--¿Dormiste bien? --preguntó Nuriel.
Saliendo solo los cielos saben de donde.
Creo que se le está haciendo costumbre aparecer de la nada.
--No en realidad... no pude dormir --confesé volviendo la mirada al horizonte.
Anoche decidí salir a caminar en un intento para despejar mi cabeza... pero en algún punto me adentré demasiado en mis pensamientos, y para cuando fui consciente de nuevo... estaba sobre una pequeña colina.
Al principio me preocupé por alejarme de la familia tanto tiempo pero después de pensarlo un poco, decidí quedarme un poco más.
Cinco minutos se convirtieron en horas y entonces... llegó el amanecer.
--¿La charla con la familia te ha dejado mucho en qué pensar?
--Yo no diría que fue solo la charla con la familia -mencioné--... mi vida cambió en un parpadeo y tengo todo ese montón de información nueva... crecí sabiendo que en algún momento todo cambiaría, dejaría mi vida como humana y comenzaría la rebelión más grande de la historia. Salvaría al mundo. No creí que se complicaría de esta manera... no sé si ahora estoy lista para esto.
Un suspiro melancólico escapó de mis labios, creando un poco de vapor por el frío del alba.
--Sé que te han enseñado que el futuro dependerá de ti --murmura nervioso--... pero no lo harás sola.
--¿Qué?
--Las profecías son un tema realmente complejo, son alfo muy serio y su nivel de importancia dentro de nuestro mundo es algo asombroso --comienza a explicar-- pero no es perfecto. El pasado es algo que se transmite de generación en generación, es una enseñanza, de donde venimos para saber a donde pertenecemos... pero el conocimiento del futuro es peligroso, sobre todo en manos de alguien sin aspiraciones ni visión en la evolución.
--Creo que no te estoy entendiendo nada... --murmuré perdida.
--Las profecías son algo especial, único y muy importante, por eso todos respetan a Jun, porque es el único ser con ese don en toda nuestra historia. Desafortunadamente, a pesar de ser más avanzados y privilegiados que los humanos, tenemos la misma tendencia al caos y la destrucción. ¿Sabes cuales son los principales fundamentos para una guerra?
--Sí --respondí-- el miedo, el rencor y la ambición.
--Nuestra raza tiene miedo, miedo al cambio absoluto. Han dejado que el miedo los domine y se han olvidado de algo muy importante.
--¿Qué?
--El futuro aún no está escrito. La profecía de Jun dijo cual será tu lugar en la guerra, pero no dijo que pelearías sola... tampoco que tu existencia es solo un medio para un fin.
¡Vaya!
Creo que es la primera vez que alguien consigue dejarme sin palabras de esta manera. Y curiosamente, su presencia y sus palabras me reconfortan.
--¿Por qué dices todo esto? --me giré a mirarlo.
La absoluta decisión que encontré en su mirada me descolocó.
--Durante veinte años creí que la mujer que amo y nuestros hijos habían muerto --creo que se toma muy en serio eso de adoptar a Calliel como su hijo--... pasé más de diez años buscándolos hasta que me capturaron y creí que solo al morir volvería a verlos. Y luego de perder toda esperanza, de pronto un día mi hija me salvó la vida... lo que quiero decir es... que acabo de recuperarte y no tengo intensión de soltarte tan fácilmente. No voy a perderte de nuevo, no importa si tengo que renunciar a mis alas para lograrlo... no pelearás sola y no morirás ahí, sin importar lo que tenga que hacer, me aseguraré de que tu futuro sea bueno y feliz.
La vista se me torna borrosa por las lágrimas contenidas. Lágrimas de felicidad y tristeza en misma medida.
Crecí con palabras duras y enseñanzas de pensar primero en el bien de otros antes que el mío. Me entrenaron para ser un soldado, la pieza que ganaría la guerra... me enseñaron a cumplir con mi deber. Pasé tanto tiempo entrenando como super héroe, que jamás había notado cuanto me hacía falta escuchar este tipo de palabras reconfortantes. Los únicos momentos en los que no sentía tanta presión era cuando debía ser Marian, una humana huérfana.
El llanto se desbordó y ni siquiera tuve fuerzas para intentar impedirlo.
Supongo que estoy realmente cansada de todo el peso que ha sido puesto sobre mis hombros desde antes de nacer.
Nuriel se acercó rápidamente y me rodeó con sus brazos de una forma protectora totalmente diferente a Calliel y yo lo dejé hacerlo... y por primera vez en toda mi vida sentí que todo estaba bien.
--Tu padre está aquí --susurró al tiempo en que nos mecía ligeramente en una especie de arrullo--... nada te pasará... yo los protegeré... todo estará bien.
Media hora más tarde, encontrábamos bajando la colina , envueltos en una especie de conversación medianamente incómoda con toques de nerviosismos.
--¿Cómo te sientes? --murmuró Calliel llegando a mi lado.
Su mirada muestra preocupación... y cansancio.
Parece que él tampoco pasó una buena noche.
--Mejor --respondí sin más.
--Es bueno que regresaran justo en este momento --exclamó Jun saliendo del edificio.
Un pequeño grupo de chicos lo sigue de cerca.
--¿Qué pasa? --pregunté.
--Tu preparación está inconclusa y no podemos permitir que eso siga así... el mundo tiene puestas sus esperanzas en ti.
--¿Por qué siento que lo que sea que estés pensando no va a gustarme? --señalé.
--Porque tienes el mismo afilado instinto que tus padres... y porque sabes perfectamente lo que quiero decir.
--No puedo... Jun... es peligroso --reconocí con algo de vergüenza.
--Asaliah... --Calliel intentó persuadirme-- eres buena controlándote.
--No. Calliel, sabes que no miento... nuestra familia está aquí, no puedo hacerlo --afirmé.
--Tal vez en el mundo humano dejar salir tus dones sea peligroso para ellos, pero estás en mi casa, una fortaleza completamente protegida y capaz de soportar la explosión de una bomba nuclear sin dañar a nadie, te aseguro que nada pasará. Entonces, te daré quince minutos para cambiarte y prepararte... hoy comienza su entrenamiento oficial --declaró Jun sonriendo abiertamente.
#16684 en Fantasía
#6497 en Personajes sobrenaturales
#22841 en Otros
#3567 en Acción
sobrenatural magia, accion drama aventura y venganza, accion drama misterio y romance
Editado: 01.10.2024