Atados al Destino

11.

DAPHNE

Con la decepción latente en mis venas encendí el pequeño aparato que Harvey había conseguido para mi, no era lo que esperaba, definitivamente no, pero al menos ya tenía con que comunicarme e ingresar a mis redes sociales, solo tenía que hallar la manera de encontrar a Dean.

—¿Te gusta? —preguntó Harvey mirando el aparato en mis manos.

—Es perfecto, muchas gracias.

—Ya no tendrás excusa para no llamarme o enviarme mensajes. —sonreí un poco.

—Tienes razón, incluso puedo comunicarme mejor con Abi, gracias de nuevo. —no podía levantar mi vista del aparato, definitivamente era una pequeña victoria, pero me sabía agridulce.

—Bueno par de tortolitos, yo los dejo para que tengan su cita, —exclamó Abi tratando de sacarme de mi letargo. —amiga. —me abrazó con fuerza.

—Abi

—No demuestres que esto te está afectando, va a descubrirte. —asentí con un sonido.

—Te quiero amiga.

—Yo a ti, cuídate mucho. Harvey, nuevamente, es un gusto conocerte. —se despidió de él y se fue por el camino contrario sin mirar atrás.

—¿Qué tal si vamos a ver una película? —preguntó emocionado, mi mirada fue de total incredulidad, ¿ese era el mismo hombre con el que me casé? —No me mires así, quiero que compartamos más tiempo juntos, que nos conozcamos mejor.

—Está bien, ¿Qué película quieres ver?

—No tengo idea, —Se encogió de hombros, —aun no recuerdo la última vez que vine a ver una película.

—Vamos a elegir una entonces. —tomo mi mano y entrelazo nuestros dedos.

En ese momento parecíamos una verdadera pareja de enamorados, una que no quería que fuéramos. Me mantuve sonriente mientras estuvimos ante la mirada de las demás personas, tenía que dar mi mejor actuación si quería seguir sacando beneficios.

—¿Qué te parece esa? —pregunté señalando una película de terror en la cartelera.

—No lo sé, el terror no es mi género favorito, podría ser esa. —señaló una película de comedia romántica, algo que, definitivamente, no me esperaba.

—¿Te gustan ese tipo de películas?

—Mi vida está en constante estrés, lo único que deseo al sentarme a ver una serie o película es reírme y olvidarme de todo por unos segundos, las de terror solo me van a generar más ansiedad.

—Tienes razón, entonces veamos esa. —Él compró las entradas, yo caminé hasta la confitería y pedí un balde grande de palomitas con gaseosas y algunos chocolates de colores.

—¿Lista?

—Si. —recibió algunas cosas y caminamos juntos hasta la sala. —Gracias.

La sala donde proyectaban la película se encontraba un poco vacía, me sentí algo nerviosa con él sentado a mi lado en la oscuridad, mucho más cuando apoyó su mano en mi rodilla.

—Harvey…

—Shh, ya empieza la película. —me regaló una media sonrisa sin dejar de mirar la pantalla.

Intenté mantenerme tranquila, cosa que era imposible con su tacto directamente en mi piel, para distraer la mente comía palomitas o chocolates, hasta que pensé en una manera de retirar su mano de mi pierna.

—¿Quieres? —estire el balde de palomitas hacia él.

—No gracias, no me gustan mucho las palomitas —rodé los ojos, ¿quien no comía palomitas en una sala de cine? Resignada seguí viendo la película hasta que en algún momento de ella olvide que su mano seguía en mi pierna.

Terminada la película, del mismo modo que llegamos, salimos de allí. Fuimos directamente a la plaza de comidas, me pareció extraño no verlo entrar a los lujosos restaurantes que siempre frecuentaba para las reuniones de trabajo.

—¿Hamburguesa o perro? —pregunto mirando la carta de uno de los locales de comida chatarra.

—Hamburgues y aros de cebolla para mi.

—Genial, es lo mismo que pediré, ¿quieres algún extra?

—Papas con cheddar. —sonrió enorme

—Tenemos gustos similares, no solo en comida y música al parecer. —comentó antes de girarse a hacer el pedido.

Me senté en una de las mesas y espere que él llegara con nuestra orden, mientras, configuraba mi nuevo aparato con algunas de las aplicaciones que tenía en mi antiguo celular. Me maldije mentalemten por no hacer una copia de seguridad.

—¿Qué tal ese nuevo aparato? —preguntó llegando a mi lado con la bandeja.

—Me gusta, estoy tratando de configurar y recordar las aplicaciones que tenía en el anterior.

—Tu copia de seguridad te ayuda a eso, así no te matas la cabeza.

—Nunca hice una copia de seguridad. Debí hacerla así no perdía todos mis recuerdos —murmure triste.

—¿Tenías muchas fotos en tu otro teléfono? —asentí con la cabeza y una idea vino de nuevo a mi mente.

—No solo fotos, algunas cosas de la universidad, los teléfonos de mis amigas de la preparatoria, tantas cosas, tu sabes, siempre guardamos cosas importantes en los celulares.




Reportar suscripción




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.