera devolverte tu esplendor” dije en voz alta y entonces el árbol floreció, me aparte de el para verlo y estaba de nuevo radiante, comencé a pensar si yo habría echo eso… tome mi cabello, me sentía desconcertada, no recordaba haber hecho algo así… o ¿quizá sí?  Recuerdo que en casa no podía tener un jardín a pesar de que me gustaban mucho, también me di cuenta de que había varias cosas de mi niñez que no podía recordar.

Escuche un nombre detrás de mí, un nombre apenas audible. Me habían confundido con muchas personas, llamado de diferentes maneras pero esta era la primera vez que un nombre me hacía sentir así, lo sentía mío, incluso más que Hana. Voltee y dos figuras estaban detrás de mí, una de ellas era  Tsubasa y la otra una mujer, era hermosa y a la vez terrible, vestía por completo de negro, su cabello era oscuro, largo y lacio pero lo más impactante de todo eran sus ojos, eran de color violeta.

Me miro y caí de espaldas por la impresión. Cuando ella apareció frente a mi sus ojos cambiaron, ahora eran negros y no tenía esa atmosfera de perdición a su alrededor. Pero aun así estaba atemorizada ¿por qué razón Tsubasa estaría con una persona tan extraña? no estaba segura de sí era una noir.  Comenzó a acercarse a mí y sentía que perdía el conocimiento, era algo similar a lo que sentí en el bosque antes de olvidar, ¿olvidaría lo que vi también?  Me negaba a eso, no quería olvidarlo… ahora mismo sentía que estaba recobrando cosas que había perdido.