Estuve en la plaza de la ciudad caminando y pensando un poco, me sentí observado en casi todo momento.
Eso me resultó extraño, cuando ya no aguanté más entré a una cafetería y fingí comer unas bocadillos, pero la verdad es que quería ver si solo era paranoia mía o en verdad me estaba siguiendo, pero no vi a nadie, ningún conocido, ningún sospechoso, lo dejé pasar.
Esa noche cuando volví a casa mi mamá me recibió con las siguientes palabras: —Tu amigo Asher estuvo por aquí. Vino a visitarme y a dejarle unos recados a tu padre, que pena que ustedes dos no se hayan visto
Quedé estático con el corazón acelerado, miraba a mi madre sin ninguna expresión en mi rostro, pero por dentro estaba muriendo de nervios y miedo.
—¿Le dijiste que estoy aquí? —pregunté cuando salí del estupor.
—No, pensaba que ya lo sabía
—Tengo desde que me fui sin hablar con Asher mamá —expliqué—. Si vuelve por aquí no le digas nada, también díselo a papá, por favor.
—Está bien —murmuró, se acercó para luego tomar mis manos en las suyas, me miraba con ternura —Brandon cariño, en algún momento tienen que volver a hablar.
-Lo sé, pero todavía no estoy preparado para eso.
—Me duele que ustedes tres se hayan separado así —respiró hondo—. Nunca entendí por qué te alejaste de tus mejores amigos, en especial de Asher.
—Estaba enamorado de Asher mamá —dije sin poder detenerme, mi mamá ni siquiera parecía sorprendida—. En la fiesta de despedida pasaron cosas, además yo ya desde antes de graduarme había decidido alejarme, me costaba demasiado ser amigo de Asher, no podía seguir con ese sufrimiento.
Cuando termine de hablar mi mamá me rodeó con sus brazos en un abrazo que no sabía que necesitaba.
—Siempre supuse que te gustaba Asher —expresó cuando nos separamos.
—¿Qué?
—Soy tu madre, Brandon —se estaba riendo muy condenada—. Además nunca disimulaste mucho que digamos.
—¡Pero mamá!
—¿Ya con esto queda clara tu orientación sexual? —preguntó, yo aún seguía sin saber cómo responder —¿Eres gay o bisexual?