Asmodeo & Amon - [ya En FÍsico]

No solo uno fue invocado.

NARRADOR OMNISCIENTE.

Whitleshill, 6 meses atrás.

 

—Annie, joder, ¿te puedes calmar? —espetó Hunter, llevó sus manos a su cabeza y tomó sus cabellos entre sus dedos, estaba molesto y asustado, su rostro solo expresaba repulsión por el comportamiento de Ann en ese momento— Que me pones más nervioso de lo que estoy.

—¡¿Cómo quieres que me calme, eh!? —rebatió mientras se acercaba a él, propició un puñetazo en su hombro, él ni se inmutó, solo se le quedó viendo, pero su entrecejo se había fruncido y su respiración había aumentado, no le gustaba que lo golpearan— Acabamos de llamar a un demonio, ¡¿cómo carajos quieres que me calme?!

Todos se asombraron por lo que dijo Annie y es que no era propio de ella maldecir o decir groserías, si lo hacía era porque estaba realmente molesta y atemorizada, la noche de juegos que habían planeado fue un total desastre, por jugar con lo desconocido ahora estaban pagando las consecuencias. Charlotte se acercó a ella, quería tratar de calmarla, pero cuando la tomó del brazo Ann la apartó con rudeza, se volteó de golpe para verla y con su dedo índice apuntó a su pecho, su dedo impactaba contra la tela de su blusa de una manera brusca, Annie estaba perdiendo la cordura, era la más afectada de todos, Charlotte solo la miró, intentando articular palabra para tranquilizarla, pero fue imposible.

—Ann, por fav–

—¡No!, no me digas que me calme Charlotte, todo esto es tu culpa. —el dedo impactaba con su pecho repetidas veces, Annie hablaba con una voz llevada por la angustia y sus ojos que estaban cristalinos empezaron a gotear— ¿Acaso no has visto lo qué pasó?, ¿lo qué esa estúpida tabla hizo?, mencionó un nombre Charlotte, uno, ¡uno que puede acabar con nosotros!

—¡Yo no te obligué a jugar Ann, podrías haberte neg–

—¡Cállate!, no sé cómo pude dejarme llevar por la curiosidad, no sé cómo pude hacerte caso y jugar con eso.

—Bueno basta. —dijo Jack, se acercó a las chicas y se puso entre medio de ambas, Annie estaba tan exaltada que era capaz de golpear a Charlotte, y esa no era la solución. Tomó a Annie de los hombros y la obligó a verlo— Debemos buscar la manera de deshacernos de esa tabla, solo así la puerta se cerrará.

—¿Cómo estás tan seguro que deshaciéndonos de la tabla, esa tal puerta qué dices se cerrará Jack? —preguntó Hunter, estaba perdiendo la paciencia.

—No es la primera vez que juego con esto, o bueno, vi a mis padres hacerlo hace años, y cuando terminaron de jugar lo quemaron, eso es. —dejó de tomar a Annie de hombros y se separó, caminó hasta donde estaba la mesa, encima yacía la tabla y el puntero— La tenemos que quemar, solo así todo se cerrará y estaremos fuera de peligro.

—Es buena idea, además, ¿qué perdemos con hacerlo?

—¿Qué perdemos Charlotte? —rio secamente y negó— Tal vez, no sé, que no funcione, nunca he confiado en las ideas de Jack, es tan imbécil que todo le sale mal.

—Venga, confíen en mí está vez, sé lo que se debe hacer.

—Hagámoslo. —esa fue Annie, quién se miraba ya mejor— Es la única solución, ¿o se les ocurre algo más aparte de quemarla?

Todos se quedaron en silencio y se miraron entre si, pues, aunque aquello parecía descabellado era la única solución, la única alternativa que miraban fiable, a ninguno se le ocurrió otra cosa, así que debían aceptar la idea de Jack, aunque Hunter no estaba del todo convencido con hacerlo, pero no les quedaba de otra.

—Por lo que veo nadie tiene más ideas, dinos Jack, ¿qué debemos hacer?

—Primero irnos de aquí, si la quemamos en tu casa Hunter el olor se expandirá por toda la casa y nos pueden descubrir.

—¿Y entonces a dónde la quemamos?, ¿dónde hay otro lugar para hacerlo dónde nadie nos vea?, ¿en el bosque?, salir del pueblo es peligroso.

—Vaya, claro, jugar con un demonio a estas horas no es tan peligroso en comparación con salir al bosque, ¿verdad nena?

Hunter había adoptado una actitud distinta, era más cruel con sus palabras y se notaba molesto, cada cosa que decían todos solo hacía a Charlotte sentirse culpable, pero es que su curiosidad era del tamaño del sol o más, en la iglesia siempre les decían que no jugaran con lo desconocido y con el mal, pero justo eso despertó en ella la chispa de intriga, la curiosidad por descubrir que pasaría sí jugaban con lo que les prohibían, pero claro que el arrepentimiento llegó enseguida, había metido a sus amigos en esto, pero la idea de hacerlo sola le aterraba, acompañada por ellos todo sería más llevadero, pero al final, el terror que la invadía era igual o peor si lo hacía sola o no.

Charlotte solo se limitó a verlo, y no dijo absolutamente nada, de por si las cosas estaban mal, y una pelea entre ellos solo empeoraría las cosas. La rubia caminó a la mesa y tomó la tabla y el puntero.

—Entonces vamos, quememos esta cosa.

—Solo iré a por la linterna. —Jack dio unos pasos, pero recordó que no estaba en su casa, por ende, no sabía dónde estaban las cosas, miró a Hunter con una leve sonrisa— Huntersito bebé, ¿dónde está la linterna?

—En el primer gabinete de la cocina, solo tómalo y vámonos. Y Jack, date prisa, que sueles distraerte hasta con una hormiga.



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En el texto hay: misterio, profecia, paranormal

Editado: 03.02.2022

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