A la mañana siguiente)
*Narrador*
- Despierta _______. - la chica escuchó una voz.
- No aún es temprano. - respondió con los ojos cerrados.
- Tal vez un beso como en el cuento de la bruja bella durmiente sea la solución. - propuso George a su gemelo.
- Seria una buena idea. - habló Fred.
- Callense los dos. - ordenó Ginny, los gemelos la miraron y obedecieron.
- Tan chiquita y tan mandona. - se burló George.
- _______, despierta hoy es tu cumpleaños. - anunció Ginny.
- Es mi cumple... - respondió dormida aún. - ¡Es mi cumpleaños! - se despertó por completo, levantándose con rapidez hacia el baño.
- Tu beso no hubiera funcionado. - pasó Ginny a lado de su hermano mirándolo.
_______ se cepilló los dientes y su cabello. Salio del baño y entró a la habitación de nuevo.
Puso el vestido que la señora Molly le había regalado encima de su cama y escogió un par de zapatos. Hermione y Ginny estaban esperando que los chicos salieran de los vestidores.
*Narra ________*
En lo que los chicos salían, busqué el regalo de Draco, recordé que ya podía abrirlo. Tenia una nota que no tenía cuando me lo dio. "Feliz cumpleaños chica serpiente". Ese apodo me lo había puesto cuando los dos estábamos en la mansión Malfoy solos. Quité la tapa de la caja y pude distinguir un collar en forma de corazón tipo diamante color verde.
Los chicos salieron y guardé el collar para ponerme lo cuando terminara de vestirme.
- Chica del cumpleaños. - se acercó Fred. - Solo vengo a desearte un feliz cumpleaños. - me abrazó y correspondi.
- Gracias lindo. - nos dimos un beso corto en los labios.
Los demás también me felicitaron y me abrazaron. Era demasiado lindo el momento. Entré al vestidor a arreglarme y ponerme la ropa que había escogido.
El vestido me quedaba muy bien y se veía hermoso. El collar me lo puse y lo admiré por unos segundos. Era lindo.
Al salir bajamos todos al comedor y nos sentamos. La señora Molly estaba preparando algo en la cocina y mientras nosotros conversábamos.
- A ver George. - habló Harry. - Imagina que eres Ron y yo soy la chica que le gusta a Ron. Llega el día de tu cumpleaños y te digo ¡Feliz cumpleaños! - escuchaba atenta mientras daba un trago a mi vaso de agua. - ¿Tu como Ron que responderías?
- Conociendo a mi hermano Ron lo más seguro que respondería sería... Ammm ¡gracias igualmente! - de la risa que este comentario me provocó, nuevamente escupió el agua por la nariz. Los demás también se rieron, pero rieron más con lo que me pasó.
- Que no se haga costumbre. - me dirigí a George.
- Bien chicos, hora de almorzar. - avisó la señora Molly entregando los platos de comida. - Después partiremos el pastel _______.
- ¿Pastel? - pregunté emocionada.
- Es nuestro regalo de cumpleaños de parte de todos. - respondió el señor Weasley.
- Muchas gracias. - sonreí ampliamente.
- Aún nos falta un invitado, no debe tardar en llegar. - mire a todos y según yo no faltaba nadie. Sonó el timbre de la casa. - Oh ya llegó.
- Yo abro. - se levantó la señora Molly.
- Disculpen la tardanza el tráfico muggle es un caos. - dirigi la mirada a la entrada del comedor.
- ¡Señor Diggory! - exclame y me levanté de mi asiento.
- Miren quién es, la pequeña Delphini. - me acerqué y lo abracé.
- Que gusto me da verlo.
- Igualmente pequeña. No sabes cuántas ganas tenía de volverte a ver. Ten, te traje un pequeño regalo. - me entregó una bolsa de regalo decorada con unicornios.
- Señor... no sé hubiera molestado.
- ¿Molestia? Ninguna. Al contrario es un placer. Buenos días a todos. - se dirigió a los demás y respondieron a su saludo.
- Sientate Amos, en un momento te sirvo tu desayuno.
- Muchas gracias Molly.
Me llamaba tanto la atención el regalo del señor Diggory, pero quise esperarme a que fuera el momento. Después de que terminamos todos, Fred se levantó por el pastel y la señora Molly encendió las velitas. Todos empezaron a cantar "Feliz cumpleaños a ti" al mismo tiempo.
- Pide un deseo. - me sugirió George.
Pensé muy bien en lo que iba a pedir y sople las velitas. Al apagarlas salieron varios destellos de ellas formando mi nombre "_______".
- ¡Que bonito! - hablé con emoción. Todos aplaudieron. - Gracias. - los miré.
- ¿Que te parece si en lo que repartimos el pastel abres el regalo que te trajo Amos? - propuso Molly. Asentí con la cabeza y agarre la bolsa.
Lo primero que saqué fue un libro que al abrirlo era un álbum de fotografías.
- Era de mi hijo. Al revisar sus pertenencias vi que lo tenía guardado y pensé que el quería que lo tuvieras. - mire todas las páginas y eran fotos de Cedric conmigo. - Cuando lo vi, recordé lo feliz que se ponía mi hijo cuando llegaba a casa y me contaba lo que hacía. Nunca perdió esa costumbre... - comencé a llorar. - Sonará algo triste pero a veces lo único que deseo es volver a escucharlo decir, hola papá adivina que pasó hoy con _______.
- Como olvidar este día. - vi la foto donde ambos mostramos nuestra primer varita. - Me insistió mucho para que fuéramos y así comprobar que éramos gemelos de varitas.
Seguía pasando las páginas y llegué a una parte donde ya no había más.
- Ahora es tu turno de que sigas llenando este álbum con momentos que te den tanta felicidad, como tu se la dabas a mi hijo.
- No sabe cuánto le agradezco todo lo que ha hecho por mi. - seque mis lágrimas.
- Quien está agradecido contigo soy yo, por haber traído alegría a mi muchacho y también por haberla traído a mi pequeña. - le sonreí y me di cuenta que en la bolsa aún había algo.
Saque con cuidado lo que había en el interior y era un unicornio de juguete.
- Este, mi hijo lo vio en una tienda del callejón Diagon y no dudó ni un segundo en comprarlo. Quería dártelo hoy, entre otras cosas que con el tiempo compraría.