*Narra _______*
Después de la larga platica con el señor Lovegood y la explicación de que significaba el símbolo que Hermione tanto hablaba. Pude notar que estaba actuando muy extraño...
Bajó a la cocina para hacer más del té que nos había invitado.
- No voy a beber más de esa cosa, fria o caliente. - exclamó Ron.
- Creo que ya hicimos lo que teníamos que hacer. - hablé. - Es mejor que nos vayamos. - los tres estuvieron de acuerdo.
Bajamos a la cocina y el señor Lovegood parecía estar alterado.
- Le faltó el agua. - reclamó Ron.
- ¿Como? - pregunto Xenophilius confundido.
- Para el té.
- ¡Pero que tonto soy! - empezó a reírse.
- No importa. - le dijo Hermione. - De todas formas tenemos que irnos.
- ¡No se irán! - gritó y golpeó la mesa, haciendo que nos sobresaltaramos. - Ellos... se llevaron a mi Luna... - empezó a llorar.
- ¿Quien se la llevó? - le pregunté tratando de calmarlo.
- Voldemort... - lo mire perpleja.
El mapa empezó a vibrar con fuerza y lo miré. Había mortifagos fuera de la casa.
Empezaron a lanzar hechizos de ataque los cuales en seguida destruyeron el campo de protección que había puesto en la casa. Por la ventana vi a los mortifagos atacando y destruyendo la casa.
- ¡Aquí están! - gritó el señor Lovegood saliendo de la casa.
Los ataques continuaron y los cuatro nos tiramos al suelo. Aún podíamos escapar y no nos habían capturado. Nos deslizamos hasta juntar nuestras manos los cuatro y así trasladarnos a otro lugar.
- Maldito traidor. - exclamó Ron.
- Lo hizo porque está preocupado por Luna. - explique.
- Y la secuestraron porque él me apoyaba.
- ¿Donde estamos? - mire a mi alrededor y caminé un poco.
Hermione gritó aterrada y todos miramos en su dirección. De pronto varios hombres comenzaron a rodearnos, eran carroñeros.
- ¡Corran! - le ordené y nos alejamos lo más pronto posible.
Venían detrás de nosotros y para defendernos lanzamos toda clase de hechizos de defensa. Hermione iba adelante de todos nosotros y ninguno se fijó que ya habían capturado a Ron.
Greyback ya hacía frente a nosotros junto con otros dos. Hermione nos miró y con su varita nos apuntó a Harry y a mi. Lanzó un hechizo que hizo que mi cara empezara a hincharse y a punzar.
Los carroñeros nos habían alcanzado y uno de ellos me tomó por la espalda apuntando con su varita en mi cuello. Ron estaba atado con lo que parecían ser cadenas.
- ¡Sueltenlo! - gritó Hermione.
- A tu novio le va a ir muy mal, si no aprende pronto a comportarse. - dijo Scabior mientras se acercaba a Harry. - ¿Como te llamas, feo?
- Vernon Dursley.
- ¿Y tú? - se acercó a Hermione.
- Penélope Clearwater. - respondió asustada.
- No hay ningún Vernon Dursley. - habló Greyback.
- ¿Oiste feo? No estás en la lista. - se acercó a Harry y levantó su cabello que tenía en la frente.
- La lista se equivoca, ya dije quien soy.
Leí la mente de Scabior y ya era tarde. En la frente de Harry podía notarse un poco la cicatriz. Mi corazón empezó a acelerarse y traté de soltarme. Pero el carroñero me sujetó con más fuerza.
- Cambio de planes... - habló Scabior con los ojos en blanco. - No llevaremos a estos al ministerio...
"La mansión Malfoy" vi su pensamiento y traté de soltarme a toda costa. Pero me sujetó con más fuerza.
Nos arrastraron hacia un lugar para ye pudieran viajar con nosotros por traslador. Mire a Hermione y ella me respondió la mirada con miedo. Aparecimos en la entrada de la mansión Malfoy y vi a Bellatrix acercarse a la puerta junto a Narcissa.
- Trae a Draco... - le indicó a la mamá del chico.
La puerta se abrió y nos adentraron recorriendo el jardín. Aún sentía mi cara punzante e hinchada y Harry también estaba igual.
Mi respiración se empezó a alterar bruscamente al ver la puerta de la entrada principal de la casa. A la fuerza nos metieron a la sala, mi madre, Draco y sus padres estaban en el lugar. Mi mamá me miró y se quedó perpleja.
Llevaron a Harry hacia Draco y este tenía que decir si era realmente quien ellos esperaban.
- No lo sé... - respondió Draco.
- Draco. - le habló Lucius. - Presta atención, si somos los que le entregamos a Potter al señor tenebroso, nos perdonará y todo volverá a ser como antes. - Draco asintió.
- No olvidemos quiénes fueron los que lo atraparon realmente. - habló Scabior.
- ¡Te atreves a hablarme así en mi propia casa!
- ¡Lucius! - lo tranquilizó Narcissa.
- Un segundo... - habló Bellatrix y me miró. - Si es quien creemos que es... Entonces... - se me acercó. - Tengo frente a mi a la misma hija del señor tenebroso. - sonrio con malicia y traté de ocultar el miedo. - Será mejor que me digas Draco. ¿Es Harry Potter?
- ¿Que le pasó en el rostro? - evadió la pregunta de su tía.
- Si, ¿qué le pasó? - preguntó Bellatrix vie do a los carroñeros.
- Así lo encontramos, creemos que algo le pasó en el bosque.
- O le lanzaron un hechizo punzante. ¿Fuiste tú linda? - miró a Hermione. - ¿Que es eso? - le preguntó al carroñero que tenía capturada a mi amiga. Vi las manos del mismo y pude ver la espada de Gryffindor. - ¿Como la obtuviste?
- La tenían en sus pertenencias cuando los revisamos y ahora es mía. - Bellatrix le lanzó un hechizo de ataque.
- ¡Larguense! ¡Vayanse! - los carroñeros desaparecieron. - Llévalos al calabozo. - le ordenó a Colagusano y me tomó del brazo. - No... A ella no... - sonrio diabólicamente.
Pettigrew se llevó a Ron y a Harry. Bellatrix tomó a Hermione y la tiró al suelo.
- Esa espada estaba en mi bóveda. ¡¿Que otra cosa sacaron de mi bóveda?! - empezó a cortarle los brazos.
Los gritos de la chica empezaron a escuchar por todo el lugar y Bellatrix lo estaba disfrutando
Me acerqué a impedir que siguiera haciéndole daño, pero alguien me tomó del brazo impidiendo que pudiera moverme. Lo miré y mi corazón se detuvo.