Asher y Brandon

Quince

Narra Asher
 

Lo jodí todo...
 

Mi mamá siempre dijo que mi bocaza me metería en apuros y así fue, le dije esa mierda a Brandon cuando en realidad actué por miedo y contuve las ganas de comerle la boca ahí mismo, en ese instante.
 


 

Cuando Brandon se fue y me dejó solo en el balcón no me moví por un largo rato, y cuando lo hice fui directamente hacia las bebidas alcohólicas y tomé hasta que Amet me detuvo.
 


 

Cuando me preguntó qué me pasaba no le dije que había roto del corazón de Brandon junto al mío, más bien me quedé callado y seguí sufriendo en silencio.
 


 

Al día siguiente, a pesar de que desperté con una jaqueca de mil demonios, fui a su casa pero no lo encontré.
 


 

Su madre dijo que se fue en la madrugada a Inglaterra, y, mi primer impulso fue ir al aeropuerto y tomar el primer vuelo a las tierras inglesas pero me contuve, si lo hacía solo lo haría sufrir más.
 


 

Seguro en algún momento nos volveríamos a hablar.
 


 

Un mes después y lo único que sabía de Brandon era porque Amet me lo decía, y yo, lo extrañaba como la mierda, sentía que una parte de mi faltaba.
 


 

Al segundo mes todavía tenía las inmensas ganas de ir a verlo, pero no podía hacerlo y Brandon seguía sin contactar conmigo.
 


No me aguanté las ganas y fui a Inglaterra, me costó investigar su dirección con una prima de Brandon y cuando lo encontré, por fin, cuando lo vi, mi corazón se hizo añicos.

La sonrisa que tenía dibujada en el rostro se esfumó en cuestión de segundo, y con los ojos llenos de lágrimas lo vi besarse con otro chico, lo vi reír con el y lo vi ser feliz.

Con él.

Al cuarto mes mis mensajes se fueron al olvido.
 


 

Al año aún seguía pensando en Brandon cada segundo que pasaba, lo extrañaba como el primer día, pero mi vida seguía.
 


 

Al tercer año, a pesar de todas las novias y amantes que tuve todas las noches, el fantasma de ese fugaz beso atormentaba mis sueños.
 


 

Nunca llegué a pensar que estaba enamorado de Brandon desde que era un adolescente, o más bien, nunca lo pensé hasta que Amet me encaró y dejó mi cabeza hecha mierda.
 


 

Pero, solo acepté cuando lo volví a ver, cuando mi corazón se desbocó en mi pecho y una desconocida y a la vez tan conocida emoción recorrió mis venas.

Sólo así, cuando lo volví a ver, consideré que Brandon era mi primer amor y quizá, sólo quizá el amor de mi vida.

Lo peor de todo es que siempre soñé con Brandon —incluso antes de que se fuera— su piel oscura, sus suaves risos que cuidaba meticulosamente, sus ojos marrones, su sonrisa que me dejaba sin respiración y todo lo que tenía que ver con Brandon, desde un inicio, reinaban en mis pensamientos.
 


 




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