Capítulo 14

Este lugar es impresionante. Mientras más tiempo pasa, más me sorprende... es completamente hermoso.

Jun Seok nos guió hasta un pequeño claro, dentro de un extenso bosque dentro de lo que conforma la "enorme" propiedad del mejor amigo de mi madre.

La naturaleza es absolutamente asombrosa, los enormes árboles y las flores más bellas que vi en mi vida... aunque debo confesar que me he sentido un tanto extraña desde el momento en que entramos en el bosque.

Es como tener un extraño sentimiento de familiaridad y seguridad... como si algo me llamara a explorar más.

--Es porque tienes sangre de ángel... --respondió Jun a la pregunta formulada en mi cabeza.

--¿Qué? --susurré.

--Existe una razón por la que los seres con sangre divina son castigados cuando usan sus donde para el mal --explicó-- nuestro poder viene de la naturaleza, al menos la mitad. Tiene que ver con la evolución y el equilibrio y no hay nada que la madre naturaleza deteste más que alguien se atreva a romper ese equilibrio. En un principio existió el cielo, la tierra y el poder divino, los ángeles y los dioses han vivido desde mucho antes que los humanos; fueron ellos los primeros en habitar el planeta y disfrutar de sus maravillas, hasta que nuestros ancestros comenzaron a verse afectados por cosas extrañas, los llamaron pensamientos y emociones algo que nunca antes habían sentido, y eran conscientes de que el origen de estas anomalías no tenía nada que ver con sus propias raíces. Entonces descubrieron que la naturaleza tenía vida propia y que estaba llena de magia maravillosa y nuestros ancestros se sintieron culpables por no haber respetado su mundo como debían, sin embargo, tampoco querían irse, amaban demasiado estar aquí...así que decidieron hacer un trato. Fue entonces cuando la madre naturaleza se hizo presente frente a ellos por primera vez.

--Un juramento --señaló Nuriel, interrumpiendo la narración-- Los ángeles y dioses tendrían permitido vivir en la tierra solo si respetaban la naturaleza y a su planeta, y usaban su poder para el bien. Y así lo hicieron por mil siglos, hasta que la madre naturaleza había logrado crear a sus primeros hijos, seres humanos entonces llamados hijos del barro, personas pequeñas y débiles, sin poderes especiales, los seres de sangre divina respetaban el acuerdo y seguían aprendiendo, pero pronto se sintieron incompletos. Comenzaron a anhelar la oportunidad de crear seres iguales a ellos, entonces hablaron con la madre naturaleza y ella, en su bondad, les permitió el milagro de la vida a cambio de algo sumamente importante para ellos. Les permitió reproducirse, pero tendrían que renunciar a la vida eterna y el poder ilimitado, eso significaba que sus hijos tendrían una vida corta como los hijos del barro y también serían pequeños y sin poderes divinos.

--Creo que es obvio lo que decidieron hacer, ninguno de nosotros es muy alto --comentó Jun con diversión.

Mi hermano sonrió y mi ceño se frunció. Mi madre y Ariel solían contarnos esta historia cuando éramos pequeños... pero nunca la contaron de esta manera. Solo sabíamos el origen, pero no como ocurrió.

--Pero al final la madre naturaleza les mintió, nosotros tenemos poderes especiales y vivimos mucho más que los humanos --exclamé sin comprender.

--La madre naturaleza, creadora de vida, siempre ha sido conocida por su infinita bondad. Ella vio en el corazón de nuestros ancestros que eran sinceros y buenos y ella, generosa les concedió lo que deseaban, permitiendo que sus descendientes conservaran un poco de su linaje, cosas como fuerza, velocidad y una vida más larga son parte, por no mencionar muchas otras cosas que nos permitió conservar como las alas, el color de los ojos y el manejo de la energía --expresó Jun.

--Además de eso, ella fue aún más generosa y permitió que los nuevos seres fueran bendecidos con poderes especiales, poderes que tienen que ver con el manejo y control de los cuatro elementos naturales --habló mi padre.

--Entonces fue así como conseguimos esos poderes --murmuró un muy fascinado Calliel.

--Nuestro poder, nuestra esencia completa es un puente, una conexión entre el poder divino y la fuerza de la naturaleza --remarcó Nuriel--. Ella lo permitió porque consideró a nuestros ancestros como sus hijos desde el momento en que se disculparon por no notarla en un principio, ella les permitió quedarse y los adoptó como suyos, y cuando la descendencia fue creada, fueron bendecidos con su gracia y su poder. La naturaleza tiene memoria, siempre sigue las reglas y siempre defiende el equilibrio.

--La razón por la que se sienten atraídos y protegidos aquí, es porque ustedes tienen más sangre divina que la mayoría de las personas aquí. Su madre es una diosa completa, algo que convierte a Calliel en alguien digno y tú Asaliah, eres además hija de un ángel y no de uno cualquiera, eres hija de un príncipe del cielo, lo que te convierte en el ser más poderoso y más cercano a la madre naturaleza, ella puede sentir en ti la sangre real de tus padres corriendo por tus venas --declaró Jun Seok.

Estaba a punto de reírme de su cuento de hadas, cuando de pronto, una corriente de aire llena de hojas y flores se precipitó hacia nosotros.

--¡Aahh! -- De repente me encontré flotando rodeada por el viento en una especie de abrazo extraño.-- ¿Qué está pasando? --pregunté un tanto alerta.

Un segundo después aterricé suavemente sobre mis pies y de alguna forma, una hermosa flor azul terminó prendida de mi cabello.

--Supongo que podríamos deducir, que en este momento eres su hija favorita. --ambos hombres mayores rieron a gusto, mientras mi hermano intentaba ayudarme a no perder el equilibrio.

--¿Exactamente a qué te refieres con que Nuriel es un príncipe del cielo? --preguntó mi hermano-- lo has mencionado en dos ocasiones.

El aludido me miró fijamente antes de acercarse y responder.