El lunes cuando volví a ver a Asher este iba agarrado de la mano con su nueva novia, su nombre es Dorianny, una compañera de clase que siempre me agradó hasta ese momento.
—Brandy, querido ¿A dónde fuiste el viernes cuando estábamos en el bar? Fui a buscarte y no te encontré —preguntó Asher cuando nos colocamos en nuestros pupitres.
—Me tuve que ir.
—Con quien te fuiste.
—No te importa.
—Ya no eres virgen.
—No te importa.
—¡No eres virgen! —exclamó a gritos, todo el mundo nos miró.
—Cállate idiota —susurré avergonzado.
—Tienes que contarme todo.
—Nunca.
Desde entonces tenía sexo con todo lo que andaba, todos eran hombres, claro.
Pero, eso no era más que un vago intento de superar mis sentimientos hacia Asher.
Jamás logré mi cometido.