Atados al Destino

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Se suponía que sucedería, que daría el paso más importante en mi vida y me sentiría la persona más feliz sobre la faz de la tierra, pero no fue así, fui separada de la persona que más he amado en el mundo, y terminé frente al altar al lado de un total desconocido, un hombre mayor que yo, lleno de ambiciones y caprichos.

Jamás imaginé terminar en esa situación... en una boda, mi boda, una fatídica boda forzada.

Estaba a punto de cometer el peor error de mi vida gracias a las acciones egoístas de quienes decían amarme ¿Qué les pasó a mis padres por la cabeza para que aceptaran eso? .... Por supuesto, lo que no les podrá faltar jamás... dinero.

Pero... ¿por qué sacrificar a su hija? En mi cabeza solo tenía las palabras de mi madre: "se amable", ¡claro! para ella era fácil decirlo, no sabia lo que yo realmente perdía con todo ello, "algún día sabrás el porqué de las cosas"; Lo unico que sabia es que todo ese show mediatico era una verdadera tortura.

Mi mente se mantenía en el preciso instante en el que mis padres ingresaron a la iglesia gritando un fuerte y claro “Nosotros nos oponemos” todo el lugar quedó en silencio y mi mundo se destruyó por completo.

—Harvey Jones ¿Acepta a Daphne Taylor como su legítima esposa?. —aquella pregunta del padre me regresó a la realidad, una realidad que me negaba a aceptar.

—si acepto. —respondió sin titubeos.

—Daphne Taylor ¿Acepta a Harvey Jones como su legítimo esposo?...—me niego a responder, estoy en un dilema por salir huyendo y zafarme de todo esto, con el pulso acelerado y unas ganas inmensas por gritarle en la cara; ¡No!.

Harvey volteó a verme y me fulminó con la mirada. También lo desafíe, ninguno de los queríamos esa porqueria, pero él no era capaz de decirlo a viva voz.

—Señorita Daphne Taylor ¿Acepta a Harvey Jones como su legítimo esposo? —repitió el padre, con un fuerte suspiro tuve que responder su pregunta.

—Si acepto. –respondó terminante sintiendo una lágrima deslizarse por mi mejilla.

—Antes de unirlos preguntó: ¿Hay alguien que se oponga a llevar a cabo este matrimonio?, que hable ahora o calle para siempre. –trague saliva suplicando que mi amado Dean apareciera en la iglesia y detuviera todo, sin embargo, nada ocurrió.

—Bien, siendo así, yo los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.

Mi respiración se volvió errática, eché una mirada a los presentes y otra a mi nuevo esposo quien se acercó a mi rostro para hacer más real esa maldita farsa. Quería negarme, necesitaba negarme. No quería ni un solo roce de sus labios en los míos. Finalmente pasó lo que tenía que pasar, sus labios se unieron a los míos, en un lento beso.




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