Aroma de la Noche (venus)

VII

La casa de Alien es acogedora aunque sea un estilo de ambiente muy distinto al que estoy acostumbrada. Su sofá rojo, en el que me senté en la última fiesta, ya no está, ahora hay un puff verde.

Elena y yo nos sentamos juntas en el puff, haciéndonos rebotar la una la otra. Ambas reímos.

Estoy extrañamente nerviosa, no he hablado con Frederick desde aquella noche, no sé si está enojado por haberle causado tantos problemas.

Alguien abre la puerta como si con una patada se tratase, me tenso al momento de reconocer el típico portazo que lo caracteriza.

–¿Estás bien, Pastelito?– pregunta Elena, que me mira preocupada. Siento que me acaricia el brazo.

–Sí… es que me preocupa Frederick. No hemos hablado desde la noche anterior y me preocupa.

–¿Por qué no hablas con él? Quizás eso ayude– medito un momento lo que planteó y creo que tiene razón. En vez de huir… ¿Por qué me da miedo afrontar? Me apresuro a levantarme antes de que Frederick entre a la sala. Me lo encuentro en el pasillo y cuando nuestras miradas se cruzan, ambos nos quedamos como estatuas.

–Hola. ¿Podemos hablar?– pregunto en un tono más desesperado de lo que hubiera querido. Levanta su mirada, cansado.

Todavía tiene el ojo morado, su ceja también sigue rota… al verlo me genera una culpa que llena mi cuerpo.

–No, no tengo tiempo para dramas– me contesta en un tono tan tajante que cortó toda esa esperanza de arreglar las cosas.

–¿Un drama? ¿Eso es lo que fue para ti?

Frederick pone los ojos en blanco y suspira irritado.

–Olivia, no estoy de humor para estas cosas. No quiero seguir arrastrando tus problemas.

–¡No te estoy arrastrando a nada, tú sólo estás creando este drama!

Su rostro comienza a enrojecerse por el enojo.

–¡Tengo mis problemas y no quiero arrastrarte a ellos, Olivia!– grita con rabia. Me toma desprevenida y lo único que hago es temblar. No del miedo sino del enojo.

–¡Solo quería hablar contigo, pero veo que es imposible porque eres un puto imbecil!

–¿¡Ah, sí, eso crees!? Pues veo que para analizar personas eres muy buena. ¿Sabes que? Déjame en paz.

Estoy a punto de rematar con un comentario cuando deja su patineta y pasa por mi lado como si nada hubiese pasado.

Y ahí me quedé, sola llena de rabia con un enojo burbujeando tal lava dentro de mí.

Decidí irme, no pienso volver arriba y estar junto a él. No después de que me haya hecho llorar.



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En el texto hay: comedia, romance, amoradolecente

Editado: 17.09.2024

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